Fiscalía imputó al ex titular de la Senad y del Ministerio del Interior por cohecho pasivo agravado y solicitó medidas alternativas a la prisión. Giuzzio, según los chats, recibía favores del supuesto narcotraficante brasileño que pretendía ser proveedor del Estado, mientras tanto, en paralelo se buscaba avanzar con operativos antidrogas en medio de filtraciones.
- Unidad de Investigación Nación Media
El Ministerio Público de Brasil remitió a la Fiscalía paraguaya los extractos de conversaciones entre el presunto narcotraficante capturado en la operación Turf Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua y Arnaldo Giuzzio, ex ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y del Ministerio del Interior. De esta forma queda en evidencia que el ex referente del combate al narcotráfico del gobierno de Mario Abdo Benítez estaba estrechamente ligado a un sospechado de integrar una organización de tráfico internacional de drogas.
Después de la detención del presunto narcotraficante brasileño en la ciudad de Foz de Yguazú, Brasil, las autoridades del vecino país accedieron al teléfono celular del indagado y, tras un peritaje, encontraron los mensajes que este intercambiaba con el ex ministro. Los contactos entre ambos se iniciaron por el mes de julio del 2021, según los documentos.
Luego del análisis de las evidencias, los agentes fiscales Alicia Sapriza y Osmar Legar, de la Unidad contra el Crimen Organizado, presentaron imputación contra Arnaldo Giuzzio por el supuesto hecho punible de cohecho pasivo agravado en calidad de autor.
Las conversaciones, reuniones e intercambio de favores entre el presunto narco en ese momento más buscado por el Brasil se dieron en momentos sensibles de trabajos de inteligencia de A Ultranza Py, investigaciones que sufrieron importantes filtraciones de datos que ayudaron a zafar a los considerados grandes jefes de organizaciones criminales.
LOS AMIGOS
Los chats vía Whatsapp remitidos por la Fiscalía en el marco de una cooperación internacional dan cuenta que Marcus Vinicius mantuvo una serie de reuniones y conversaciones clave con el entonces ministro del Interior con la presunta intención de poder acceder a contratos con el Estado en calidad de proveedor. En las conversaciones incluso se mencionan trabajos realizados como “cortesía” en el marco de las tratativas para ingresar a las licitaciones públicas.
Luego de hablar de negocios de “inversiones empresariales” en el Brasil, el presunto narco, propietario de las empresas Black Eagle (dedicada al rubro del blindaje de vehículos) y Ombu (renta de rodados), le pide a Giuzzio si podía enviar a Ciudad del Este una camioneta Hyundai Santa Fe para “cambio de suspensión, mantenimiento de blindaje y retoques de pintura”. La respuesta de la autoridad fue: “Veo”.
Continuando con el lobby, en noviembre del año pasado, el supuesto jefe narco le avisa al jefe de la cartera de seguridad que estará por Asunción para realizar las pruebas de los chalecos antibalas que pretendía vender al Estado.
Además, tanto el entonces ministro del Interior como el ex viceministro de Seguridad Interna, comisario Pablo René Ríos, visitaron in situ el local de Black Eagle en Ciudad del Este, algo que para Vinicius fue “demasiado importante”.
Pero, como si fuera poco, Giuzzio también dejó en mano del presunto narcotraficante los tres vehículos tácticos de la Policía Nacional y que son utilizados por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en el combate a los grupos terrorista que operan en la zona norte del país. Uno de los rodados fue reparado por “cortesía”.
Marcus Vinicius reporta al ex ministro sobre las condiciones de los vehículos, e incluso con cierto tono de confianza le menciona que a uno de ellos le falta “cariño, amor”. Un dato no menor es que el supuesto narco estuvo en la misma base de operaciones del Grupo Halcón, que forma parte de la FTC.
Incluso, al parecer habría un pedido de intermediación en una causa penal, ya que Padua remite el link de un artículo periodístico sobre el Lava Jato y Giuzzio le responde: “Gracias, Marcus”, y seguidamente agrega: “Les hablo”. Luego, el brasileño le detalla el nombre de “Antonio da Motta”, el ministro le consulta: “¿Es el caso?, y el otro le confirma.
En otra comunicación, el ministro del Interior le informa al presunto narcotraficante sobre la premura que tienen por una visita clave, detallando que el visitante es nada más y nada menos que el agregado de defensa a la Embajada de la República de Israel en la República de Chile y concurrente de la República del Paraguay, coronel Eran Gabay.
VIAJE Y AUXILIO
El 26 de diciembre pasado, Arnaldo Giuzzio emprendía un viaje por el Brasil, pero su vehículo tuvo problemas mecánicos y recurrió al presunto narco para poder continuar su viaje. Marcus Vinicius le deriva la asistencia al gerente de la empresa Ombu, Gilberto Enciso, que iba a acercarle la camioneta Kia Carnival para que continúe su viaje.
Según el acta de imputación, el vehículo en préstamo, a título gratuito, por Giuzzio, le fue entregado en Ciudad del Este con los documentos respaldatorios y un contrato de alquiler, a los efectos de que le sirviera de permiso para conducir, ya que la camioneta fue en realidad prestada y no arrendada, puesto que el mencionado rodado era del uso personal de la esposa del brasileño.
Pero como si fuera poco, tras finalizar sus vacaciones, Giuzzio llegó hasta Asunción con la camioneta prestada, porque el presunto narco le dio esa facilidad para su mayor comodidad y no devolverla en Ciudad del Este.
Para la Fiscalía, esta y otras gentilezas de reparación de vehículos el presunto narcotraficante Marcus Vinicius otorgaba al entonces ministro del Interior para que en el futuro sea beneficiado con alguna licitación de la cartera de seguridad y ser proveedor del Estado.
Por último, el Ministerio Público sostiene que Giuzzio habría utilizado rubros distintos para el manteniendo de los vehículos tácticos, sin que exista un proceso licitatorio y contrato de adjudicación a favor de las empresas de Marcus Vinicius.
CONTEXTO
Estos vínculos se fueron desarrollando en paralelo a las tareas investigativas de la operación A Ultranza Py y el operativo Smart, que indagaban a la organización que supuestamente encabezaba el uruguayo Sebastián Marset.
Los informes de inteligencia dan cuenta de una serie de filtraciones de información sensible a favor de los narcotraficantes, y dos de esos avisos de investigaciones se presume que salieron desde el Ministerio del Interior, a cargo de Arnaldo Giuzzio, siempre según se lee en las desgrabaciones de las escuchas de conversaciones entre elementos del cártel investigado.
Además del reporte que la Senad remitió al Ministerio Público, sospechosamente no relaciona a Marset con Lindomar Reges Furtado, que, según inteligencia brasileña, tendría como principal aliado a Marcus Vinicius. Lo llamativo es que la Policía sí logra evidenciar reuniones de negocios entre Lindomar y el uruguayo.
A la par de las filtraciones, ahora se comprueba en los reportes del Ministerio Público del Brasil una relación continua entre el ex ministro del Interior y el presunto narco Padua, que se corta con el operativo Turf, donde este último es detenido en Foz de Yguazú, y Lindomar se fuga sin mucho esfuerzo del cerco de la Senad en el Paraná Country Club.
LLAMATIVO MENSAJE
En la noche del lunes 14 de febrero del 2022, un día antes de la operación Turf, Giuzzio envió un extraño mensaje a Marcus Vinicius en el que indicaba que el miércoles debía enviar a su gente para cobrar. El brasileño le dice que se equivocó de Marcus, pero el ex ministro le responde que “cree” que le debe el pago por otra camioneta. Finalmente, le indica que el gerente de Ombu manejaba todo lo referente al cobro. Horas después, Marcus Vinicius fue capturado por la Policía Federal.