Por Santiago Rodríguez, santiago.rodriguez@nacionmedia.com
De forma totalmente abierta, como si se tratara de un producto más de la canasta básica, comerciantes tanto de la capital como del resto del país promocionan desde cigarrillos electrónicos hasta caramelos con componentes prohibidos derivados de la marihuana con total impunidad y la vista gorda de las entidades responsables.
Es así que con un vistazo rápido por redes sociales y tiendas digitales se pueden encontrar ofertas de estos productos con Cannabidiol (CBD), que es una sustancia psicoactiva al igual que el THC, provenientes de la planta del cannabis.
En el caso del CBD, su uso en nuestro país es controlado y para fines medicinales, según indicó la coordinadora del Programa Nacional para el Estudio y la Investigación Médica y Científica del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados (Proincumec), la doctora Mercedes da Silva.
Sin embargo, lejos de que la comercialización de productos con CBD sean limitadas para el sector de la salud, dentro del mercado se pueden encontrar promociones de cigarrillos, caramelos, etc. El negocio que se gesta detrás es voluminoso y en la actualidad se perfila como la tendencia para amasar millones.
Perfumes y esencias de “vapeadores” con ingredientes provenientes de la marihuana se expanden a gran velocidad en el mercado y entre ellos se infiltran productos alimenticios, cigarrillos con CBD totalmente prohibidos, según confirmaciones oficiales.
Tanta es la indiferencia de las oficinas de control que incluso en las imágenes promocionales de los cigarrillos electrónicos con CBD se puede ver el “sello de aprobación” de la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa).
¿QUIÉN CONTROLA?
Ante las abundantes promociones con números de teléfono bien identificados y las versiones de que esta comercialización es irregular, consultamos con el director general de Vigilancia de la Dinavisa, el doctor César Cristaldo, quien insistió en que hasta hoy día es ilegal el uso recreativo de cualquiera de los componentes de la marihuana bajo cualquier figura.
Sin embargo, las ofertas de estos productos recreativos difundidos en redes tienen incorporados un sello de venta autorizada adjudicada a la Dinavisa. Desde esta institución señalaron que no existe ningún sello que sea utilizado normalmente en productos y menos la posibilidad de que la autorización promocionada sea legal.
“Dinavisa tiene a su cargo toda la cuestión medicinal del cannabis, pero también está la parte industrial de la cual se encarga de regular el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG)”, expresó Cristaldo al ser consultado sobre quién es el encargado de controlar este mercado.
Desde el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN) deslindan cualquier responsabilidad asegurando que la regulación de estos productos como son los caramelos con CBD corresponden a la Dinavisa o en todo caso al MAG. Pero en Dinavisa, dicen que todo lo que se consume está bajo la responsabilidad de fiscalización del INAN.
El gran ausente es el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) que tiene el rol de vigilar el cumplimiento de las obligaciones en el Comercio. De hecho, por esta razón hemos insistido varias veces con esta institución, pero se desentendieron de responder sobre la comercialización de estos productos a base de cannabis con componente CBD.
Queda preguntarse entonces, quién controla este próspero negocio en el que se venden estos productos recreativos, muy comúnmente llamados “voladores” por los efectos que ejercen en el cerebro de las personas. Tras este descontrol no se descarta tampoco que se estén tejiendo enormes redes de negocios que, según primeras averiguaciones tienen hilos con hombres fuertes del poder político.