Las licitaciones que promueve Vicente Bataglia para explotación de sus amigos y del Vicepresidente son cuestionadas por todos los sectores. El presidente de la Cámara Baja incluso critica la falta de higiene, a pesar de los multimillonarios contratos en curso.

Corrupción, negocia­dos, irregularidades, caos, son algunos de los calificativos utilizados ayer por miembros de la Cámara Baja del Congreso Nacional para describir la actual administración del presidente del Consejo de Administración del Instituto de Previsión Social (IPS), Vicente Bataglia. El equipo de Investigación del grupo Nación Media viene denun­ciando los vicios en los proce­sos licitatorios de limpieza.

“Es necesario recibir una explicación sobre todas las denuncias que estamos escu­chando. Hay muchísimas dudas que aclarar sobre el manejo del IPS”, señaló Car­los María López, presidente de Diputados, y agregó que falta mejorar la limpieza en los hospitales.

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Hace apenas unos días la Con­traloría General de la Repú­blica (CGR) y la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) emitían informes donde confirma­ban esquemas de licitaciones amañadas en favor de empre­sas de servicios de limpieza, cuyos dueños son amigos del vicepresidente Hugo Veláz­quez y mimados del IPS.

El presidente de Diputados se refirió a estas denuncias publicadas por nuestro medio y señaló que “sobre todo esto tiene que responder el pre­sidente del IPS”, y recalcó que “defender al actual pre­sidente (de la previsional) es una mala propaganda para el Gobierno”.

Por su parte, Tadeo Rojas, diputado por la ANR, descri­bió que la situación en la ins­titución es sinónimo de anar­quía, y refirió que hace tiempo debió darse la salida de Bata­glia, que en los últimos meses “extendió” de manera irregu­lar los contratos por servicios de limpieza de las compañías de Alberto “Pulpo” Palumbo (Potî SA y Alberto Palumbo Unipersonal).

“Debería de haber renunciado por decoro hace rato, por deli­cadeza. No puede ser que el IPS se esté convirtiendo en un verdadero caos, que reci­ben miles de millones de gua­raníes de forma mensual en concepto de aportes de tra­bajadores humildes”, dijo el congresista colorado.

Licitación adjudicada por Bataglia tiene serios cuestionamientos por parte de la CGR.

Rojas además refirió que la bancada de Honor Colorado solicita la renuncia del presi­dente y de todos los miembros del Consejo de Administra­ción, porque el IPS “no puede seguir en estas condiciones”.

VICIOS

Recordemos que Potî SA y Potî Unipersonal de Alberto Palumbo ya exigieron, nota mediante al IPS, el pago de más de G. 30.000 millones por ser­vicios de limpieza realizados en los últimos seis meses, sin contrato firmado, sin adendas.

Esta situación de ampliación irregular que Bataglia decidió realizar de forma unilateral se generó cuando no se pudo cerrar el llamado de limpieza por G. 109.000 millones en las que empresas de Palumbo presentaron ofertas por G. 70.500 millones y aseguraban, al menos, G. 62.000 millones debido a que monopolizaron dos de los lotes más grandes.

Las publicaciones de Nación Media revelaron el escándalo de limpiadores “mau”, donde en la nómina de personas que debían de trabajar en la lim­pieza de hospitales figuraban trabajadores domésticos de las residencias familiares del “Pulpo”. Por este motivo se terminó adjudicando un solo lote de G. 50.367 millones en favor de la firma Cevima SA.

Pero como si fuera poco, este también está lleno de cuestio­namientos y vicios, pues un dic­tamen técnico de la CGR refiere el direccionamiento del lla­mado, y también deja en el claro que el IPS no debió adjudicarse el llamado porque la firma no había cumplido con los requi­sitos del pliego de bases y con­diciones como el requerimiento legal de la presentación de las declaraciones juradas de bienes y rentas de sus miembros.

En ese sentido, la diputada liberal Celeste Amarilla ase­guró: “Las licitaciones del IPS son de las peores que vi”. Aun­que la legisladora por el PEN, Kattya González, fue más con­tundente al calificar a los man­damases del IPS como “gente de mierda”, y dio una dura crí­tica a los consejeros.

“Consejeros cómplices, por­que “no saben” los consejeros que es un feudo. “No saben” que cuando se hace licitación hay negociados. Cuando se hace licitación de limpieza, de compras, se come la plata”, expuso González durante la plenaria en la que se aprobó la interpelación a Bataglia.

En la última licitación por lim­pieza, el IPS rubricó un con­trato con US$ 7,3 millones, que según la Contraloría estaba viciada, con direccionamiento e inclusive asegura que no se debió haber adjudicado.

Proveedores amigos ganan el doble por cada empleado de limpieza

Limpiadores cobran sueldo mínimo, pero al IPS le cuesta casi el triple el servicio de cada empleado tercerizado.

Las empresas ganan más del 100% por cada trabajador que figura en su nómina.

IPS les paga a sus mimadas fir­mas de limpieza más del 100% de la remuneración básica que estas contratistas están obli­gadas con cada empleado. Si vamos a la cuestionada y direccionada última licita­ción de G. 50.367 millones que Bataglia otorgó a Cevima SA, vemos que cada empleado de esta empresa tiene un costo unitario para el IPS de entre G. 6.200.000 y G. 6.700.000.

Sin embargo, estos emplea­dos como mucho perci­ben el salario mínimo de G. 2.550.307. Esto significa que les queda unos G. 4.150.000 en promedio de ganancias por cada personal, cifra que casi duplica el básico pagado a los trabajadores.

INFORME DNCP

En el marco de la investi­gación que abrió la Direc­ción Nacional de Contra­taciones Públicas (DNCP) por las publicaciones de los limpiadores “mau”, se descubrió que una de las supuestas limpiadoras del IPS percibía un salario de G. 2.747.188, que es el caso de la señora Miguelina Brí­tez Vda. de Martin.

La mujer supuestamente estaba afectada al servi­cio de limpieza del IPS por parte de una de las empre­sas de Alberto “Pulpo” Palumbo. Doña Miguelina contó a nuestro equipo de Investigación que era la cocinera de la casa de los Palumbo, y contó que jamás trabajó de limpiadora para la empresa de este.

Es decir, no solamente se quedaba con una más que importante diferencia del costo operativo de cada empleado, sino que, ade­más, estos ni siquiera ser­vían como limpiadores de los centros asistenciales del IPS.

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