Según la fiscal antidrogas Lorena Ledesma, la investigación de “Cabeza Branca” constituye el caso más grande y relevante de lavado de dinero en Paraguay. El “barón de la droga” inyectó dinero sucio en el país y habría utilizado el sistema financiero para ese fin. Según la investigación fiscal, el banco Atlas formó parte del esquema y evitó realizar las debidas diligencias antes de otorgar un millonario préstamo a Gilberto Suárez, el tractorista del narco, hoy imputado por lavado de dinero. El banco de la familia Zuccolillo ahora quiere quedarse con la estancia del narco que fue puesta como garantía hipotecaria, pero que hoy está siendo administrada por la Senabico.

  • Por Jorge Torres Romero y Cinthia Mora

El poderoso jefe narco Luiz Carlos da Rocha, alias Cabeza Branca, inyectó muchísimo capital en diversas empresas paragua­yas con dinero proveniente del narcotráfico. El criminal, dete­nido en Brasil, era considerado un “barón de la droga”; sobre sus hombros llevaba más de 50 años de condena y 24 órdenes de captura por parte de la Jus­ticia Federal del Brasil.

En una entrevista concedida a radio UNO, en enero del 2021, la fiscal Lorena Ledesma, de la Unidad Especializada en la Lucha contra el Narcotrá­fico, había señalado que el caso de Luiz Carlos da Rocha, alias Cabeza Branca, es el más grande en cuanto a acti­vos inyectados en el sistema financiero que se maneja y el más relevante que tiene el país.

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Este es el pagaré firmado al banco Atlas por el tractorista de “Cabeza Branca” por valor de US$ 6,5 millones.

Junto con sus hijos, Da Rocha tiene un proceso abierto en Paraguay desde diciem­bre del 2017 por lavado de dinero, en el que están inclui­das además otras 20 perso­nas por las inyecciones de capital con dinero sucio que el narco metía en innumera­bles empresas y en el sistema financiero paraguayo, a través de sus testaferros.

El criminal, que tenía un gran poder en el mundo de las dro­gas, empezó su actividad delic­tiva hace 20 años y siempre fue el objetivo de Paraguay y Bra­sil. Aquí no pudo ser detenido porque gozaba de mucha habi­lidad y logística. De acuerdo con la agente fiscal, también influía mucho la naturaleza, ya que era muy difícil llegar a su estancia porque antes de alcanzar el lugar había que pasar cinco portones, y cuando se llegaba, él ya huía por el río.

Tras permanecer 30 años prófugo de la Justicia, Da Rocha finalmente fue cap­turado en el interior de la panadería del municipio de Sorriso, del Estado de Mato Grosso, Brasil, a 390 kiló­metros de Salto del Guairá y a 520 kilómetros de Ciudad del Este, el 1 de julio del 2017.

Este es el contrato de línea de crédito con garantía hipotecaria y acta de desembolso entre el banco Atlas y la firma Biobras SA, cuyo principal accionista es Gilberto Suárez, tractorista de una de las estancias de “Cabeza Branca”.

En Paraguay, la investigación contra “Cabeza Branca” es una de las más grandes y más anti­guas en cuanto a la identifica­ción de activos. La cantidad de bienes es inmensa, de acuerdo con Ledesma. “Era muy impor­tante y peligroso en el mundo de tráfico de drogas”, acotó.

Aquí, el narco no sola­mente tenía 20 estancias, con supuesto movimiento de ganado, sino que además varias empresas en diferen­tes modalidades. También se identificaron 98 inmue­bles en el área Central y casi 100 vehículos que la Poli­cía Nacional tenía orden de incautación.

Ahora salta que entre los bancos utilizados para lavar dinero, el narco hizo turbios negocios con Atlas, de la fami­lia Zuccolillo, a través de un aparente testaferro. El banco Atlas otorgó un préstamo de US$ 6,5 millones a una empresa vinculada al con­siderado mayor narcotrafi­cante de América del Sur. Gil­berto Suárez, imputado por lavado de dinero, cliente de Atlas, aparece como el pres­tanombres.

CRONOLOGÍA DE LA OPERACIÓN LAVADO DEL NARCO LUIZ CARLOS DA ROCHA, ALIAS CABEZA BRANCA, EN BANCO ATLAS:

En el año 2015, el banco Atlas dio un crédito de US$ 6,5 millones a una empresa vinculada al pode­roso narco brasileño Luiz Carlos da Rocha.

Gilberto Suárez, cliente de Atlas y presunto prestanombre del poderoso narco, figura como pre­sidente de la firma Biobras y fue quien accedió a la línea de crédito, ofreciendo la estancia Cielo Azul como garantía hipotecaria.

Al incumplirse la devolución de lo prestado, el banco de la familia Zuccolillo recurrió en el año 2019 a la justicia para rematar el inmueble y recuperar su dinero.

Sin embargo, en el 2020, Cielo Azul pasó a manos de la Senabico tras la intervención fiscal en la causa contra el narco y la veintena de testaferros que tenía a su disposición.

Al aplicarse una prohibición judicial de contratar sobre Cielo Azul, Senabico solicitó suspender el remate e inició un litigio que sigue pendiente de resolución.

Este año, la fiscal Lorena Ledesma, de la Unidad Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico, reveló las conexiones entre el banco Atlas y las personas ligadas al mundo de la droga. Señaló que el banco habría participado activamente en operaciones para el “otorgamiento de préstamos a personas que no reunían el perfil financiero, y de esta manera, contribuir a la integración de sumas de dinero producto del narcotráfico”.

Al destaparse el escándalo, la Comisión Bicameral de Investigación al lavado de dinero y otros deli­tos conexos (del Congreso) anunció que investigará el negocio del banco Atlas con el narco.

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