El ex ministro del Interior sigue husmeando en instituciones altamente sensibles a la seguridad y el combate al crimen organizado, pese a que este perdió el cargo por su estrecha vinculación, como favores recibidos del presunto narco más buscado en su momento Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, principal objetivo del frustrado operativo Turf y a quien el defenestrado Giuzzio casi convirtió en proveedor del Estado.
- Por Rossana Escobar M.
- rossana.escobar@nacionemedia.com
El ex ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y del Interior Arnaldo Giuzzio, que calzó como un disparador de la campaña proselitista oficialista, valiéndose de algunas instituciones e intentando prender fuego a las que no se alinean a sus objetivos, como el Ministerio Público, al que busca descabezar precisamente desde meses previos en que se activaran varios operativos antidrogas, frecuenta la institución antinarcóticos como si fuera un funcionario en cumplimiento de sus labores.
Aprovechándose del beneficio que le otorga la Ley 6667 que rige para los ex altos funcionarios de la Senad de contar con custodia hasta dos años después de haber dejado la institución, Giuzzio se pasea por las oficinas del ente, pese a que precisamente fue destituido del cargo público por sus vinculaciones con Marcus Vinicius Espíndola, presunto narcotraficante de gran interés del Brasil.
Investigaciones realizadas por nuestro equipo constataron que el defenestrado Giuzzio va cuando quiere, entra y sale frecuentemente de las instalaciones de la Senad con todas las prerrogativas de cualquier máxima autoridad, en este caso, igual a las de la ministra Zully Rolón.
El ex ministro tiene a disposición dos camionetas del Estado, cobertura de guardia permanente. Uno de los móviles es una camioneta Toyota Prado color plata, propiedad de la Senad, y la otra es una Land Cruiser del Ministerio del Interior.
En la Toyota Prado de la Senad frecuenta esta institución y por los antecedentes de conexión con presunto capo narco, sus visitas alertaron para que fuentes provean la información.
¿Por qué un ex ministro destituido por sus vínculos con el narcotráfico y que se dedicó en los últimos tiempos a campañas mediáticas para desviar el problema de seguridad sigue ingresando a la Senad?, es una pregunta cuya respuesta capaz guarde relación con los últimos ataques políticos que viene realizando a través de la prensa oficialista, utilizando información reservada conforme a sus intereses.
La ministra de la Senad, Zully Rolón, ensayó una versión muy poco convincente sobre las “visitas” de Giuzzio a su institución.
Al parecer, leal al ex funcionario que le cedió el puesto, la secretaria de Estado argumentó que en el contexto de la cobertura de seguridad que tiene el ex ministro se toma la molestia de llevar hasta la Senad la camioneta para el mantenimiento de la misma. “Él viene, en ese contexto, a dejar su vehículo para su mantenimiento correspondiente, porque eso sí es nuestra responsabilidad y seguramente que al dejar se le ve, pero él no hace oficina acá, yo, para ser sincera, en una oportunidad conversé con él encontrándole por el patio, le invité a pasar y fue nada más que eso”, sostuvo Rolón.
Llama la atención que, para el servicio de mantenimiento, Giuzzio traslade el vehículo hasta la Senad y no hasta un taller. Consultada si esta tarea no le corresponde al chofer asignado, Rolón manifestó: “Pero nosotros no le podemos negar la entrada a nadie a la institución, yo creo que él de paso suele hacer eso. Pero yo desconozco porque él trata con la dirección de servicios generales y también con la dirección administrativa”.
Cabe recordar que Giuzzio fue destituido el 22 de febrero pasado tras haberse conocido el favor recibido por parte de Marqués de Padua, quien le había prestado un vehículo al ex ministro para vacacionar junto con su familia en el Brasil. Además, se supo mediante investigación periodística que el supuesto narco venía reuniéndose con Giuzzio para hacer negocios con el Estado, en carácter de proveedor de equipos de blindajes y chalecos antibalas para el Ministerio del Interior y la Policía Nacional.
Según Rolón, Giuzzio apenas fue dos a tres veces en este tiempo a la Senad; si tomamos lo dicho por la ministra, el vehículo que le dieron a su antecesor es bastante problemático ya que en menos de tres meses fue varias veces “por mantenimiento” a la institución.
“JJ”, brazo de Giuzzio en ministerio
Juan Manuel Jara, conocido como “JJ”, aunque varios quienes trabajaron con él lo llaman “Pepino”, es un incondicional a Giuzzio y a quien este nombró director de inteligencia de la Senad durante su administración.
Al asumir como ministro del Interior, Giuzzio llevó a su leal “JJ” a esta institución donde todavía ocupa un puesto y desde donde opera para mantener informado a su padrino político. Fuentes muy fidedignas incluso alertan que “JJ” está en un fuerte operativo de presión a funcionarios de inteligencia de la Senad sobre datos estadísticos para generar otro ataque político, a través de la prensa amiga con información sesgada como la trascendida recientemente desde la Seprelad.