El subcontralor General de la República, Augusto Paiva, sostuvo que la previsional debe entregar las documentaciones que respalden la contratación masiva de limpiadores mediante la empresa del “Pulpo” Alberto Palumbo. “Lo público es público”, aseveró.
Ante la llamativa cantidad de limpiadores que fueron contratados por el IPS solicitamos vía Ley de Acceso a la Información Pública la nómina de sus empleados proveídos por las contratistas de licitación de G. 73.000 millones. Los datos requeridos consisten en sus respectivos nombres, la empresa a la cual pertenecen, y en qué área del hospital están prestando servicios.
Según el Pliego de Bases y Condiciones del contrato que firmaron las empresas adjudicadas los datos mencionados más arriba debieron haber sido proveídos al IPS; sin embargo, en la institución se desentendieron de proveer lo solicitado.
“Corresponde informar a la recurrente sobre lo dispuesto en el Art. 8 de la Ley N° 5282/14, que establece cuál es la información que las Instituciones se encuentran obligadas a poner a disposición del público, de lo que se concluye que el I.P.S. no está obligado a proveer la Información requerida” fue la respuesta de la Unidad Anticorrupción y Transparencia a la solicitud de nuestro medio.
La asesoría jurídica no proveyó el documento mencionado para desestimar el pedido de informe.
Consultado sobre el caso, el subcontralor General de la República, Augusto Paiva, comentó que; “Debería ser pública y tener la información por Ley de Acceso a la Información Pública. Lo público es público”. Aseveró que el IPS debe entregar la nómina de funcionarios tercerizados.
No solamente el subcontralor se refirió al tema, sino que también anteriormente el abogado Federico Legal, miembro de la Organización de Transparencia IDEA, declaró que sin dudas estos datos son considerados públicos, ya que obran en poder de la institución y pueden ser solicitados por cualquier ciudadano paraguayo. “En este caso si, no hay duda si figura en el pliego, si es una condición para que quede aceptada la oferta, entonces sí tiene que ser considerada información pública”, había respondido el mismo en su momento.
Vale recordar que en la licitación de limpieza adjudicada figuran la provisión de 1.504 empleados, de los cuales 689 corresponden a firmas del empresario Alberto “Pulpo” Palumbo y los restantes a Cevima, otro pez gordo de las licitaciones de servicio de higienización, propiedad de Claudio Escobar.
El estado de los sanitarios y la cantidad señalada de personal que no es visible en los pasillos de la previsional generan sospechas del cumplimiento, lo que motivó el pedido de informe que la administración de Vicente Bataglia se desentiende de suministrar.
Por otra parte, el IPS realizó un nuevo llamado a licitación para contratar más servicios de limpieza, esta vez por el valor de G. 109.000 millones, es decir, G. 36.000 millones más del contrato actual.
El Pliego de Bases indica 24 meses de servicio en la anterior adjudicación, sin embargo, en letras chicas redujeron a 9 meses en la planilla vigente. Ante esto la Contraloría General de la República solicitó un informe al presidente Bataglia y un plazo de diez días hábiles para la respuesta sobre el proceso licitatorio en curso que otra vez otorga amplia ventaja al “Pulpo”.
Según las ofertas presentadas, Palumbo y Escobar se quedarán de vuelta con la mayor tajada de la licitación de limpieza en proceso. El primero asegura G. 61.000 millones de una propuesta global por G. 70.500 millones. Mientras que, su dupla (Escobar) es único oferente en lotes por G. 50.000 millones.
Vale mencionar que, durante la serie de publicaciones de miserias e irregularidades en la prensa, Bataglia se pegó el lujo de salir de vacaciones anunciando su retorno en 30 días; sin embargo, reapareció en estos días y llamó a una sesión extraordinaria del Consejo Directivo del IPS. La repentina vuelta del titular de la previsional y las reuniones que surgen en medio de más y más millonarias licitaciones como para el servicio de vigilancia sacuden en críticas a la administración por parte de los asegurados que buscan atención médica y remedios, antes que pelotón de guardias que los vigilen.