En el penal de Tacumbú, el sistema de control y verificación de las mercaderías que ingresan en su interior es nulo. La facilidad con la que ingresan camiones sin ningún tipo de inspección quedó evidenciada en imágenes que logramos captar durante un recorrido realizado alrededor de la penitenciaría más grande del país. Y ante esta alevosa situación, las autoridades responsables no hacen otra cosa que solo esconderse para no dar las debidas explicaciones ante la descontrolada situación.
Varias veces llamamos al director de Tacumbú, Manuel Garay Romero, para conocer su versión sobre el descontrol en la entrada de la penitenciaría y el ingreso de alcohol y armas vista a luces en redes sociales, pero el mismo se refugió en el silencio.
Semanas atrás, reclusos festejaron el cumpleaños del líder del clan Rotela, Armando Rotela, quien tiene varios simpatizantes dentro y fuera del penal. Videos del festejo interno se viralizaron a través de las redes sociales donde se realizó un combate de boxeo clandestino generando todo tipo de comentarios. Una situación que también demuestra que Tacumbú se les fue de las manos.
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Al respecto y el único que habló hasta el momento fue el viceministro de Política Criminal, Daniel Benítez Romero, que finalmente terminó sin aclarar muchas cosas. Durante una entrevista en el programa “Dos en la Ciudad”, emitido por Canal Gen y Universo 970 AM, de Nación Media, aseguró que los controles deben ser realizados estrictamente por las autoridades del penal.
Sin embargo, los resultados están a la vista. “Las autoridades del penal son las encargadas de realizar el control y si no lo hacen, debemos tomar las medidas correctivas”, señaló el viceministro.
En las propias narices de las autoridades y a la vista de todos, se muestran los privilegios con que cuentan unos cuantos que dominan toda la penitenciaría. Y las ostentaciones en redes sociales se ven día a día en los perfiles de los mismos reclusos que, pese a las normas, hacen hasta transmisiones en vivo vía Facebook.
Las redes están atestadas de fotografías y videos de reclusos que comparten la manera en la que viven dentro del penal. Con celulares, aires acondicionados, equipos de sonido, grandes televisores, notebooks, y actividades muy particulares de recreación, en las que se encuentran las riñas de gallo. Precisamente, a través de posteos realizados por algunos reclusos conocimos a “Sicario”, el gallo que por lo que denota el nombre, es el que más apuestas se lleva entre los internos.
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No podemos dejar de mencionar que los internos explotan cantinas, y se surten de todo, especialmente de alcohol, que también constatamos en el recorrido por los perfiles de Facebook de algunos de los reclusos. Además, en fotografías se los ve con todo tipo de arma blanca, con que realizan alevosas demostraciones de dominio dentro del penal.
Estas situaciones son las que confirman que no existe control riguroso en el penal. En la entrada principal, el primer filtro de verificación, todo ingresa con facilidad ante la desidia de los funcionarios penitenciarios que, en este momento, están exigiendo ser incluidos en el subsidio de alimento que está reglamentado solo para aquellos que cumplen 24 horas de trabajo.