Secretaría de René Fernández, que debería adelantarse en articular políticas anticorrupción de manera transversal en el Estado, recibe miles de denuncias, pero pesquisas no llegan a la mitad. En este gobierno llegaron 5.305 denuncias ciudadanas a su institución, cerca de la mitad todavía “en proceso de investigación” y de la otra mitad cerrada (2.995), apenas 18 casos vieron como indicios de corrupción.
En un país en el que todos los días se denuncian hechos de corrupción, resulta tragicómico los pobres números de investigaciones concluidas por la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac), cartera que, en teoría, debe liderar y articular acciones interinstitucionales para la lucha contra este mal.
Entre el 2018 y 2022 se recibieron 5.305 denuncias anónimas de posibles hechos de corrupción, de las cuales 2.310, casi la mitad, aún “están siendo procesadas”, lo que denota una lentitud inexplicable para avanzar en las pesquisas, esto cuando Anticorrupción tiene a su disposición todos los recursos para culminar prósperas investigaciones.
Esta secretaría, que tiene por ministro al ex fiscal René Fernández, de 2.995 denuncias descubrió y remitió apenas 18 casos de corrupción al Ministerio Público. De acuerdo a los datos de la Senac, fueron enviadas 180 carpetas de hechos punibles a la Fiscalía; sin embargo, de esta cifra, 163 corresponden a una sola causa que hace referencia al cobro irregular por parte de un grupo de funcionarios públicos del subsidio Ñangareko, ayuda económica que estaba dirigida a personas de escasos recursos durante la pandemia, pero que terminó en manos de avivados.
DOS CASOS DE CONTRABANDO
Uno de los hechos que más perjudican a la economía y a los trabajadores formales es el contrabando; sin embargo, en tres años y medio la Senac solo remitió al Ministerio Público dos casos de contrabando, uno en el Puente de la Amistad y otro en zona de Nanawa, Falcón y Puerto Elsa.
Es sabido que en dichos lugares el comercio ilegal opera a plena luz y en la mayoría de los casos en connivencia con funcionarios estatales; por ende, que solo hayan remitido a la Fiscalía dos casos de contrabando resulta un chiste de mal gusto.
El registro de investigaciones realizadas por la Senac, que nos proveyó a través de la Ley de Acceso a la Información Pública, revela que durante la gestión del actual gobierno apenas se detectó un caso de cobro indebido de honorarios, tres hechos de lesión de confianza, cinco estafas, dos hurtos agravados, de los cuales uno hace referencia a un caso de sustracción de combustible de un vehículo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).
Los escasos resultados en investigaciones de la Senac solo dan a entender que las denuncias realizadas por los ciudadanos son desacreditadas. De hecho, un total de 2.387 denuncias fueron desestimadas por Anticorrupción, lo que representa un 45%.
La secretaría de René Fernández desestima denuncias especialmente por dos razones: por “no reunir con los requisitos de admisión” y porque de acuerdo al análisis de la Senac, no corresponde un hecho de corrupción, entonces se procede a desestimar y archivar.
La misión de la Senac menciona textualmente que deben “liderar la aplicación de políticas de transparencias de gestión y lucha contra la corrupción en todas las instituciones del Poder Ejecutivo”; sin embargo, los números oficiales dejan al descubierto que Anticorrupción hasta el momento ha sido una cartera prácticamente inexistente para la lluvia de denuncias que reporta la ciudadanía.
Acomodados ex fiscales que no reportan corrupción
Anticorrupción formó parte del grupo de instituciones que componen la Comisión Especial de Supervisión de Compras Covid (CESC), integrada por los amigos que no vieron irregularidades en licitaciones de emergencia.
La Comisión Especial de Supervisión de Compras Covid (CESC), liderada por el entonces ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas, Arnaldo Giuzzio, e integrada por la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac), fue una de las que investigaron, pero terminaron blanqueando la polémica compra de insumos chinos.
Giuzzio dijo que no hubo daño patrimonial, cuando se reportaron hasta indicios de contrabando y sobrefacturaciones en la compra de camas al clan Ferreira.
El Ministerio de Salud tuvo que rescindir contrato ante el rosario de irregularidades detectadas por la Contraloría. Esta cartera casi pierde el anticipo abonado, pero para Giuzzio y su amigo Fernández, no hubo daño. Miles de personas fallecían mientras tanto.
Otro de la rosca de Giuzzio y Fernández es el ministro anticontrabando, Emilio Fúster, también con cuestionada gestión, quien prometió combate por cielo, tierra y agua al comercio ilegal; sin embargo, lo supera el ingreso en negro que hasta lo llaman “ministro pro contrabando”.