Pablo Seitz, director de Contrataciones Públicas, confirmó que en una semana aproximadamente finalizará la investigación al caso Tajy, firma del humilde constructor de pozo artesiano que en los papales vendió 50 mil kilos de harina, aceite, manteca, etc. a la Municipalidad de Ciudad del Este; sin embargo, el señor no tiene un solo gramo de stock de estos insumos. La falta de justificación de la licitación, el motivo por el que no se evaluó la capacidad financiera, así como el precio son algunos de los 15 puntos analizados en las compras covid de alimentos en la administración Prieto.
La Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) es otra de las instituciones que está próxima a finalizar investigación relacionada a la licitación covid de alimentos de Miguel Prieto. En este caso, se trata de la escandalosa compra de 50.000 kilos de harina, manteca, aceite, azúcar, entre otros, que totalizaron la suma de G. 306.188.500 y que tuvieron como superproveedor a un humilde constructor de pozo artesiano.
Así informó el director de la DNCP, Pablo Seitz, quien indicó que el estudio a la adjudicación a Tajy Servicios Generales de don Buena Ventura Morínigo inició a finales de octubre del año pasado. La firma pertenece a un constructor de pozos artesianos que no tenía ni idea del millonario contrato con la municipalidad y que negó rotundamente tener un depósito o un stock de alimentos. “Qué voy a vender si no tengo”, fue lo que dijo don Morínigo al equipo de investigación del Grupo Nación.
Seitz detalló que en total son 15 los puntos analizados por la DNCP, entre ellos pedido de justificación de la licitación, además de varios documentos exigidos a la municipalidad. Así también, Contrataciones Públicas estudia el motivo por el que la administración de Miguel Prieto no solicitó el requisito de la capacidad financiera. El precio por el que se compraron los alimentos también es objeto de análisis, indicó el director de la DNCP.
El caso de Tajy cuenta con altos indicios de una falsificación de documentos, dado que don Buena Ventura aseguró que no firmó ningún documento con la municipalidad; sin embargo, su supuesta firma es la que está estampada en los contratos homologados por el mismo Miguel Prieto. Además, el negocio no es del rubro de alimentos sino de la construcción y no dispone ni un solo kilo de los insumos facturados a la Comuna.
Además del caso de Tajy, esta investigación incluye a otras licitaciones, como la contratación a Tía Chela, la despensita que fue adjudicada para proveer 25.000 kits de alimentos a familias de escasos recursos en plena crisis sanitaria.
La Contraloría General de la República (CGR) ya realizó una auditoría a la licitación de Tía Chela y constató que efectivamente la compra fue armada de modo a beneficiar a Fermín Ávalos, propietario de Tía Chela. En aquel llamado por la vía de la excepción que ascendía a G. 2.949 millones, la municipalidad cursó invitaciones a Danielito SRL, firma que pertenece al padre de Fermín, y a Yrupe, una empresa que en ese momento fue recientemente beneficiada con un millonario contrato.
Denuncias de coima en obras de Prieto
Audios revelaron negociado en licitaciones y el encargado de cobrar las coimas era supuestamente su actual concejal Pedro Acuña.
Desde que Miguel Prieto asumió la Intendencia de Ciudad del Este en mayo de 2019, se hicieron públicas innumerables irregularidades, licitaciones amañadas y grandes negociados que beneficiaron a su entorno político.
Tal es el caso de la licitación para la construcción de la Costanera Ñande Renda, una discrecional adjudicación que fue realizada en medio de millonarios pagos de coima. Unos audios que se volvieron virales señalaban al hombre de confianza de Miguel Prieto y ahora concejal municipal, Pedro Acuña, como el encargado de cobrar sumas millonarias a Enrique Vázquez, representante de Ñande Y Poti, firma adjudicada para realizar la obra de la Costanera. El caso es uno de los 19 denunciados y que duermen en el Ministerio Público.
El empresario relató que le ofrecieron la licitación a cambio de “recompensas” y detalló que pagó G. 1.550 millones en concepto de coimas. Acuña, supuesto intermediario de los “incentivos” que denunció el contratista también se ganó el mote de mago de las finanzas, dado que de vivir en un modesto alquiler pasó a llevar una vida ostentosa, desplazarse en camionetas lujosas y de financiar una impresionante campaña proselitista, esto sin que se le conozca un trabajo, anterior a asumir como concejal.