Como una gavilla, impresentables forman fila detrás de Hugo Velázquez para el reacomodo en el 2023. En estos días reapareció como parte de su equipo político Sergio Coscia, ex procurador que en el 2020 fue centro del escándalo por un oscuro acuerdo con proveedor argentino para regalar US$ 7 millones de Petropar.
Una agenda cargada de actividades totalmente ajenas a los intereses del país es la que maneja el todavía vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, aunque pareciera que él olvidó ese detalle del cargo que ocupa.
En una reciente fotografía difundida en redes sociales, durante un encuentro del martes último en la Vicepresidencia de la República, se ve a Velázquez con sus nuevos apoderados y operadores políticos. Entre ellos está Sergio Coscia, quien fuera procurador general de la República hasta diciembre del año pasado, que se vio obligado a renunciar tras conocerse que prácticamente regaló una deuda que requería la firma argentina Texos Oil a Petropar.
Recordemos que desde el año 2011, Petropar mantiene una puja judicial con la empresa argentina Texos Oil, que planteó una demanda por daños y perjuicios por responsabilidad contractual, reclamando cobro de un poco más de US$ 30 millones, monto que desangraría las arcas del Estado.
Mediante un acuerdo conciliatorio de carácter extrajudicial se firmó el 2 de diciembre del 2020 para la entrega de US$ 7 millones a favor de la empresa argentina con el argumento de que el Estado perdería más. El documento lleva la firma del ex procurador general Sergio Coscia, el mismo que hoy está acomodado por Velázquez, además del actual presidente de Petropar, Denis Lichi.
En febrero de este año, la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac) remitió un informe al Ministerio Público donde desmentía la versión de Coscia.
El segundo del Poder Ejecutivo encabeza varios actos en muchos puntos del país, con varias promesas y, más preocupado que nunca por la situación ciudadana, expone sus prematuros proyectos utilizando la estructura del Gobierno Nacional para captar adherentes en su campaña proselitista, poniendo en duda el financiamiento de su seguidilla de festines, obsequios y continuos tours a lo largo de la República.
La desesperada campaña de Hugo Velázquez comenzó a rescatar a personajes que en este gobierno salieron por la ventana, como es el caso de Coscia. Pero además se desarrolla con el arreo de ministros, altos funcionarios en detrimento de sus obligaciones estatales muy bien remuneradas.