Dos, tres casas, estancia con animales, casero, negocios con facturaciones millonarias son parte de la prosperidad de algunos agentes de la Patrulla con misteriosos orígenes.

• Por Rossana Escobar M.
• rossana.escobar@gruponacion.com.py

Anoche en “Tierra de nadie”, un nuevo capítulo del hilo de los inspectores vips dejó ver colección de casas entre resi­dencias de descanso, estan­cias, empleados, lujosos auto­móviles de altos jefes, así como un secretario “de oro” que se pasea en una lujosa Toyota Hilux. De manera fantasiosa aparecen parejas, exparejas, con antecedentes de declara­ciones juradas vacías, modes­tos salarios que pegaron el gran salto económico y asu­men las millonarias inversio­nes. Surge también un cuñado de oro, “mago de las finanzas”.

Amancio Morínigo el ya popu­lar planillero vip de la Patrulla Caminera por su buen vivir y un sueldo asegurado sin tra­bajar de G. 9,7 millones, tiene un cuñado “de oro”.

Blas Antonio Valdez es her­mano de Blanca Godoy, madre del hijo del vip Morí­nigo y hasta el 2016 aspirante a inspector en la Caminera.

De condición muy humilde, el hermano y la mujer se volvie­ron “magos de las finanzas” al lado del inspector, con una gigantesca residencia, nego­cios, depósito de materiales en un complejo de potente infraes­tructura con camiones, etc.

Blas no supo explicar su receta de la fortuna, aun­que su hermana, la madre del hijo de Morínigo salió al paso y dijo a nuestro equipo al tiempo de enredarse en el próspero negocio que la clave es hacer de todo; “digamos: multifacético y trabajamos juntos”.

El joven de 30 años a quien le costaba expresarse en espa­ñol se evidenció que era ape­nas un modesto obrero antes de asumir semejantes inver­siones en la ciudad de Minga Guasú donde está asentado el complejo comercial y la enorme residencia. De hecho, los últimos salarios registra­dos en IPS hasta noviembre del 2018 de G. 2 millones no dejan dudas de la humilde condición de Blas.

La ex uniformada negó actuales vínculos senti­mentales con Morínigo y dijo que no lo ve hace meses, sin embargo, la camioneta modelo 2022 del inspector, adquirida hace unos meses reposaba en el patio de la casa donde hallamos a los hermanos.

“Primero obrero, ere erea, no tenemos problemas acá, ikuãro nde rueda ikatu jai­pe´a ñambotyka ha ñamoî jey”, decía el joven mezclando el guaraní con el castellano ante su limitación de expre­sarse en el idioma español. Intentamos varios contactos con Morínigo, sobre la citada propiedad que se suma a sus compras de vehículos de lujo y a su estancia en Misiones, pero este se llamó a silen­cio, no respondió llamadas ni mensajes.

Humberto Rojas junto con su ayudante Mario Rivarola habían venido a toda bala de ciudad del Este a la Central, luego de que saltaran imá­genes de las camionetazas y demás lujos de los que dis­frutaban en esa regional de la Caminera.

Una parodia de sumario se había abierto en la institu­ción luego de que el dipu­tado Juan Carlos “Nano” Galaverna denunciara un supuesto esquema de recaudación irregular encabezado por Rojas y su leal. Esto quedó en la nada y ambos continúan disfru­tando el buen pasar, pero guardando un poco más las formas.

Nuestro equipo de inves­tigación constató que Rojas mantiene en su casa una variedad de vehículos de alta gama, algunos atribuidos a la mujer. El inspector que está a la espera de nueva confirmación en envidia­ble jefatura, intercambia vehículos para venir a la Caminera.

Se lo ve cambiar de camio­netas en tiempo récord, pero no se descuida en registrar a su nombre. En los últimos meses lo pes­camos en una camioneta Hiunday Creta, un auto­móvil Toyota Corolla y de su residencia vimos salir variedad de lujosos vehí­culos. Una importante casa que abarca más de un terreno tiene Rojas, con pileta, área de juego, impo­sible de construir y mante­ner con un sueldo de hoy de G. 10, 4 millones.

Ante la consulta de cómo hizo, el inspector dijo que su esposa Mirta Buena tiene su negocio. Nues­tras pesquisas revelan movimientos millonarios de dinero, de un negocio que al parecer tiene muy buen colchón económico, con capacidad de finan­ciamiento y un volumen de facturación de unos G. 1.500 millones.

informes sobre esas perso­nas”, dijo anoche Torres en Tierra de Nadie.

Es un misterio el origen del capital considerando que la esposa de Rojas hasta el 2009 tenía un seguro de favor y en IPS registraba un salario de G. 1.341.000. En la última década, el matri­monio en el que no hay sepa­ración de bienes pegó el gran salto en su economía.

Rojas dijo que traería los documentos que avalan todo el movimiento finan­ciero, pero nunca apareció por nuestra redacción.

Mientras aguarda el paso de la tormenta por las denuncias de las que fue blanco al ser visto en camioneta de alta gama, imposible de comprar con su sueldo de G. 7 millones, Mario Rivarola, cono­cido como el secretario “de oro” de Humberto Rojas guarda las formas en la Caminera, pero no en la calle.

Un recorrido por su barrio dejó ver una flota interesante de vehículos en su modesta residencia de Capiatá, entre ellos un cero km. Lo más alevoso, es que la misma camio­neta vista en el estacionamiento de la Caminera en Ciudad del Este que Rivarola como su jefe habían negado ser de su uso, estaba al mando del secretario “de oro” y guardado en su domicilio.

Las denuncias resultaron ser ciertas, Rivarola se desplaza en vehí­culos de alta gama que no condice con sus ingresos y a la Cami­nera de la Central va en móvil de segunda mano. ¿De dónde sacó la camionetaza Hilux?

Otros prósperos de la Patru­lla Caminera son los ins­pectores Domingo Mén­dez (planillero vip) y Clara Noemí Alvarenga, actual jefa de prensa de la institución. En medio del amor hicieron florecer exitosos negocios inmobiliarios.

Mientras Méndez funge de agente inmobiliario, la ins­pectora Alvarenga asume ser la dueña de importantes pro­piedades con un sueldo de G. 4, 8 millones.

Un complejo de salones comer­ciales de al menos 8 por cada piso encontramos entre las propiedades declaradas por la inspectora. En épocas en que percibía sueldo de G. 2 millones, Alvarenga declaró la tenencia de media docena de importantes propiedades, de las cuales una está consig­nada como herencia.

Encontramos en el mapa catas­tral otra casa importante en una esquina a dos cuadras del edificio que alquila, y otros inmuebles en Itauguá.

Cuando consultamos sobre las propiedades y el modesto sueldo que percibe, Alvarenga respondió: “Yo soy hija única, en herencia tengo millones de hectáreas” sin embargo, en su declaración no figuran los millones de hectáreas de pro­piedades que dice heredar.

Mientras desarrolla sus millonarias inversiones, la inspectora Alvarenga vive en un modesto departamento en las inmediaciones de las pro­piedades señaladas.

El caso del inspector vip Édgar Articanaba refleja su extremo patriotismo de no abandonar la Función Pública ya que, según lo declarado por él mismo ante la Contraloría, su sueldo es anecdótico para vivir. Arti­canaba es uno de los plani­lleros que hoy percibe G. 9,7 millones, pero en tiempos que percibía G. 3,5 millo­nes de salario ya registraba grandes acumulaciones de bienes.

Nuestro equipo constató una enorme residencia en Villa Florida, lugar de des­canso de Articanaba. Una casa de dos plantas en san Lorenzo, animales además de heladería con inversión inicial de G. 100 millones, transporte escolar y flota de vehículos. Su manifesta­ción de bienes registra gas­tos de vida mucho mayores a su sueldo del Estado, pese a ello, Articanaba está fijo dentro de la planilla de suel­dos lo que sugiere su enorme amor a la Caminera.

El director de Declaracio­nes Juradas de la Contralo­ría, Armindo Torres señaló que la pesquisa que abrieron sobre los bienes de los ins­pectores vips, “magos de las finanzas” de la Caminera también alcanza a sus cón­yuges. Y en caso de incon­sistencias salpica al entorno, datos que serán puestos a cargo del Ministerio Público.

“No importa que esté a nombre del cónyuge por­que también la investiga­ción va contra los cónyuges, hoy pedimos informes por 10 personas, son 6 funciona­rios públicos pero pedimos informes de 10 porque eso es lo que declaran en sus decla­raciones juradas, los funcio­narios y mencionan a sus cónyuges entonces se pide informes sobre esas perso­nas”, dijo anoche Torres en Tierra de Nadie.

Doña Nélida Rosa es viuda de quien en vida fuera el inspector Arnulfo Oporto y que no tuvo el mismo pri­vilegio de los 15 inspecto­res vips ya que fue dado a retiro al día siguiente de ascender a inspector general.

La señora comentó anoche que le tenían como pelota de ping pon a su esposo ya que el mismo no colabo­raba con la bajada de plata semanal a los altos jefes. En el marco de su testi­monio sobre la repartija de supuesto dinero pro­veniente de coimas, nue­vamente saltó al tapete el nombre de Amancio Morí­nigo, a quien la viuda cali­ficó como una desgracia para su marido en la ins­titución.