Arcángel SA, proveedora por excelencia de merienda escolar al Estado y en la que la diputada Celeste Amarilla declaró G. 9.000 millones en cuentas a cobrar al asumir el cargo, continúa facturando. En junio se adjudicó licitación en la Gobernación de Caazapá.
La diputada Celeste Amarilla fue catalogada en su momento como la “reina de la merienda escolar” por los millones de dólares que las empresas a las que estaba vinculada facturaron al Estado. Al parecer, la parlamentaria mantiene su corona considerando el dineral que declaró en cobrar de una proveedora que sigue con el negocio, en este caso, Arcángel SA.
A la legisladora se le atribuye haber conseguido su fortuna mediante la provisión de merienda escolar, y las firmas Arcángel SA y Pinoty, a lo largo de los años, acumularon contratos con gobernaciones y municipalidades que totalizan unos US$ 45 millones. Por esto es que es blanco de escraches porque habiendo hecho negocios tan importantes con el Estado, actualmente afronta una sanción de Tributación por evasión de impuestos a la Renta Personal.
En junio de este año, Arcángel fue nuevamente beneficiada con una nueva adjudicación por G. 2.282.835.600 para la provisión de chipitas a la Gobernación de Caazapá, el contrato fue suscrito el 18 del citado mes y estará vigente hasta el 31 de enero del 2023. De acuerdo al portal de Contrataciones Públicas, a la fecha se han desembolsado G. 566.412.540 a favor de Arcángel.
En la declaración jurada del 2018, la diputada manifestó que las firmas Arcángel y Pinoty le adeudaban la suma de G. 9.087.690.568. Las cuentas a cobrar de Arcángel totalizaban G. 3.000 millones en ese momento, pero para el 2019 la deuda ya ascendió a G. 3.425 millones. Por suerte, gracias al contrato plurianual, la proveedora de almuerzo tiene asegurado al menos hasta el 2023 negocio con el Estado.
La diputada nunca explicó en qué concepto tiene deudas a cobrar a Arcángel, lo cierto es que es innegable que mantiene intereses con la proveedora de merienda escolar. Arcángel ha sido adjudicada con licitaciones desde el 2010, y aunque la diputada en un momento quiso desligarse de la empresa alegando que había vendido sus acciones, aún mantiene un vínculo de amistad con la representante legal de la firma, María Isabel Gavilán, cuya firma es la que va en los millonarios contratos y a quien defendió con vehemencia hace unos meses cuando estaba bajo la lupa de Tributación.
También carece de sentido que la diputada haya vendido las acciones que le correspondían en Arcángel por G. 920 millones, siendo que la deuda de la mencionada empresa era mucho mayor.
Lo cierto y lo concreto es que lo que hizo esta empresa fue asegurar su contrato con la Gobernación de Caazapá y no se descarta que esta firma, estrechamente ligada a la diputada, siga facturando millones en concepto de la merienda escolar.