Comercio ilegal de nunca acabar. Con bombos y platillos se había anunciado mega operativos por parte de la Unidad Interinstitucional de Prevención y Combate al Contrabando encabezada por Emilio Fúster; sin embargo, el contrabando recobró fuerza. Vendedores hablan de que pagan para ingreso de forma clandestina, prometen libremente en la vía pública llenar tanques de camiones con cientos de litros de combustible en zonas de Falcón y Remansito, en caso de esta última incluso en inmediaciones de puesto de control.

  • Investigación Grupo Nación

El incremento del precio del combustible y la nula intervención de las instituciones que deberían luchar contra el contrabando fueron propicios para que las zonas de Falcón, Nanawa y Remansito estén minadas de puestos de venta irregular de combustible.

Con precios que giran en torno a los G. 5.000 el precio del die­sel y entre G. 5.500 a G. 6.000 el precio de la nafta, los vendedo­res reciben diariamente a una incontable cantidad de moto­cicletas y vehículos, incluso de alta gama, que llegan hasta sus puestos y reciben la carga de combustible en bidones de cinco y veinte litros.

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Vehículos de alta gama llegan hasta Puerto Elsa para llenar sus tanques.

La alta demanda hace que alrededor del mediodía ya no quede ni una gota de nafta, die­sel o gasoil; algunos vendedo­res reponen su stock, mientras que otros prometen que conta­rán recién con combustible al día siguiente y hasta reciben pedidos de cientos de litros, incluso para llenar el tanque de un camión de 800 litros.

“Podemos mandar traer de allá (de Argentina) si te gusta. Tengo que ir a preguntar al puerto porque ellos traen de seguido. No sé cuándo voy a tener porque nosotros no traemos. El gasoil te va a salir G. 5.000 y la nafta a G. 6.000 el litro, hasta ahí te puedo hacer porque nosotros gastamos mucho para hacer pasar, tene­mos que pagar fletero, el bote, y ahí se gasta más, G. 4.500 por ahí me sale, G. 500 lo que va a ser mi ganancia”, expresó uno de los vendedores cuando fue consultado si tendría stock para llenar un camión de gran porte ya que ellos hacen ingre­sar el insumo “pagando y con estrategia”.

En la ruta Nanawa, autos y camionetas de todo tipo van en busca de menores precios.

En agosto de este año, se puso en marcha el Opera­tivo Barrera, y el encargado de dar este anuncio fue Emi­lio Fúster, coordinador de la Unidad Interinstitucional de Prevención y Combate al Contrabando (UIC). Se pre­veían controles en zonas fronterizas como Nanawa, Falcón, entre otras, para los que se pondrían a disposi­ción helicópteros, drones y otros equipos para monito­rear por agua y tierra y de esta forma evitar el contra­bando.

Sin embargo, en las zonas men­cionadas no hay ni rastros del “fuerte control” y el comercio irregular sigue su curso sin mayor inconveniente. Fús­ter pasó la pelota a las muni­cipalidades y aseguró que es competencia de los munici­pios prohibir la venta de com­bustible en la vía pública.

Agente especial de la COIA, Jorge Fernández.
Vendedor prometió conseguir hasta 800 litros de diesel.

“El Ministerio de Industria y Comercio (MIC) es el encar­gado del tema del combusti­ble, si viene una carta o algo a la Aduana que nos diga que tenemos que controlar el tema, vamos a partir de eso; mientras tanto, lo único que controlamos en este puesto es que no pasen en bidones, porque eso es peligroso, lo que están más hacia allá (los puestos de ventas) no es cruzando, la gente viene de Asunción, carga y regresa”, señaló Jorge Fernández, agente especial de la Coor­dinación Operativa de Inves­tigación Aduanera (COIA), en Vista Alegre.

Mientras las instituciones no se pongan de acuerdo y nadie se haga responsable, la venta irregular de combustible seguirá arrasando sin pro­blema alguno.

Venta de combustible de contrabando en las inmediaciones de puesto de control, en Remansito.

En Falcón la venta de combustible de contrabando se da con total normalidad. La zona es supuestamente objeto de control por la UIC; sin embargo, automóviles y motocicletas se quedan uno tras otro al costado de la ruta a cargar sus tanques y lo hacen con total normalidad, en plena luz del día y a la vista de todos. Esto forma parte de la nueva normalidad, mientras las instituciones tienen los ojos vendados.

En bidones de 20 litros, y con la ayuda de embudos y mangue­ras, los vendedores cargan los combustibles a los vehículos. En este caso, en la zona de Nanawa, había puestos de venta uno tras otro y los clientes no paraban de llegar. Lo llamativo es que en las inmediaciones de estos puntos de carga de combustible había un puesto policial, pero la actividad no era nada fuera de lo normal para el uniformado pues solo permanecía sentado en su lugar.

De acuerdo al agente especial de la COIA, en los puestos de con­trol se decomisan los bidones de combustibles que son trasladados en vehículos o en automóviles. Sin embargo, en los puestos están disponibles para la venta en bidones y también para la carga directa. Los precios de la nafta súper 97 van desde G. 5.500 a G. 6.000 el litro, y debido al octanaje es uno de los productos con mayor demanda y que se acaba con mayor rapidez.

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