La fiscalización a la compra de alimentos armada entre parientes está en fase conclusiva, confirmó el director de Contrataciones del ente contralor. Sonado caso de la despensita Tía Chela y el constructor de pozo artesiano que aparecen vendiendo miles de kilos de alimentos a la municipalidad, sin la capacidad financiera y sin contar con el stock. Hasta ahora es un misterio de dónde se compraron los insumos, mientras Tributación y la Fiscalía siguen en una interminable pesquisa.
Desde la Contraloría General de la República (CGR) indicaron que en una semana estará listo el dictamen respecto a la fiscalización que se realizó a las compras en pandemia de la Municipalidad de Ciudad del Este, específicamente la que hace referencia a la famosa compra de kits de alimentos al pequeño autoservicio Tía Chela.
El ente contralor solicitó a la municipalidad toda la documentación correspondiente a esta licitación, la que cuenta con varios indicios que apuntan a una compra direccionada a favor de la mencionada despensa.
“Se está elaborando el dictamen, estamos en esa etapa, una vez que tengamos concluido daremos los detalles”, indicó Paul Ojeda quien está a cargo del equipo de la fiscalización.
No obstante, señaló que todos los datos siguen siendo analizados, tanto la documentación proveída por la Municipalidad de Ciudad del Este como también la que está disponible en el portal de Contrataciones Públicas.
Cabe destacar que la administración de Miguel Prieto concedió a Tía Chela SRL el contrato por la vía de la excepción para la provisión de un total de 25.000 kits de alimentos por G. 2.949 millones. A la licitación fue invitado el comercio Danielito, propiedad de Fermín Ávalos, padre de Felipe Ávalos, dueño de Tía Chela.
El esquema de firmas invitadas se completó con Irupe, la que en ese momento se acababa de alzar con un contrato millonario por G. 1.298 millones para la provisión del almuerzo escolar.
En lo que respecta a Irupe, cabe señalar que la firma ni siquiera está dentro del rubro para la provisión de kits de alimentos, sino que más bien es un restaurante, sin embargo, fue tenida en cuenta para participar de esta licitación.
Tía Chela nunca antes había participado de ninguna licitación; es más, ni siquiera estaba inscripta en el sistema de proveedores de Contrataciones Públicas, sin embargo, fue una de las flamantes invitadas.
Otra de las irregularidades en torno a esta licitación es la capacidad financiera del pequeño autoservice, dado que, según la misma madre de Felipe Ávalos, él tuvo que prestar dinero para proveer los kits alimenticios.
Otro elemento que vale la pena destacar es que una de las firmas que proveyeron alimentos a Tía Chela es Vanemi SA, firma dedicada al rubro de la construcción. Pese a este alevoso hecho, ninguna de las instituciones a cargo pudo dilucidar el origen de estos alimentos cuya finalidad era llegar a las personas de escasos recursos en el peor momento de la pandemia.
El Ministerio Público, por su parte, inició hace más de un año una investigación que aún no concluye. El fiscal Juan Ledezma señaló que siguen analizando las documentaciones y pese a los allanamientos realizados a Tía Chela y los pedidos de informes a la Contraloría y a la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET), a la fecha no se han realizado imputaciones ni se ha esclarecido el caso.