Ni Contrataciones Públicas ni otras instituciones se percataron de que el llamado para la compra de kit de alimentos para familias de escasos recursos en Ciudad del Este estaba viciado de irregularidades. La Contraloría, por su parte, emitió un flojo informe que revela que se incumplió con el contrato que permitió que Tía Chela se alce con un pago antes de tiempo.
Las compras en el marco de la emergencia sanitaria por el covid-19 en Ciudad del Este estuvieron envueltas en irregularidades. Lo que debió ser una entrega de kit de alimentos para familias de escasos recursos que fueron afectadas por la pandemia, resultó en una gran cocinada ya que la licitación se redujo a una familia y a una firma recientemente privilegiada con un jugoso contrato y, además, con el riesgo de que la proveedora no cuente con la solvencia económica que se sospechaba desde un comienzo.
En noviembre del 2020 la Contraloría General de la República (CGR) emitió un escuálido informe en el que se afirma que la Municipalidad de Ciudad del Este, bajo la administración de Miguel Prieto, realizó un pago de anticipo que no estaba estipulado en el contrato ni en el pliego de bases y condiciones del llamado a licitación para la compra de kit de alimentos.
El monto total del contrato era por G. 2.949 millones para la entrega de 25.000 kits de alimentos. De acuerdo al pliego de bases y condiciones, el pago a favor de la empresa adjudicada recién se concretaría una vez que la firma cumpla con la entrega del 100% de los alimentos.
Esta especificación en el pliego no fue impedimento para que la administración de Prieto emita una orden de “pago parcial” de más de G. 1.769 millones a favor de la firma Tía Chela SRL, la “ganadora” de la licitación, cuando esta aún no cumplió con la entrega de la totalidad de los alimentos.
“El pago parcial por la suma de G. 1.769.790.000 a la empresa Tía Chela SRL por la provisión de 15.000 kits alimenticios entregados a la Municipalidad de Ciudad del Este no está estipulado en el contrato Nº 14/2020 suscrito entre ambas partes ni en el pliego de bases y condiciones”, expresa el informe de la Contraloría.
El contrato entre Tía Chela y la municipalidad fue firmado el 27 de marzo del 2020, para el 3 de abril Miguel Prieto ya emitió la orden de pago a favor de la firma, apurando el desembolso sin necesidad alguna, dado que la entrega de la totalidad de los kits de alimentos recién se cumplió el 13 de abril.
Cabe destacar que en la investigación de este caso, que no tiene mayores avances en el Ministerio Público, también se presume que existió lesión de confianza al entregarse un contrato millonario a un comercio que tenía limitaciones financieras y que, según testimonios de la misma madre del dueño de Tía Chela, Fermín Ávalos, afirmó que se prestó plata para esta licitación.
“Nadie sabe el bolsillo ajeno, él tiene, el usó plata y tuvo que hacer lo imposible y hasta ahora no está pagando todo. Incluso nosotros le prestamos una parte”, señaló la madre de Fermín.
PADRE E HIJO, INVITADOS A LA LICITACIÓN
Las irregularidades estuvieron en este proceso desde el momento en que se enviaron las invitaciones. Danielito SRL, perteneciente a Felipe Ávalos, y Tía Chela SRL, de Fermín Ávalos, cuyo vínculo es el de padre e hijo, fueron los invitados a participar en esta millonaria compra que fue realizada por vía de la excepción.
Lo llamativo es que Danielito no es un proveedor del Estado, y aunque no tuvieron intenciones de participar, según la declaración que hizo la esposa de Felipe Ávalos al equipo de investigación, igual fue tenido en cuenta para esta licitación.
Lo que también resulta interesante es que Tía Chela se inscribió como proveedora el mismo día que se enviaron las invitaciones para participar de la licitación.
La tercera empresa invitada fue Yrupe SRL de Sady Lorena Martínez, firma que solo un mes antes se alzó con un contrato por G. 1.298 millones para provisión del almuerzo escolar. Con esta empresa se cumplía el requisito mínimo de invitar por lo menos a tres empresas para participar de una licitación.
Cabe resaltar que para firmar el contrato de adjudicación de una licitación es obligatorio estar inscripto en Contrataciones Públicas, por lo que resulta llamativo que antes de esta licitación, ninguna de las empresas de la familia Ávalos estaba inscripta como proveedor del Estado, pero justo la ganadora (Tía Chela) se adelantó y cumplió con este requisito.
“Yo no firmé nada, yo hago pozos artesianos”
Un humilde constructor de pozos artesianos aparece como uno de los proveedores de alimentos de la Municipalidad de Ciudad del Este.
La administración de Miguel Prieto adjudicó a Tajy Servicios Generales la licitación para provisión de alimentos. Sin embargo, el rubro de esta firma es la construcción, específicamente la elaboración y mantenimiento de pozos artesianos.
Lo llamativo del caso no termina ahí, a pesar de que el contrato entre la Municipalidad de Ciudad el Este y Tajy indica que la empresa deberá proveer de 50.000 kg de harina, 1.250 kg de levadura, 5.000 kg de grasa vegetal, entre otros insumos que totalizan un monto de G. 306.188.500, don Buena Ventura Morínigo, dueño de la firma, sostiene que desconoce este contrato y asegura que no firmó ningún documento.
“No, yo no firmé nada, pozos artesianos y eso lo que hago”, afirmó don Morínigo, quien estaba desconcertado ante la pregunta de si firmó algún contrato para la provisión de alimentos con la municipalidad.
“Qué voy a vender si no tengo; no sé lo que pasa”, sostuvo don Buena Ventura. El equipo de investigación de “Tierra de nadie” llegó hasta Juan León Mallorquín, donde está ubicada una vivienda con un cartel de Tajy Servicios Generales, y en el lugar no hay ningún indicio de que funcione un depósito de alimentos o algo similar, y el cartel confirma que la empresa no se dedica al rubro de alimentos.
Morínigo insistió en que no proveyó ningún tipo de alimento, pero detalló que en una oportunidad hizo un pozo artesiano para la municipalidad.