El viceministro de Industria, Ramiro Samaniego, señaló que tienen un borrador, aunque no supo explicar mayores detalles. Hasta el momento, no hay iniciativas para formalizar esta industria que se desarrolla en la clandestinidad.
Desde el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), se está trabajando en un borrador que apunta a la licencia previa de importación de tragamonedas. Esto quiere decir que las empresas interesadas en importar unidades de máquinas tragamonedas o componentes de las mismas, deben estar inscriptas en un registro.
Ramiro Samaniego, viceministro de Industria, señaló que el Viceministerio de Comercio y Servicios es el que se encuentra redactando este borrador y que espera que entre en vigencia en la brevedad posible. El viceministro de Comercio, Pedro Mancuello, se llamó a silencio después de sus últimas declaraciones sobre la informalidad en la que se maneja la fabricación de máquinas tragamonedas.
A pesar de estos primeros pasos, que se dan de modo a ir controlando esta industria que hasta la fecha se mueve en total clandestinidad, todavía no hay un proyecto concreto para formalizar el rubro.
Según los datos oficiales, entre el 2019 y el 2021 se importaron unidades y componentes de máquinas tragamonedas por un valor que asciende los US$ 12,5 millones. Lo resaltante es que entre los importadores aparecen metalúrgicas, playas de autos, empresas de logística, entre otros rubros, es decir, empresas que en teoría no se dedican exclusivamente al negocio de los juegos de azar.
El MIC tiene registradas solo a tres empresas que se dedican a ensamblar máquinas tragamonedas y otros juegos de azar, sin embargo, no existen registros oficiales de armado de las cajitas. Cabe señalar que este registro no es muy riguroso, pues no existen sanciones para aquellos que incumplan con esta normativa.
“El registro industrial es obligatorio, pero no todas las empresas e industrias cumplen con nosotros inclusive le recordamos a ellos que está vigente el decreto que establece su obligatoriedad, pero muchos no cumplen porque tampoco están establecidas las sanciones explícitamente”, señaló el director de Registro Industria, Aníbal Giménez. Esta afirmación revela cómo la clandestinidad permea a las instituciones del Estado.
Es preciso señalar que entre el 2020 y 2021 solo ingresaron al Paraguay 160 unidades de tragamonedas, pero se estima que están operativas unas 150.000 máquinas, lo que significa que la mayoría de estos aparatos son armados en nuestro país, y esto sin ningún tipo de control, tanto del MIC como de la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar), que es la entidad que debe regular este negocio.
A pesar de que esta industria es clandestina, opera con total normalidad e incluso ante los ojos de las autoridades, pues se ofrecen en redes sociales con total libertad. Desde el MIC habían mencionado que, al no estar establecido ningún estándar de calidad, estas máquinas podrían estar siendo programadas de modo a estafar a los apostadores.
Toda esta cadena termina perjudicando a los niños y adolescentes, quienes están expuestos al vicio de los juegos de azar, dado que estas tentadoras máquinas están en las veredas de cualquier comercio e, incluso, en cercanías de iglesias y escuelas.