Desde la alteración en la escena del crimen, en la que estuvieron involucrados varios adherentes, la participación de dos policías “amigos”, el direccionamiento político de la querella mau y el objetivo de sacarle del medio a los representantes de la heredera, son detalles que salen a la luz del recordado episodio.

Con la aparición de las nuevas imágenes de la trágica madru­gada del 1 de abril ocurrida en la sede del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), cuando mataron a Rodrigo Quintana, material magne­tofónico que estaba celosa­mente guardado por el juez penal de Garantías Alcides Corbeta, ahora salen a la luz situaciones que deberían por lo menos ser investiga­das, como, y principalmente, la alteración de la escena del crimen, en la que se observa la manera descarada en que se burlaron de la Fiscalía y de la Policía Nacional, quie­nes levantaron como válidas todas las evidencias puestas por los propios adherentes.

Tal situación se enmarca en lo que sería un hecho de frus­tración a la persecución penal. Lastimosamente, dicho mate­rial no fue completamente visto por el Ministerio Público o más bien lo obvió, ya que lo tenía a su disposición. El cuerpo de la víctima aún se encontraba en el piso cuando empezó a operar el aparato distractor de los liberales para crear una escena que, poste­riormente, fue encontrada por los expertos en criminalística y por el Laboratorio Forense.

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PLANTO. Fernando Cáceres es otro que también dejó un cartucho al pie de la escalera que luego fue movido por Olga Paredes.

Rodrigo Quintana cayó al suelo a las 00:22:08 tras reci­bir el disparo mortal, a las 00:33:25, el suboficial Juan Ramón Garcete, por instruc­ción de otra persona que no se observa en la cámara, pisa la vainilla que pudo haber sido de la bala que mató al joven dirigente liberal y que pos­teriormente había sido cam­biada de la escena del crimen.

A las 00:41:15 aparece un hombre con remera negra, que aprovechó la aglomera­ción cerca del cuerpo de Quin­tana para plantar una vaini­lla que acercó desde la calle. A la 01:00, se rodeó la escena del crimen, ya con el cartucho plantado. Posteriormente, una joven de remera celeste toma la mencionada vainilla que había sido pisada por Juan Garcete, la mueve y la deja fuera de la vista de la cámara.

LA MUEVE. Olga Paredes arrastra con sus pies la vainilla dejada por Fernando Cáceres muy cerca donde cayó Quintana y al lado donde el hombre de remera negra dejó otro cartucho.

A la 01:09:45 Fernando Cáce­res aparece con otra vaini­lla, aparentemente deja otra donde cayó el primer cartu­cho, que el joven de la remera celeste había alzado. El hom­bre muestra una vainilla a un fotógrafo del diario Popular, para luego salir a la calle nue­vamente. Este mismo hom­bre aparece nuevamente a la 01:40:22 para dejar otro cartu­cho, para que posteriormente Olga Paredes, con la orden de Ramona Mabel Cantero, lo arrastre desde el inicio de la escalera hasta cerca de donde cayó Quintana, junto con la otra vainilla que había plantado el hombre de la remera negra.

Mientras esto pasaba en la planta baja, en el primer piso ya se estaba preparando tam­bién otra escena para cuando el Ministerio Público tome intervención. El propio hijo del líder azul, Efraín Alegre Irún, estaba acomodando las CPU, cambiandolas de lugar. Él principalmente sacó la CPU de la oficina de su padre para trasladarla a otra oficina, mientras que Stiben Patrón llevaba otra al segundo piso.

Además, se observó a una mujer que también cambiaba y trasladaba la CPU de un lugar a otro, aparentemente era del circuito cerrado. A las 02:29 llega la comitiva fiscal encabe­zada por Raquel Fernández y acompañada por agentes de Investigación de Delitos y Cri­minalística, quienes levanta­ron todo lo que se había puesto en la escena del crimen.

El mismo adherente que se subió al primer piso con el policía Arnaldo Báez, también en escena del crimen levantando objeto caído, de cerca lo custodia Olga Paredes.

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