El propio hijo de Efraín Alegre se encargaba de cambiar la CPU en el primer piso, desconectó el de la computadora de su papá y lo llevó hasta la oficina de la presidencia juvenil. Todo esto fue antes de la alteración de la escena del crimen.
Tras el crimen del joven dirigente azul Rodrigo Quintana, en la madrugada del 1 de abril del 2017, en el local del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), evidentemente los adherentes, antes de armar un altar para orar por el alma de la víctima, quien fue herido minutos antes, los jóvenes dirigentes ya estaban armando una escena que no los comprometieran.
Días atrás salieron a la luz las imágenes que comprometen a un hombre que había cambiado cartucho, que podía servir de evidencia original por otro que lo trajo de afuera. Dicha vainilla fue movida con los pies por otra adherente. Esta escena fue a la 1:43 de aquel 1 de abril.
Ahora aparecen otras imágenes de aquella madrugada, pero un poco más temprano a esta alteración de la escena del crimen, evidentemente ya estaban también cambiando otras situaciones, como lo que ocurrió en el primer piso, donde funciona la oficina de Efraín Alegre.
Y fue justamente uno de los polémicos jóvenes del partido, Steven Patrón, quien fue procesado por la fabricación de bombas molotov en la mencionada sede partidaria, se le observa apoderarse de una CPU, de una de las oficinas del primer piso, que sería de la presidencia juvenil y llevarlo hasta el piso siguiente. La cámara de ese piso marcó 1:02:04 para dicha acción.
A la 1:27:36, aparece en escena sin remera Efraín Alegre Irún, hijo del titular del partido. Este sale de la oficina de la presidencia juvenil e ingresa en lo que sería la oficina de su papá, que se encontraba con la luz apagada, aparentemente empieza a manipular algo. Recién a la 1:28:33 sale con otra CPU y lo lleva hasta la pieza de donde Patrón sacó la primera CPU. Aparentemente realizaron un cambio.
A la 1:38:45 aparece una mujer también con otra CPU y lo lleva hasta la oficina de la presidencia juvenil. Todo esto ocurrió antes de que también se hiciera la alteración en la escena del crimen de Rodrigo Quintana, por lo que evidencia que ya estaban preparando una escena que no comprometiera a los líderes del partido, ya que los mismos pensaban que seguramente el Ministerio Público lo iba a incautar.
En su momento, la propia fiscala Raquel Fernández había dicho que esa madrugada los partidarios no le dejaron llevar nada de la sede, ya que había solicitado el disco duro del circuito cerrado del local y recién a las 10:00 fueron entregadas tales elementos como evidencia.
“NO ALTERÉ, NO SUSTRAJE Y NO AGREGUÉ NADA DE LA ESCENA DEL CRIMEN”
Olga Paredes, quien aparece moviendo el cartucho cambiado por Fernando Cáceres desde el pie de la escalera hasta cerca de donde cayó Rodrigo Quintana, a través de un video negó toda participación de alteración en la escena del crimen.
“Aclaro a la opinión pública que yo no alteré, no sustraje y no agregué nada a la escena del crimen, ningún elemento, por el contrario como abogada sabía de la importancia de las evidencias, que debía proteger para su posterior investigación por parte de la Fiscalía”, aseguró Paredes.
En otro momento repitió que como abogada se quedó a ayudar a resguardar las evidencias, junto con otros compañeros, porque su mayor interés fue que se sepa la verdad, del atropello y del ultraje que supuestamente les hicieron.
“Según el Código Penal, la Policía y la Fiscalía debían de haber resguardado ese lugar, pero no cumplieron debidamente con sus funciones previstas en la ley. La Policía debía de quedarse a auxiliar a Rodrigo, sin embargo, huyeron actuando como delincuentes”, dijo también Paredes.
Comentó también esa madrugada la Policía ingresó al recinto partidario con la amenaza de matar a todos los que estaban en el lugar que si no fuera por varios medios que ingresaron al lugar otro hubiese sido la historia.
“Hasta la fabricación de bombas molotov aparece en circuito cerrado”
Raquel Fernández manifestó que esa trágica madrugada del 1 de abril del 2017, los liberales no le permitieron llevar todo el sistema del circuito cerrado.
Raquel Fernández, la ex fiscala original del crimen del joven dirigente liberal Rodrigo Quintana, quien renunció al Ministerio Público, manifestó haber llegado entre la 1.00 o 1:30, aproximadamente, a la sede del Partido Liberal Radical Auténtico donde ya le pusieron muchas trabas para el ejercicio de sus funciones, por lo que recién a las 9:00 pudo acceder al circuito cerrado para luego llevarlo al laboratorio forense.
“Nosotros incautamos el disco duro completo, de varias semanas, muchas horas grabadas. Inclusive en las filmaciones se observan la elaboración de las bombas molotov, que posteriormente aparentemente se usaron para la quema del Congreso, hay muchas cosas muy interesantes en ese disco”, dijo Fernández.
La ex agente del Ministerio Público dijo además que no recuerda que en dichas filmaciones haber visto algún arma de fuego, pero sí ya se estaba preparando las bombas molotov que se había utilizado posteriormente.
“Yo hice bien mi trabajo, me llevaron al jurado por hacer bien mi función, allí nadie me ayudó, mucho menos me iban a salvar por lo que renuncié, todo fue por cuestiones políticas”, expresó Fernández.