Mientras la ciudadanía en general ayudó quedándose en sus casas, siguiendo las instrucciones del Gobierno Nacional y de quien entonces se erigía como “el capitán del barco”, aquel que nos guiaría para atravesar por la pandemia de covid-19, oportunistas cocinaban entre cuatro paredes una millonaria licitación para la compra de insumos médicos.
Dijo Horacio, un poeta latino, que “si el vaso no está limpio, lo que en él se derrame se corromperá”, y esta histórica cita nos hace reflexionar. Julio Mazzoleni, un hombre que inspira confianza o al menos lo hacía, capitanea un Ministerio de Salud sumido en denuncias de corrupción.
Tras las huellas del negociado en una licitación de G. 85.220 millones que estaba en marcha, salió a flote un clan familiar con fuertes vínculos políticos, toda una rosca corrupta de funcionarios operativa. El control ciudadano y el acompañamiento de varios medios de comunicación que se hicieron eco fueron el contrapeso para truncar el perverso plan.
Ya en cuarentena total dispuesta por el Gobierno, como medida sanitaria, el Ministerio de Salud llama el 31 de marzo a una licitación para la adquisición de insumos y camas hospitalarias, por vía de la excepción.
La licitación por valor de nada más y nada menos que G. 85.220 millones, llevó a Salud no más de 72 horas.
La veloz adjudicación de una licitación por semejante monto levantó sospechas, que se acentuaron cuando se supo cuáles eran las empresas “ganadoras”.
Registraríamos a Insumos Médicos SA y Eurotec SA con nombres diferentes pero que funcionan en una misma oficina y hasta tienen el mismo número de teléfono. Son empresas de una misma familia que tiene como cabeza a Justo Ferreira, un empresario que administra varias otras firmas que facturan al Estado. Insumos Médicos está representada por Patricia Ferreira y Eurotec por Marcelo Ferreira; son hijos de Justo Ferreira.
El 3 de abril, misma fecha en que se adjudicó la licitación, el director de Gestión de Insumos Estratégicos, Nery Rodríguez, en representación de Salud, firmó contratos; uno con Insumos Médicos por valor de G. 47.952 millones y otro con Eurotec por G. 37.268 millones.
Luego de la firma de contratos la urgencia mermó y se tardó 10 días en el proceso de emisión y notificación de las órdenes de compra.
Todo estaba fríamente calculado y los tiempos ajustados a favor de las empresas de los Ferreira. El 17 de abril llegó al país el avión que traía insumos para los proveedores de Salud. Tras darse por notificadas de las órdenes de compra recién el 13 de abril, las firmas ganaron tiempo hasta el 20 para entregar la primera tanda de insumos.
En los contratos se estableció la primera entrega de insumos correspondiente al 30% de la cantidad adjudicada, en un plazo de 7 días a partir de la recepción por parte de los proveedores de la orden de compra. La demora de Salud en la emisión de las órdenes de compra salvó de millonarias multas a estas firmas.
Camas hospitalarias que el proveedor ofertó a sobreprecio, mascarillas y trajes de protección fueron rechazados por el ministerio por no cumplir con las especificaciones requeridas y no contar con registros sanitarios. Los proveedores tenían un plazo de 24 horas para reemplazar los insumos rechazados, pero no lo hicieron y el 4 de mayo, Salud notifica a las firmas el inicio de rescisión de contrato.
El 21 de abril se rechazan mascarillas quirúrgicas y trajes de protección. El 23 de abril, otra partida de trajes de protección, y el 27 de abril camas hospitalarias. Desde el principio, estas empresas tuvieron el factor tiempo a su favor. La dilatación en el inicio de la rescisión de contrato se consideró como un salvataje para dar tiempo a estas empresas, que estaban a la espera de la llegada de otros aviones con insumos.
Incluso, el ministro Mazzoleni en una conferencia de prensa en fecha 29 de abril defendió las compras. Presentaron renuncia en Salud los directores de la UOC, de Administración y Finanzas y de Vigilancia Sanitaria.
En este punto vale mencionar una investigación del periodista Jorge Torres, que reveló que la empresa Insumos Médicos, de los Ferreira, introduce al país medicamentos oncológicos provenientes de la India en forma ilegal y sin control. También importa fármacos para pacientes quirúrgicos procedentes de China sin la debida autorización.
La Contraloría inició una auditoría y el Ejecutivo conformó una comisión de control de compras por covid-19 y designó al frente al ministro de la Senad, Arnaldo Giuzzio.
Entre el 11 y 12 de mayo arribaron al país otros dos aviones cargueros y el 18 de mayo, las empresas de los Ferreira entregaron a Salud otra partida de insumos correspondiente a la primera tanda del 30% que debían proveer. Se hablaba entonces de una rescisión parcial y no total con estas firmas, pero esto iba a cambiar con un informe de la Contraloría.
El ente de control sacó un demoledor informe tras verificar el proceso de compra de Salud. Concluyó que la adquisición “se encuentra viciada de irregularidades en todas sus etapas”. Igualmente, la comisión encabezada por Giuzzio confirmó irregularidades. Tras esto, el ministro Mazzoleni decidió cancelar los contratos, anunció sumarios y la ejecución de pólizas.
Una pregunta periodística sobre la intromisión de gastados personajes del entorno del Presidente generó una respuesta reveladora por parte del viceministro de Salud, Julio Rolón.
Rolón corroboró el secreto a voces sobre los influyentes en la licitación. Confirmó que Raúl Silva de Yacyretá y el ex presidente de la Dinac, Édgar “Beto” Melgarejo, fueron los promotores, intermediarios de la compra. Hasta hicieron de gestores en la venida del avión carguero.
LAS PRIMERAS PESQUISAS PERIODÍSTICAS
- El 31 de marzo envían las invitaciones que fueron en su mayoría para el holding de empresas de la familia de Justo Ferreira.
- El 1 de abril a las 9:30 ya estaban evaluando las ofertas y se mencionan invitaciones mayoritariamente remitidas a firmas del clan Ferreira.
- El 3 de abril a las 9:01 entra al despacho del ministro capitán Julio Mazzoleni el dictamen favorable para que la máxima autoridad firme la resolución de adjudicación por vía de la excepción. El dictamen está firmado por el Dr. Gustavo Caballero y el Dr. Gustavo Irala.
- Ese mismo día, 3 de abril, a las 11:02 la resolución de adjudicación firmada por el ministro capitán ya tenía sello de recibido en administración y 20 minutos después ya tuvo retorno a la oficina de Contrataciones del ministerio. Es decir, en menos de dos horas de haber ingresado el dictamen de los abogados al despacho de Mazzoleni, la resolución ya estaba adjudicada y minutos después siguiendo su curso administrativo para el contrato.
- El mismo día, 3 de abril, se firmó contrato con las firmas Eurotec SA e Insumos Médicos SA. Aparece como contratante el cuestionado director de Insumos Estratégicos, Nery Emilio Rodríguez Bazzano, el mismo que después de la acelerada adjudicación y contratación congeló los pedidos de los artículos y así blindó de multas a los proveedores.
Fulminante informe evidenció el fato
La Contraloría General de la República confirmó todas las irregularidades que salieron a la luz y destrozó el argumento de urgencia que alegaron los funcionarios involucrados para la acelerada adjudicación a los Ferreira.
El ministro capitán había realizado el 29 de abril pasado una conferencia de prensa en la que salió a defender la serie de cuestionamientos, entre ellos la alevosa sobrefacturación en el caso de la compra de camas hospitalarias. Sin embargo, 22 días después tuvo que realizar otra conferencia para comunicar la rescisión total del contrato con los Ferreira a raíz de que el ente contralor cuestionó duramente el proceso licitatorio y concluyó que está viciado de irregularidades en todas sus etapas.
Claramente, la Contraloría le dijo al Ministerio de Salud que la forma en que llevaron el proceso licitatorio no se fundamenta en la urgencia impostergable. Ya que se dilataron la emisión de órdenes de compra, hecho que no concuerda con la emergencia sanitaria argumentada.
En 44 páginas, la Contraloría difundió un informe que confirmó la serie de irregularidades que las denuncias periodísticas vienen alertando desde hace más de un mes y medio. El análisis ratifica que se jugó con el tiempo y se lesionó el sistema de Salud que se había activado por la pandemia del covid-19.
Se bastardeó el proceso licitatorio obviando el registro sanitario, presentación de muestras, que era motivo de descalificación; limitaron la información sobre anticipo incorporado por el camino en la licitación, etc.
Los cargueros, las “camas de oro” y los vínculos políticos
Los aviones cargueros generaron una gran expectativa ciudadana y más en el personal de blanco porque los insumos médicos eran parte de la dotación esperada para fortalecer el sistema sanitario contra el invisible y temido covid-19.
Los insumos que llegaron generaron otra decepción. Mercaderías de baja calidad, sin registro sanitario ni especificaciones técnicas requeridas estallaron de nuevo en las manos del ministro Mazzoleni, quien tuvo que rechazar la primera y la segunda entregas defectuosas por parte de los proveedores.
Sin piedad, las camas hospitalarias sin cumplir con la calidad requerida fueron vendidas por los Ferreira a precio quintuplicado, según revelaron los despachos de importación. Se había importado a G. 670 mil pero se facturó a G. 4.250.000 cada cama, pese a ello el ministro Mazzoleni dijo que no hay sobrefacturación.
En medio del proceso de entrega, otro hecho llamativo generó escándalo en torno a las camas hospitalarias. Días después del arribo del avión carguero, vecinos del barrio San Vicente alertaron de la llegada de grandes camiones con camas para hospital que fueron guardadas en un depósito de la zona.
Aquí se descubrió que la dueña del depósito donde se guardaron las camas era María Nathalia Samaniego, sobrina de la senadora Lilian Samaniego. La joven había emitido un comunicado diciendo que alquila dicho depósito a la firma New Logistic SA, sin embargo, la firma es otra perteneciente a Justo Ferreira y su hija Patricia Ferreira.
Este hecho hiló otras conexiones de la familia de la legisladora con los Ferreira. Resulta ser que María Laura Samaniego, hermana de María Nathalia, opera en licitaciones con firmas de Justo Ferreira, además de compartir depósito de insumos, etc.
Pero el hecho más fuerte fue el destape de una transferencia de casi US$ 1 millón que realizó la empresa de los Ferreira a la firma Centro Médico Amanecer, propiedad de la sobrina de la senadora. Hasta ahora la familia de la política no explica el concepto de la transferencia.