Ante el perjuicio de unos US$ 270 mil en menos de un mes en la compra de nafta, la pre­sidenta de Petropar, Patricia Samudio, al parecer prio­riza más el blindaje al pro­veedor que los intereses de la empresa estatal.

En este sentido, aflojó varias exigencias financieras en la compra disfrazada “de opor­tunidad” de nafta, que al final resultó más cara con relación a la adquisición por licitación vía subasta a la baja electró­nica.

Lo más delicado es que Samu­dio solo flexibilizó los reque­rimientos en la compra “spot” de la nafta que adjudicó por vía de la excepción a la firma Sol Petróleo SA, con sede en Buenos Aires. En los ante­riores llamados para la com­pra del mismo producto que está a punto de adjudicarse los requisitos del pliego de base y condiciones fueron más rigurosos.

En las subastas, Petropar solicita documentos finan­cieros de los 3 últimos años, mientras que en la compra “spot” se pidieron solamente los del 2018. Cerca de media docena de requisitos esta­blecidos en los pliegos fue­ron debilitados.

Compra "spot" en la que Samudio solo pide documentos financieros de los últimos 12 meses.

LA FLEXIBILIZACIÓN

Como ejemplo de la flexibili­zación de los requisitos cabe mencionar que no se solicitó documento que avale el patri­monio neto y tampoco dic­tamen de un auditor inde­pendiente sobre el estado patrimonial y económico de la empresa. Además, se pidió reseña de actividades comer­ciales de los últimos 12 meses (no de los últimos 3 años) y se obvió requerimiento de foto­copia autenticada de opera­ciones comerciales emitidas por clientes del oferente por la provisión del 50% del volu­men solicitado, como se esta­blece normalmente.

También se ignoró documen­tación de patrimonio neto. Petropar por lo general soli­cita US$ 8.000.000 de patri­monio neto para este tipo de adquisiciones. Los cambios demuestran la flexibilización en cuanto a requisitos finan­cieros, experiencia y capaci­dad técnica, que blindan los procesos licitatorios de las firmas de maletín y posibles estafas.

Petropar no respondió por qué realizaron una exclusiva excepción de requerimientos en la compra “spot”. Cuando preguntamos sobre el caso, el vocero de la petrolera soli­citó las consultas por escrito sobre la adjudicación que realizaron de Sol Petróleo SA con relación a la subasta. Sin embargo, no respondie­ron la mayoría de las pregun­tas y se limitaron a resumir las bondades de los procesos licitatorios.

Tampoco remitieron los documentos de las pólizas presentadas por el provee­dor adjudicado.

Compra vía subasta del mismo producto en la que rige exigencia de documentación financiera de 3 últimos años, asi también patrimonio neto.

LA COMPRA DE “OPORTUNIDAD”

El 3 de octubre pasado, la presidenta de Petropar, Patricia Samudio, adjudicó contrato por vía de la excep­ción a Sol Petróleo SA para la compra de 20.000 m3 de nafta por valor de US$ 9,6 millones. Según los infor­mes del proceso, el argu­mento para la modalidad de la excepción era “la posibi­lidad de obtener mejor pre­cio”, una ventaja conocida como compra de oportu­nidad o spot. En cambio, la nafta le salió más cara a Petropar comparando con las ofertas que recibió en una licitación pública internacional por subasta a la baja electrónica en etapa de adjudicación.

La compra “spot” a Sol Petró­leo de 20.000 m3 se adjudicó a US$ 484 el m3. En la semana (9 de octubre) 30.000 m3 del mismo producto se estaban ofertando vía licitación por subasta a US$ 472 m3. De ahí la diferencia de que el carbu­rante sale entre US$ 12 a US$ 13 m3 más caro y multipli­cado por los 20.000 m3 gene­ran un sobrecosto de US$ 269 mil para Petropar.

Otro punto es que en la men­cionada contratación por compra “spot” había otra oferta más baja, de US$ 430 m3, de la firma Berkol Internacional LLC, pero quedó fuera al no cumplir con documentos, según la evaluación.

En el mismo informe de eva­luación figura que el estima­tivo de precio manejado por Petropar en ese momento era de US$ 422,80 m3, pero se terminó comprando a US$ 484 m3.

SINDICALISTAS FAVORECIDOS ALABAN A SAMUDIO

Son varios los gremialistas acomodados en la administración de Patricia Samudio que salen al paso de los escraches contra la presidenta por las denuncias en su contra.

Con aumentazos de salario y cargos para sus familiares, la presidenta de Petropar hizo callar a una decena de influyentes sindicalistas, que además utilizan las distintas redes sociales para defenderla y atacar a aquellos funcionarios disconformes.

Uno de los favorecidos es Gerardo Parodi Vargas, del Sindicato de Trabajadores de Petropar (Sitrappar). Samudio lo ubicó como su asesor y desde este año su salario, que era de poco más de G. 12 millones, trepó a G. 16.999.999. También ubicó en la empresa estatal a su hermana Pamela Parodi.

Estela Espínola Torres, quien aparece como jefa y percibe una remuneración mensual por encima de los G. 15 millones, es otra beneficiada. Consiguió un puesto para su hijo Rodrigo Leiva Espínola a través de Jobs, firma que contrata personal para Petropar.

Espínola es una de las más activas en las redes sociales, desde donde tirotea a colegas suyos que integran el Sindicato de Funcionarios de Petróleos Paraguayos (Sifunppar), que está en contra de Samudio. En Twitter y en Facebook sale al paso de las críticas contra Samudio.

Otro fanático de Samudio es Alberto Cañete, del Sindicato de Trabajadores de Turnos (Sitratur), quien sumó más de G. 4 millones en sus ingresos. De cobrar G. 11.550.365 mensuales pasó a ganar G. 15.855.626.

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