Las aguas contaminadas y las piletas de concentración masiva pueden ser foco de infecciones, tanto para personas adultas como para niños, advirtieron especialistas sanitarios del Hospital de Clínicas.

El mensaje es propicio en esta temporada de verano y calor extremo, ya que comenzaron a habilitarse los famosos balnearios, playas y piscinas públicas, donde los bañistas disfrutan del sol y se dan un chapuzón para refrescarse. Sin embargo, se exponen a contraer infecciones bacterianas y de otros tipos, que pueden afectar la piel, los ojos, tracto oído-garganta; así como ser foco de problemas gastrointestinales.

El doctor clínico José Gómez Cantore explica que es altamente factible contraer afecciones al entrar en contacto con cauces naturales como ríos, arroyos, lagos y lagunas, pudiendo ser diagnosticado luego con infecciones dermatológicas, problemas gastrointestinales, afecciones en oído y garganta; así como infecciones e irritaciones en los ojos por presencia de bacterias y agentes contaminantes.

Gómez Cantore refiere que ocurre lo mismo en las piletas públicas, sociales y deportivas, en las que se concentran gran cantidad de personas; además de los agentes contaminantes, los productos químicos que se usan para “tratar” el agua también pueden causar irritaciones e infecciones.

“Las aguas contaminadas pueden infectar fácilmente por la presencia de bacterias, más aún cuando hay lesiones o heridas abiertas en piel, o en el caso de que las personas sean portadoras de alguna patología de base, como por ejemplo los diabéticos; son más pasibles de transmisión de infecciones y hongos”, expresó la dermatóloga Romy Giardina.

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Ojos, oídos y garganta

El especialista en oftalmología Juan Carlos Ginés manifestó que tanto las aguas de cauces naturales como de piscinas de concentración masiva pueden causar irritaciones de los ojos, así como infecciones. “Tanto las bacterias, como los productos químicos que se usan para depurar el agua pueden causar irritaciones e infecciones en los ojos, como la conjuntivitis y otros; además, en el caso de las piletas que son tratadas no existe la certeza de una efectividad del 100% sobre la depuración de aguas”, explicó.

Ginés recomienda extremar precauciones y usar lentes para agua, que sirven para proteger los ojos, además de tener en cuenta las recomendaciones sanitarias sobre los sitios aptos o habilitados para el baño.

Otra afección común es la otitis de verano u otitis externa, que es una inflamación que afecta a la piel de la parte externa del oído y su aparición se relaciona directamente con el baño en playas o piscinas. “La otitis externa es uno de los casos que más se observan por día en consultorios de la Cátedra y Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Clínicas, que se da a consecuencia del ingreso de agua al oído”, comentó el doctor Carlos Mena Canata.

También aparecen en esta temporada la faringitis o faringoamigdalitis, que debido al calor excesivo se hace inevitable, por el consumo de bebidas muy frías, que muchas veces causan alguna irritación en la garganta; así también los bruscos cambios de clima que cada vez son más comunes y el uso del aire acondicionado, produciéndose un choque de calor a frío en las fosas nasales y garganta. En estos casos también se aconseja consulta médica a fin de descartar otros tipos de infecciones más profundas.

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Recomendaciones

• Moderar el tiempo de permanencia en el agua: un niño no debería pasar más de 20 o 30 minutos seguidos en la piscina. Debe descansar fuera del agua al menos 30 o 40 minutos antes de volver a nadar.

• No mojarse los oídos en la ducha y nunca lavar con jabón o champú el conducto auditivo.

• Ante otitis muy rebeldes, el médico puede recomendar el uso de tapones o soluciones que ayuden a restablecer el pH del conducto auditivo.

• No usar hisopos para limpiar el oído, pues el cerumen es su protección natural; por otro lado, este hábito puede provocar lesiones en el conducto auditivo e incluso en el tímpano. Solo se puede limpiar el pabellón auricular (la oreja).

• Consultar con un especialista si el niño se queja de picazón o dolor de oídos, especialmente si se ha expuesto a humedad excesiva o ha usado hisopos.

• Aplicar una o dos gotas de alcohol boricado en el lado afectado, mover la oreja de modo de ayudar el ingreso de las gotas y dejar actuar.

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