El 30 de mayo de 2012 Luis Raúl Menocchio, fue condenado a cadena perpetua en la Argentina por el crimen de un cineasta, en enero de 2013 recibió su segunda condena por el brutal asesinato de un estanciero en Formosa y con eso el doble crimen que cometió el “gusano” en Asunción nunca más podrá ser juzgado. El frío criminal no volverá a salir de la prisión donde está recluido, morirá sin pagar sus delitos cometidos en Paraguay.

La historia de Menocchi es la de un hombre que siempre vivió al límite, entre excesos de alcohol, drogas, sexo y derroche, que dejó a su paso un largo hilo de sangre de gente inocente que tuvo como única fatalidad el cruzarse con él. Luis Raúl, oriundo de Posadas, Argentina, donde su padre era un próspero empresario y tenía cultivos de yerba mate, nunca se mostró interesado por el trabajo familiar, pero sí por el dinero que su padre producía.

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El joven alto y apuesto fungía de playboy en la zona, pero pronto eso se cortó. La familia no estaba ya interesada en invertir en los excesos del “gusano”, quien entonces decidió optar por la independencia familiar.

Pasó el río Paraná y se instaló en Encarnación a mediados de los años noventa, donde aprovechando la buena educación que recibió y la característica labia de los argentinos, se abrió campo en el rubro de la televisión por cable que estaba en auge. Asociado con otros empresarios, quienes luego lo iban a demandar por millonarias estafas, comenzaron a juntar un buen dinero que pagaba sus caros gustos.

Sin embargo, la ciudad de Encarnación, en un momento dado ya le quedó chica y decidió emigrar hasta Asunción, donde tenía planos más grandes. Siempre imponiendo su gran poder de convencimiento comenzó a mezclarse en la alta sociedad e hizo amigos importantes. Para el inicio del milenio Luis Raúl ya era toda una personalidad de la noche. Se cuenta que tenía contactos en el mundo del empresariado y también en la política, por lo que se movía sin problemas a sus anchas.

“Puerto Madero”

Menocchio, era un consumidor de cocaína, pero también un buen “dealer”, eso le abría muchas puertas en las altas esferas sociales y también la clase media. La noche era amiga de Luis Raúl, la recorría sin problemas, se movía a sus anchas y sabía dónde ir para hacer negocios y cobrar cuentas. En la madrugada del 16 de agosto de 2004 se sentó en la barra del pub “Puerto Madero” ubicado en Colón y Palma, se tomó unos tragos mientras conversaba animadamente con Eduardo Fidel Maciel, el dueño del lugar.

La charla se extendió hasta ya entrada la mañana y Maciel le dijo que iba a cerrar el local. Menocchio, se ofreció a llevarlo a su casa a Eduardo, quien aceptó, pero le dijo que esa madrugada estaba con Graciela Méndez, de 19 años, empleada del Pub y al parecer pareja de Maciel, el “gusano” sin pensar dos veces aceptó llevar a ambos.

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Esa fue la última vez que se supo de Eduardo y Graciela. Recién el 27 de agosto de 2004, un morador de la zona de Laguna Grande, en Fernando de la Mora reportó que encontró dos tambores de 200 litros sellados con cemento en el arroyo que cruzaba el sitio que en esa época era un gran baldío. La policía acudió al sitio y revisaron los tambores para encontrarse con la macabra escena que en cada uno había un cuerpo humano. En la morgue con mucho esfuerzo se separó el cemento de los cuerpos y se pudo comprobar que eran Eduardo Maciel y Graciela Méndez.

Rápidamente se hizo un recuento de los hechos y todos dijeron que la última persona que estuvo con la pareja fue Menocchio, los policías fueron hasta la casa de Luis Raúl, pero la misma estaba deshabitada, con una orden judicial se allanó el sitio y se encontró que en el garaje había cemento, además de varios tambores similares a los encontrados en el arroyo y se supo que ahí fue donde mataron a la pareja y los metieron a los tambores que fueron rellenados con cemento. Siguiendo la pista del sospechoso se supo que el “gusano” el 21 de agosto de 2004, ya había salido del país para ir a la Argentina.

Hugo Jara

Nadie más supo de Menocchio por un largo año, tras huir de Asunción el “gusano” visitó a un cirujano plástico en la Argentina que le operó el rostro, tuvo un cambio extremo en sus facciones, también se hizo borrar parcialmente las huellas digitales y con una identidad falsa se instaló en la zona de Misiones, Argentina.

Sin embargo, el dinero que se llevó al huir de Paraguay ya se estaba acabando y Luis Raúl, era un hombre de gustos caros, por eso hizo amistad con el cineasta Claudio Nozzi, con quien se fue a vivir a un country en Buenos Aires, haciéndose pasar por chef. No obstante, en marzo de 2005, Nozzi se compró una embarcación por unos US $ 200.000 y su primer viaje lo hizo por la zona de Corrientes, Argentina en compañía de varias personas.

El 10 de marzo de ese año una patrulla llegó hasta la embarcación en la que hubo una fiesta la noche anterior, regada de mucho alcohol, drogas y mujeres. Los uniformados estaban buscando a Nozzi, quien hacía varios días no se comunicaba con su familia. El responsable del barco, Hugo Jara, el cocinero, les dijo a los agentes que no sabían nada de Claudio, quien bajó a tierra, pero no volvió a subir.

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Ya en sede policial mientras se estaba tomando la declaración de los demorados, se informó que en un banco de arena apareció un cadáver carcomido por los peces. El cuerpo fue llevado a la morgue y tras un estudio de ADN se supo que era de Claudio Nozzi, quien murió de fuertes golpes en la cabeza, su cuerpo tenía cadenas y dos anclas en las piernas, fue arrojado el río para que nunca más flotara, pero los perpetradores del hecho no contaron con que en esa época la bajante de las aguas era muy pronunciada y empezaron a aparecer grandes bancos de arena, en uno de ellos la corriente depositó el cuerpo del cineasta.

Algo llamaba la atención en Hugo Jara, sus huellas digitales no estaban en el sistema, pero la intuición de los policías algo les decía. Pasaron unos días hasta que finalmente se pudo comprobar que Hugo Jara, era en realidad Luis Raúl Menocchio. Con otra cara, pero con la misma frialdad asesina. Después la investigación demostraría que el “gusano” tenía la intención de usurpar la identidad de Nozzi, para poder viajar a Panamá donde tenía dinero guardado en paraísos fiscales.

Menocchio tras matar a Nozzi, hizo una limpieza total de la embarcación con una hidrolavadora, después dio una gran fiesta con un grupo de chicas y chicos, quienes bailaron y bebieron por un día entero, pero cuando apareció el cuerpo de la víctima, todo cambió.

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La noticia repercutió en Paraguay y el entonces juez Alcides Corbeta emitió un pedido de detención con fines de extradición para Luis Raúl por el doble crimen que cometió. Sin embargo, la situación procesal del “gusano” estaba sumamente complicada en Corrientes. Encarcelado por cuatro años, finalmente amparado en un tecnicismo judicial Menocchio en mayo de 2009 logró salir en libertad.

Pero, la libertad para Luis Raúl solo fue una ocasión más para dar rienda suelta a su carrera delictiva y sed de sangre. Mientras inútilmente la justicia paraguaya trataba de que se detenga a Menocchio, para extraditarlo, el hombre ya estaba planeando otros delitos.

Ya en el 2011 el “gusano” reclutó a Salvador Gómez y Salvador Borda, con la intención de buscar una nueva víctima a quien robarle su identidad, esa persona era el estanciero chaqueño Manuel Roseo, dueño de unas 250.000 hectáreas que componían la estancia La Felicidad, ubicado en Formosa. De bajo perfil Roseo llevaba una vida modesta, pero tenía un gran patrimonio, sus tierras. La intención de Menocchio era matar al hombre, tomar su identidad y vender la estancia.

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El 13 de enero de 2011, Menocchio y sus cómplices llegaron hasta la estancia La Felicidad y tomaron por sorpresa a Roseo, lo torturaron hasta matarlo, en eso llegó al lugar Nélida Bartolomé, cuñada del estanciero a quien también mataron para no dejar testigos. Cuando Menocchio trató de hacer la venta de las tierras las autoridades se percataron del engaño y detuvieron al “gusano” y sus socios.

Una vez más en prisión la causa por el caso Nozzi, volvió a ponerse en marcha. Luis Raúl Menocchio, fue condenado a cadena perpetua por el crimen del cineasta y también por el del estanciero en 2013. Desde entonces el “gusano” está preso por el resto de sus días, hoy el múltiple asesino tiene 61 años, sus años de delincuencia ya pasaron, su vida se apagará indefectiblemente entre los barrotes de su celda, donde retumban las voces de sus víctimas.

Parques

Una extraña coincidencia tiene dos crímenes de Menocchio y sus escenarios que hoy son reservas ecológicas. El primero está en Fernando de la Mora donde en el 2004 se encontraron los cuerpos de Eduardo Maciel y Graciela Méndez, actualmente es un parque ecológico en la zona de Laguna Grande, donde sigue corriendo un pequeño arroyo donde arrojaron los tambores con los cadáveres.

La segunda es que la estancia La Felicidad donde mataron a su dueño y cuñada, en el 2013 actualmente es un Parque Nacional y la zona contiene el bosque seco subtropical mejor conservado, más grande y con mayor riqueza biológica de América del Sur.

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