A partir de la primera tomografía realizada al joven que cayó de una avioneta en febrero de este año, era médicamente previsible un margen de supervivencia y si bien su recuperación es inusualmente rápida, el neurocirujano tratante la describe como asombrosa, pero no como milagrosa.

“Desde el momento en que abordamos al paciente, desde que ingresa al hospital y habiendo hecho una tomografía, era previsible que tenía un margen de supervivencia y una tasa de secuelas neurológicas”, explicó el doctor Marcelo Rivas en comunicación con la 730 AM, en relación al paciente José Zaván.

Detalló que con la tomografía es posible predecir la mortalidad y la evolución con la aplicación de tratamientos médicos y que las conclusiones indicaban que podía sobrevivir.

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“Lo que me llama la atención es la rapidez de su recuperación, pero no dije que es una recuperación milagrosa, porque también vimos otros casos, con lo que hicimos nosotros es esperable que tenga un porcentaje de supervivencia”, insistió.

Sobre este punto reveló que generalmente un paciente recupera el lenguaje después de un mes y medio a ocho semanas en adelante, pero Zaván comenzó a mostrar las primeras señales en la tercera semana y esa precocidad de las reacciones iniciales es la que llama la atención.

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El neurocirujano contó que en sus 30 años de carrera vio cosas asombrosas, entre ellas un paciente pequeño con muerte cerebral, quien en la madrugada hizo una contracción, se sentó y volvió a acostarse, pero que esto tuvo una explicación médica.

José Zaván es el único sobreviviente del accidente registrado en febrero pasado, en una avioneta de la Fuerza Aérea que se estrelló en la base aérea de Ñu Guasu. Fallecieron siete ocupantes.

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