El Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) registra más de 200 personas en lista de espera de un órgano para mejor su calidad de vida, la cual puede cambiar con la decisión altruista de ser donante y posibilitar vida, incluso después de la muerte.
La doctora Elsa Escalante, coordinadora médica del INAT, informó que hay 149 pacientes para trasplante de córnea, 52 para trasplante de riñón, 6 para trasplante de corazón y 5 pacientes para trasplante de hígado.
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“El último trasplante que se realizó fue la semana pasada, tuvimos 2 operativos grandes, se pudieron operar riñón, córnea y tejido óseo”, comentó.
La responsable comentó que la pandemia afectó incluso a la donación de órganos y tejidos porque los pacientes donantes estuvieron en terapia intensiva en una sala de reanimación y el hecho de que haya estado copado por cuadros respiratorios hizo una importante caída.
“El programa de notificación seguía activo ajustado a protocolos COVID, en todas las fases de la pandemia nosotros íbamos adaptando ese protocolo que sigue incluyendo PCR para el receptor, PCR para el donante, eso nos hizo trabajar y ajustar nuestras exigencias en cuanto a los tiempos, sobre las notificaciones, siguieron activas con un descenso importante”, aseguró.
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Por otra parte, Escalante recordó que, según la Ley Anita 6.170/18, toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posterior a su fallecimiento.
‘’Lo más importante es comunicar a la familia y a los amigos el deseo de ser donante, y que ellos respeten la decisión. Según el INAT, hay mayor apertura a la donación por parte de la población, pero hace falta incrementarla, pues cada día se suman más personas a la lista de espera de un órgano, y algún día podría tocarle a uno mismo o a los familiares”, mencionó.