El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, brindó una serie de “orientaciones pastorales” en las que incluye una advertencia sobre la devoción a las imágenes de la Rosa Mística, al punto de rozar la idolatría, o a la “preciosísima Sangre de Cristo”, que no cuenta con aprobación eclesiástica.
A través de un comunicado difundido en la página web del Arzobispado de Asunción, el monseñor Edmundo Valenzuela dio una serie de orientaciones pastorales que tendrán vigencia para este mes de septiembre.
Santuario Nacional Divina Misericordia
Dentro del texto se incluyen puntos importantes que resaltan de manera especial, como la “alerta” sobre las celebraciones hechas en el llamado “Santuario Nacional Divina Misericordia”, ubicado frente al Mercado de Abasto.
Dicho templo no se encuentra en comunión con la Iglesia Católica y, por ende, es considerado como “una secta que usurpa el nombre y la liturgia católica”. Bautismos, confirmaciones o matrimonios que se lleven a cabo en este lugar no tendrán validez para la Iglesia Católica, por lo que se deberán rehacer en cada parroquia, según detalla el comunicado.
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Imagen de la Rosa Mística
Otra de las orientaciones tiene que ver con la devoción a la imagen de la Rosa Mística. Monseñor Valenzuela advierte que “las imágenes son siempre imágenes y representan cariñosamente a María Santísima”, por lo que su representación “nos ayuda a conocer sus diversas facetas de intercesora ante su Hijo Jesucristo”.
“No podemos caer en la superstición ni considerar la imagen de María, con el título de Rosa Mística, como un objeto que tiene poder en sí. Eso es idolatría”, aclarar el texto, refiriéndose puntualmente a la devoción a las figuras de barro o yeso a las cuales se suelen conferir poderes especiales.
El comunicado aclara que si existieran ciertas manifestaciones de la imagen (lágrimas de sangre, líquido aceitoso, etcétera), siempre se tendría que someter a un prudente y prolongado proceso de discernimiento por las autoridades eclesiásticas hasta definir su veracidad. “Necesitamos purificar esta religiosidad popular y otras expresiones religiosas semejantes, sin caer en errores que llevan a los fieles a buscar sólo lo mágico”, puntualiza.
Devoción a la Preciosísima Sangre de Cristo
En otro apartado, advierte también sobre la devoción a “la preciosísima Sangre de Cristo”, refiriéndose a la devoción que se originó en Nigeria en la década de los 90 y que fue propiciada por el autodenominado “profeta” Bernabé Nwoye.
Al respecto, el arzobispo alerta que “hay prácticas que van al extremo” y se apartan de las normas que dio San Juan XXIII, quien publicó una carta apostólica Inde a primis “sobre el fomento del culto a la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo”. Asimismo, desmiente las supuestas revelaciones al nigeriano Nwoye.
“Prohibimos dicha devoción en la Arquidiócesis. No nos dejemos caer en confusiones y prácticas que se alejan de la sana doctrina”, señala la carta de las orientaciones pastorales.
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Cerco de Jericó
El texto habla en otro párrafo sobre el llamado “Cerco de Jericó” y expresa que “también se desvirtúa con algunas oraciones incorrectas, con recursos a nombres de demonios y de pecados generacionales ocultos”, al punto de hacer pensar que “tuviera influencia de algunas y variadas sectas”.
“Hay que cuidar la integridad de la gracia de Dios, mediante el misterio pascual de Nuestro Señor Jesucristo, su pasión, muerte y resurrección. Hablemos y difundamos más la sana doctrina, que se encuentra en el Catecismo de la Iglesia Católica”, exhorta Valenzuela a través de estas recomendaciones.