Las aguas del lago Ypacaraí arrojan resultados de categoría excelente, debido a la ausencia de coliformes fecales, según estudios realizados por el Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas (Cemit). “Se registra mayor transparencia, una gran oxigenación del agua entre otros factores que podrían indicar la recuperación del ecosistema del lago”, explicó Renato Máas, director de la Comisión Nacional de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí (Conalaypa).
Los resultados de esta campaña de monitoreo arrojaron una gran mejoría en varios parámetros de la calidad del agua, como el aumento progresivo de la densidad y diversidad zooplanctónica. Sin embargo, en palabras del titular de la Conalaypa, continúa latente el riesgo de floraciones de cianobacterias para los próximos meses de verano.
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Los humedales de los arroyos Yukyry y Pirayú, principales afluentes del Ypacaraí, amplifican la depuración de la vegetación única existente en la zona, así como las algas filamentosas y otros organismos. “Esto se debe a que el lago mantiene un nivel estable. Al existir mayor cantidad de agua, el tiempo de residencia del agua de los arroyos en los humedales es mayor, por lo que hay más tiempo de trabajo de purificación”, señaló Máas.
Ante los últimos sucesos de incendios en Tarumandy-Luque, Máas señaló que: “Los recientes incendios forestales en el área silvestre protegida lago Ypacaraí ponen en peligro a los humedales adyacentes al lago, por lo que todo este gran trabajo de depuración de las aguas, incluso la misma calidad del agua del lago, podría verse afectada directamente si el fuego va hacia las zonas críticas de protección”.
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Las investigaciones fueron financiadas por Itaipú y consistieron en colectas de muestras, mediciones in situ, análisis en laboratorio e informes sobre parámetros de calidad de agua en el lago Ypacaraí y su cuenca. Son desarrolladas trimestralmente con el propósito de contar con información acerca del impacto de las prácticas agrícolas, domésticas, industriales, etc., sobre los sistemas acuáticos, conforme detalló Máas.
Entre los puntos de muestreo se encuentran, además del lago Ypacaraí, los arroyos Yukyry, Pirayú, Capiatá, San Lorenzo, Ypucú y río Salado.
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Incendio en Chovoreca: imputan a dueño de estancia
El Ministerio Público imputó este miércoles al propietario de la estancia donde se habría iniciado el incendio forestal en la zona de la reserva Chovoreca, en el Chaco. Es así que Hugo Miguel Zelada será procesado por violación de la Ley 716 que sanciona delitos contra el medioambiente y se expone a una pena carcelaria de entre tres a ocho años o su equivalente en multas, que oscila entre los 5.000 y 20.000 jornales mínimos legales.
“Fue imputado el dueño de la propiedad donde se iniciaron los primeros focos de calor, según el mapeo satelital”, confirmó el fiscal Nelson Colmán en contacto con la 1020 AM.
No descartó más imputaciones en la causa que investiga los hechos y se prevén aún varios procedimientos judiciales. “La Fiscalía, desde el inicio de la denuncia, vino ya realizando varias diligencias investigativas todos de carácter técnico. Así también, siguen las diligencias investigativas, tenemos todavía varias que practicar”, señaló.
El agente especializado en delitos ambientales de Alto Paraguay aclaró que las pericias permitieron obtener indicios fehacientes de la “comisión y la posible responsabilidad de este señor en el fuego ocurrido en la zona de Bahía Negra”.
Con respecto a la figura penal violentada, el doctor Colmán refirió que preliminarmente la conducta del acusado fue calificada dentro de lo que establece el artículo cuarto de la Ley 716, que alude a la quema intencional de bosques.
“La expectativa punitiva es de tres a ocho años de pena privativa de libertad y la multa. Una multa que va de cinco mil a veinte mil jornales en el caso de ser comprobada la autoría”, significó.
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Se prevén más diligencias
El funcionario de la Fiscalía ratificó que se prevén más diligencias investigativas, aunque alegó que prefiere “mantenerlas en privado” porque ya hay una persona imputada y se debe evitar cualquier tipo de nulidad. “Son varias diligencias, todas de carácter técnico. Es lo que puedo decir. Tenemos todavía pendientes varias, pero especificar qué voy a hacer, no. Prefiero mantenerlo en secreto”, añadió.
Recordó que el dueño del inmueble investigado ya había comparecido a prestar declaración la semana pasada, tras lo cual se dio la imputación. Dijo que también se presentó el señor Sebastián Jara, otro estanciero investigado.
“Ambos declararon, estuvieron acompañados de su abogado defensor. Y en el momento de su declaración también ellos presentaron el título de propiedad, donde se comprueba que efectivamente el señor Hugo Miguel es propietario de la finca que, según el mapeo satelital, es donde se iniciaron los primeros focos de calor”, finalizó.
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Paraguay en llamas: ¿estamos en la era del piroceno o fuego incontrolable?
A continuación reproducimos íntegramente el reportaje ganador del Premio Nacional de Periodismo Ambiental 2024 en la categoría multimedia, de la autoría de la periodista y editora de La Nación/Nación Media Lourdes Pintos, que aborda la incidencia de la proliferación de incendios forestales en la crisis climática.
- Por Lourdes Pintos
- lourdes.pintos@ nacionmedia.com
- Fotos: Archivo
En 2020, Paraguay vivió uno de los peores siniestros de los últimos tiempos. Aquellos lugares donde no son frecuentes los incendios forestales empezaron a arder. El sol se tiñó de naranja vibrante, el calor se volvió más intenso, superando los 40 °C. El humo se mezcló con la polvareda causada por un fuerte viento que empeoraba el panorama.
En pocos minutos, el cielo se cubrió de gris, oscureciendo repentinamente aquella tarde del 1 de octubre. En ese momento Paraguay empezaba a afrontar su segunda pandemia, la del covid-19, causada por el SARS-CoV-2 y la de los incendios forestales, causados por el hombre.
Aunque ese 1 de octubre no se nos olvida, ya veníamos sufriendo situaciones similares, pero en menor cantidad. Las cifras de incendios fueron aumentando y seguirán empeorando de seguir por la misma senda.
¿ERA DEL PIROCENO?
Aunque el fuego esté consumiendo miles de hectáreas de bosques, es un elemento fundamental en nuestra vida. Fueron los homínidos quienes lo domesticaron y lo hicieron parte esencial de su día a día; en contrapartida, es un elemento que está causando daños incalculables y lo que hace un millón de años fue domesticado hoy está fuera de control, consumiendo todo lo que está a su paso. A esto se lo conoce como la era del piroceno o del fuego incontrolable y está netamente relacionada al cambio climático.
En Paraguay, desde 2019 venimos experimentando incendios forestales incontrolables o que crean sus propias condiciones en su entorno e impiden que las técnicas de combate directo los detengan.
Hemos observado por primera vez las denominadas “torres de calor”, donde la magnitud de los incendios fue tan elevada que la columna de humo y calor llegaba hasta las capas más altas de aire, creando situaciones de alto peligro y afectando a infraestructuras y ambientes naturales. Los incendios se volvieron transfronterizos, desplazándose entre las fronteras de Brasil y Bolivia.
Esto hizo que los efectos dañinos se sintieran a miles de kilómetros de la zona de origen del fuego, afectando la calidad del aire de todo Paraguay, fenómeno que se incrementa año tras año. Es una realidad palpable y comprobable, explica Óscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF.
CRISIS CLIMÁTICA
Según la Convención Marco de Cambio Climático de 1992, se puede interpretar como cambio climático a la variación del clima causada directa o indirectamente por el hombre y que altera la composición de la atmósfera mundial, sumada a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables.
En nuestro país documentos oficiales resaltan una elevada vulnerabilidad al cambio climático que se fue agravando, atendiendo a que no se cuenta con litoral marítimo. El estudio científico “Estado del clima en Paraguay” sostiene que 2019 fue el año más caliente en la historia nacional, con +1,5 y +1,7 °C con respecto a la temperatura media de 1961-1990 y de la era preindustrial.
La Agencia del Aire y del Espacio de los Estados Unidos (Nasa) confirmó que el 2023 fue el más caliente registrado desde que se cuenta con mediciones sistemáticas globales desde hace 200 años, menciona Rodas.
La preocupación aumenta porque las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera aumentaron debido a las actividades del ser humano, por lo que también aumenta el efecto invernadero natural ocasionando un calentamiento adicional de la superficie y la atmósfera de la tierra, que puede afectar adversamente a los ecosistemas naturales y al hombre.
INCIDENCIA
¿Por qué los incendios forestales tienen incidencia en el cambio climático? Al producirse la quema de bosques y otros ambientes naturales se emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Esto contribuye con el cambio climático. Desde 2019, en Paraguay ocurren incendios forestales de grandes proporciones que duran incluso meses.
Tanto el cambio climático como los incendios forestales se refuerzan entre sí, lo que se conoce como ciclo de realimentación. Según un estudio de la organización Global Forest Watch, esto se da en cuatro pasos: el aumento de la temperatura global, que crea condiciones más secas en los bosques; la ocurrencia de grandes áreas quemadas, que aumenta la vegetación seca y muerta; el tercer paso es que las emisiones de incendios forestales aumentan a medida que afectan áreas de mayor superficie y el último es que el aumento de las emisiones acelera el calentamiento, que conlleva al aumento de las temperaturas globales, relata Rolón.
CAUSAS
La ingeniera forestal Cristina Goralewski, titular del Instituto Forestal Nacional (Infona), explica que en Paraguay la mayoría de los incendios son provocados por actividades humanas de forma involuntaria o intencional y se debe a malas prácticas en el manejo del fuego y la falta de concienciación.
Entre las malas prácticas se incluye la quema no controlada de residuos agrícolas y forestales, quema de basura, negligencia en la gestión de fuegos, fogatas y colillas de cigarrillo. Estas, combinadas con factores climáticos como altas temperaturas y baja humedad, aumentan la vulnerabilidad de los bosques y pastizales a la ignición y crea condiciones propicias para la propagación del fuego.
Según las estadísticas, durante 2023 hubo más de 11.000 fuegos activos y agosto se convirtió en un mes récord de detección de fuegos sobre tierras forestales.
En 2019 se registraron 7.950 fuegos activos, siendo agosto el mes con mayor cuantificación, con 1.421 registros. En 2020 se registraron 10.620 fuegos activos, fue setiembre el de mayor cuantificación con 1.421 registros. En 2021, 7.427 fuegos activos; siendo agosto el de mayor cuantificación con 1.082 registros y en 2022 se registraron 6.390 fuegos activos; fue enero el de mayor cuantificación, con 931 registros.
IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN
Los árboles son fundamentales para la vida, la sanidad del aire que respiramos y la circulación del agua, ya que esa circulación la hace a través de los árboles y se mantiene en un bosque frondoso, cerca de la superficie de la tierra, explicó Juan Báez, ingeniero agroecólogo, coordinador de la Pastoral Indígena de la Diócesis de Cnel. Oviedo. Destacó así la importancia de prevenir los incendios forestales.
Los árboles actúan como una bomba de agua que aspira el agua de las napas freáticas del suelo a través de la raíz y hacen circular dentro del tejido de las plantas hasta llegar a las hojas, donde se produce la evapotranspiración. Los árboles fijan el dióxido de carbono y exhalan oxígeno puro, es decir, cuando el ambiente está contaminado de dióxido de carbono es tóxico.
“Cuando se deforesta no ocurre la fotosíntesis, la fijación de dióxido de carbono ni la producción de oxígeno puro. Necesitamos al menos un árbol por cada tres habitantes porque ese árbol produce oxígeno puro. Cuanto más desaparecen los árboles, el aire que respiramos es más contaminado y aumentan las enfermedades”, expresó.
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Controlan tres focos de incendio en el Chaco, pero el viento norte complica la situación
Este jueves, desde la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) confirmaron que siguen trabajando para extinguir por completo las llamas en zona del Chaco paraguayo y que aún hay tres focos de incendio. Los vientos predominantes del sector norte están complicando la situación y esperan que el fuego termine.
Según el nuevo reporte dado desde la región Occidental del Paraguay, bomberos forestales y de varias compañías, militares del Ejército Paraguayo y de la Secretaría de Emergencia siguen trabajando para evitar que los focos existentes se expandan. Atendiendo a la alta sequía en la zona se siente más el calor.
“En todo el Chaco y más en zonas donde se tienen focos de incendio la temperatura alcanza los 50 grados y el viento norte hace que se complique más la situación por la que estamos pasando. En estos momentos tenemos 3 focos que están controlados y estamos conteniendo”, indicó Eduardo Gómez, desde la SEN, en entrevista con la 650 AM.
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Explicó que tienen un gran equipo de trabajo y que están haciendo todo lo que está en sus manos para controlar las llamas. “Estamos bomberos voluntarios, militares, brigada de la SEN, entre otros y seguimos con los combates contra los incendios forestales. En estos momentos no tenemos focos descontrolados”, señaló.
Apuntó que hasta la fecha se tiene un reporte de más de 190.000 hectáreas devastadas por el fuego. “Pedimos a la gente que tome conciencia del perjuicio que pueden hacer a la fauna y la flora, que no sean irresponsables para provocar estos incendios que no solo afecta al Chaco sino que a todo el país”, puntualizó.
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¿Es el lago Ypacaraí el remanente del antiguo mar chaqueño?
En esta entrega de Mito o Realidad, acompañamos al geólogo Moisés Gadea en un recorrido por el lago Ypacaraí y su entorno en búsqueda de indicios que aporten evidencia en torno a la hipótesis de que el emblemático espejo de agua podría ser el resto de un antiguo mar que retrocedió tras la formación de la cordillera de los Andes.
- Por Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos: Archivo / Jorge Jara
El punto de encuentro fue la comunidad de Tarumandy, en Luque, donde al momento de nuestra llegada el profesor Gadea se encontraba tomando muestras junto con un grupo de estudiantes en un pozo surgente que fue perforado al costado de una canchita de vóley. El profesor me invita a catar el agua que mana de un caño ubicado en posición vertical y que forma un pequeño charco a su alrededor.
El líquido presenta un fuerte sabor a sal. Según nos relató una pobladora que se acercó a conversar con nosotros, en la comunidad fueron perforados varios pozos, pero ninguno de ellos sirve debido a la alta salinidad de las aguas subterráneas de esa zona, por lo que continuamente tienen problemas en la provisión del vital líquido.
Gadea, quien es catedrático de Petrología Ígnea y Sedimentaria en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen) e investigador categorizado del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) PRONII 1, sostiene que la presencia de agua salada es una manifestación muy común en el valle del Ypacaraí, que además presenta un típico paisaje chaqueño.
“Esto nos indica que eventualmente pudo haber ocurrido una ingresión en forma estuarina en el valle, es decir un brazo marino que ingresa hacia el continente. Se ha comprobado que las aguas subterráneas en el valle son salobres o salinas, por lo cual el abastecimiento de agua para las diversas localidades en las planicies del valle se obtiene de pozos perforados en las cotas de mayor elevación o en las serranías”, manifestó.
FRACTURA
A renglón seguido, sobre un blog de notas empezó a graficar su hipótesis: “El valle del Ypacaraí está limitado por un conjunto de fracturas, por fallas geológicas generadas en el Jurásico – Cretácico. El emisario principal del lago Ypacaraí es el río Salado. En esta zona se hablaba de las antiguas salinas. ¿Y de dónde provino todo eso? Y tuvo que haber habido un mar. Esto tiene una continuidad hasta el valle del Caañabé, según planteó Félix de Azara. Este, a su vez, estaba conectado con los humedales del Ypoá. Y en esa parte también se han reportado entornos salinos. Mi hipótesis es que hubo una inundación de ese mar Chaqueño y por eso tenemos esa salinización en toda la parte más baja topográficamente. ¿Pero por qué no existen depósitos fosilíferos de animales vertebrados marinos? Porque la inundación del mar Chaqueño no tuvo la duración necesaria para que se generen espesos estratos marinos con fósiles. Fue una entrada, sazonó todo y luego retrocedió nuevamente”.
Con relación a qué proceso geológico habría generado esta inundación, refirió que guardaría relación con la elevación de la cordillera de los Andes.
“América del Sur y África estaban unidas. Hace 130 millones de años empezó la separación. La deriva continental de América del Sur fue hacia el oeste hasta tal punto que se encontró con la placa de Nazca y ahí se inició la elevación de la cordillera de los Andes. En la medida que se producía esa compresión lateral continental se fue formando la cubeta por la cual ingresó el mar a Sudamérica. El ingreso del agua marina en dicho recipiente fue en el tiempo de máximo apogeo de la compresión lateral continental, en el cual la cordillera de los Andes alcanzó su mayor altura, y el mar interior inundó los lugares topográficamente mínimos. Con el inicio de la subducción de la placa de Nazca por debajo de la sudamericana (ingreso de una placa debajo de otra), se produjo una distensión continental y como consecuencia el mar Chaqueño retrocedió. Al retroceder quedó atrapado un remanente marino en la superficie más deprimida del valle”, graficó.
Posteriormente, seguimos por la ruta Luque-San Bernardino hasta el puente ubicado sobre el río Salado, una toponimia ya de por sí sugerente, donde se aprecia un típico paisaje chaqueño dominado por especies de karanday. Tras tomar las fotografías de rigor, nos dirigimos a la playa municipal de San Bernardino.
Mientras tomábamos asiento bajo la sombra de un añoso árbol tras bordear el muelle, Gadea siguió relatando que el primer elemento que lo motivó a indagar esta línea de investigación fue la semejanza que presenta el valle del Ypacaraí con los terrenos chaqueños, así como la salinidad de las aguas subterráneas y superficiales en el entorno del lago.
“Estos elementos dan un indicio de que el mar Chaqueño pudo haber ingresado por aquí. En el marco de una investigación tomé muestras en la zona y pude corroborar la salinidad del agua en las partes que presentan un paisaje de tipo chaqueño, con alta presencia de especies de karanday, y que en el Chaco hubo una ingresión marina en el Cenozoico superior. Entonces, planteo la posibilidad de que esas aguas invadieron todas estas comarcas que se encuentran dentro del valle del Ypacaraí”, indicó al tiempo de aclarar que hasta el momento se trata solo de una hipótesis que requiere mayores investigaciones para ser elevada al grado de teoría.
AGUAS MARINAS LAVADAS
Sin embargo, según su mismo estudio, las aguas del lago Ypacaraí presentan baja salinidad.
“Las aguas marinas contienen alrededor de 35.000 ppm (partes por millón) de sales disueltas, pero el lago Ypacaraí presenta un bajo tenor de salinidad, conteniendo solo 124 ppm. Las aguas del lago Ypacaraí podrían básicamente entenderse como aguas marinas lavadas, y que el registro de concentración de sodio y cloro son iones fósiles del antiguo mar Chaqueño”, dice parte del estudio.
Inquirido respecto a su propia afirmación, Gadea aseveró que el lago es solo un remanente que era completamente salino, pero cuya composición se fue modificando progresivamente por “meromixis ectogénica”, un proceso mediante el cual la concentración de sales disueltas en el agua se modifica. Es decir, el agua salada se convierte en dulce y a la inversa.
“Este es un fenómeno muy común mediante el cual ciertos cuerpos de agua o masas hídricas originalmente se modifican de salados a dulces o viceversa. Entonces proponemos que cuando inundó el mar Chaqueño el agua era muy salina, pero después con el desarrollo del continente a lo largo de millones de años la sal fue diluyéndose por las aguas meteóricas (neblina, lluvia, helada, nieve, granizo) y las escorrentías superficiales, pero quedaron iones fósiles del mar Chaqueño”, argumentó.
MORFOLOGÍA
Con relación a los indicios que podría arrojar la forma geométrica del espejo de agua, el catedrático explicó que, en efecto, el origen de los lagos puede ser deducido a partir de su morfología. “Si tenemos una forma circular, esto nos puede señalar un origen volcánico o un impacto de meteorito. Sin embargo, el lago Ypacaraí tiene una característica de lago embalsado. Esto nos señala que fue represado y debido a eso tiene esa morfología triangular. En tanto que un lago fluvial tiene formas dendríticas (en forma de raíces) y un lago de origen tectónico (movimientos o rupturas de la corteza terrestre) sería más rectangular”, ilustró.
“Cuando se produjo el tectonismo en el valle del Ypacaraí en el Jurásico tardío (163 a 152 millones de años)-Cretácico inferior (145 hasta 100 millones de años) el valle estaba completamente relleno y luego fue erosionado para formar el recipiente donde a posteriori el agua quedó capturada. No ocurrió durante los fracturamientos del rift de Asunción (trastorno tectónico estructural que se debe a la separación de África de América del Sur). La edad del lago está calculada en el Mioceno superior, es decir de 7 a 3 millones de años. O sea, se trata de una formación joven. Los lagos son aspectos efímeros del paisaje geológico. Los lagos no son viejos”, precisó.
Para finalizar, Gadea subrayó que se necesitan más investigaciones de otros expertos para avanzar hacia una mayor comprensión sobre el origen de un recurso emblemático de nuestro país con gran simbolismo cultural y ambiental, pero sobre el cual se ha investigado poco científicamente.
INVASIÓN
Consultado sobre su opinión respecto a la hipótesis de Gadea, el geólogo Darío Gómez Duarte, catedrático de Geología del Paraguay y Geología Estructural en la Facen, indicó que hasta el momento se trata de una mera hipótesis que para ser comprobada requeriría que se realicen perforaciones en el lago y que se hallen sedimentos marinos en el interior.
“Es una hipótesis que el lago Ypacaraí podría ser parte de un estuario marino. Para confirmar que el mar Chaqueño llegó hasta allí se deberían hacer excavaciones en el lago y encontrar sedimentos o rocas marinas. Que haya agua salada en el entorno puede deberse a otros motivos. Por la sobreexplotación de los acuíferos se podría estar dando una invasión de los acuíferos salados del Chaco hacia la región Oriental”, expuso.
Otras hipótesis
En su investigación titulada “El origen del lago Ypacaraí: una hipótesis”, Gadea da cuenta de otras posibles explicaciones sobre el origen de esta masa hídrica:
“1- Félix de Azara sostuvo que el lago era producto de la acumulación hídrica de escorrentías superficiales y precipitaciones. Esta hipótesis sostiene que el lago Ypacaraí es consecuencia de acumulación de aguas de los afluentes y de lluvias a lo largo de millones de años, que también fueron aprisionados en la depresión topográfica principal del valle. Asimismo, se adecua a las características de represamiento de acuerdo a su morfología.
2- Inundación excepcional del río Paraguay (Alfred Demersay, 1860). Este autor argumentó que, en tiempos prehistóricos, a causa de una creciente extraordinaria, el río Paraguay pudo haber vertido sus aguas en el valle.
3- Tectónica: Como consecuencia de la ruptura cortical que representa el inicio del proceso de la formación del rift de Asunción durante el Jurásico tardío – Cretácico temprano.
4- Presencia de un gran río embalsado: se menciona la existencia de un antiguo río a lo largo del valle de Ypacaraí, de envergadura comparable al río Paraguay o al río Paraná. Ese río fue represado en las cotas mínimas del valle, y con el tiempo fue disminuyendo su caudal, permaneciendo así el importante volumen de agua que contiene el lago. Los actuales afluentes son remanentes de aquel gran río. La morfología triangular del lago se adecua a esta hipótesis.
5- Combinación de hipótesis 1 y 4″.