El Club de Música y Arte “Studio 1160”, ubicado sobre Montevideo, entre Jejuí e Ygatimi, tendrá su segunda muestra de artes visuales en lo que va de este 2021. La cita es este viernes 25 de junio a partir de las 18 hs y hasta las 00.
La muestra se lleva a cabo en una tradicional y mística construcción céntrica asuncena de inicios del siglo XX, casa-studio de la artista y gestora cultural Marcela Dioverti, en compañía de música, gastronomía y arte local.
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Un total de 17 artistas visuales y 2 músicos participan de la muestra. Entre los artistas se encuentran: Adriana Duarte, Ana Brisa Caballero, Belén Leguizamón, Bernardo Krasniansky, Camila Cadogan, Carlo Spatuzza, Claudia Casarino, Fernando Martínez, Gilberto Padrón, Laura Giucich, Leticia Casati, Liv Ljunggren, Mónica Ismael, Nelson Martinesi, Rodrigo Velázquez, Selene Rodríguez y la dueña de casa, Marcela Dioverti.
En cuanto a músicos, estarán amenizando la velada Giovanni Mbae y la Dj Mizz Kiara. Quienes asistan a la inauguración tendrán la oportunidad de conocer a los artistas y adquirir sus obras en el sitio. Posterior a ello podrán agendar su recorrido al 0971 966 690 vía Whatsapp.
El acceso al evento es libre y gratuito gracias al apoyo de la Secretaría Nacional de Cultura, Bodegas MEVI y Studio Abierto-Galería Virtual. Se respetarán todas las medidas preventivas ante el COVID-19 dispuestas por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
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“Hay poco entendimiento sobre la importancia de la cultura para construir tejido social e identidad propia”
En esta edición del programa “Expresso”, emitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe a Marcelo Tolces, director, guionista y gerente general de contenidos de Nación Media. En este diálogo analizan los actuales formatos de contar historias y reflexionan sobre la actualidad del cine paraguayo. Tolces afirma que, a pesar de los avances, hay una deuda pendiente no solo con el cine paraguayo, sino en reconocer la importancia de fomentar todas las expresiones artísticas para el desarrollo cultural de una nación.
- Fotos: Emilio Bazán
–Admiro mucho lo que hacés, “18 cigarrillos y medio”. Todo lo que estás haciendo en la tele con “Noche de furia”, “Papucho reporter”.
–”Papucho reporter” es uno de los contenidos que más orgullosos nos pone realmente. Cuando encontrás la figura correcta para el contenido exacto.
–¿Por qué no escribís literatura?
–De hecho que es mi área de entrenamiento, hacer una diplomatura de literatura creativa, supongo que una de mis áreas de conocimiento o de influencia. Creo que en el día a día es imposible ahora mismo. Intenté hacer artículos en La Nación de cine más light, pero el tiempo no daba para escribir semana a semana. Creo que hay poco espacio en el mundo moderno, que está cambiando rápidamente. Creo que la novela como tal, que para mí fue el género narrativo más influyente en la historia de la humanidad, que fue gigantesco en el siglo XIX, de muchísima experimentación, cambio e influencias en el siglo XX, difícilmente encuentra un lugar en el siglo XXI, son otros tiempos, otra concentración, otra tensión de la que los tiempos cambiaron. Entonces creo que hay una realidad de por qué la novela nació en el momento que nació, acompañó todo este proceso de iluminismo, de democracia, intelectualidad y también como en 1980 la mayoría de los filólogos y los mismos novelistas decían que la novela estaba muerta y aquí ya no había un lugar para experimentar, a dónde llevarle después de todos los lugares a los que se les llevó en el siglo XX, flujo de conciencia, primera persona, segunda persona, etc.
LIBERTAD DE CREACIÓN
–A mí no me jode que las cosas desaparezcan, lo que me jode es que las cosas no se reemplacen.
–Yo en muchas cosas soy más pesimista, en ese lado sí soy más optimista. Para mí la necesidad de compartir experiencias, conocimientos, relatos, historia, todo eso podía ser la novela, que para mí es el mayor género de la literatura, el más libre, el más experimental, podés hacer lo que quieras. Podés contar una historia, podés cortar un capítulo y hacer un ensayo. Tenés completa libertad para crear lo que quieras. Yo creo que de alguna manera esa información se sigue distribuyendo que si buscás en redes sociales hay creadores de contenido digital y especialmente la línea de los estandaperos y comediantes. Creo que el novelista moderno es el estandapero. O sea, el novelista te mostraba la ironía y la falta de sentido en cosas de la vida, desarrollaba ideas contándote una historia. Y yo creo que el estandapero sigue haciendo eso de una manera muy autobiográfica. Sí está reemplazado en el hábito, pero quizás la novela te dejaba algo más. Creo que el motivo real de por qué cualquier régimen totalitario quemaba libros es porque los libros tienen la capacidad de cambiar a la gente. No sé si ver un clip de cinco minutos se te queda de la misma manera.
–No veo otra literatura más allá de los géneros clásicos como la novela, el guion. Si va a ser del nicho, deja de ser cultura en términos de cultura como un fenómeno...
–Formador de mirada y opinión y de influir, correcto. Si pensás hoy quiénes son las superestrellas de la literatura porque en el siglo XX sí hubo y mucho de (Ernest) Hemingway, (William) Faulkner, (Milan) Kundera, (Jean-Paul) Sartre era una estrella pop, o sea en el nivel de celebridad estoy hablando, no quiero decir que sea superficial. A lo que me refiero con eso es que somos una especie de civilización exitista que siempre tuvo la necesidad de tener héroes y figuras. Si pensaba en los primeros 1.500-1.800 años siempre esas figuras fueron militares o casi siempre, un par de filósofos en Grecia, un par de matemáticos, etcétera. Y en el siglo XIX Víctor Hugo, Dumas, los rusos (León) Tolstói, (Fiódor) Dostoyevski eran estrellas, eran celebridades en la capacidad de atención que generaban en la gente y de influencia que tenían en la manera de ver el mundo específicamente en esos momentos.
–¿Qué cosas contaban las historias de antes y qué cuentan las de hoy?
–Me acuerdo en una clase que decían que había cuatro historias nomás. Una ciudad sitiada, un amor imposible, una guerra, no me acuerdo cuál era la cuarta. Yo creo que el tipo de historia sigue siendo el mismo, pero el tono y la mirada con las que contamos esa historia cambió fundamentalmente mucho más en el audiovisual, pero también en la literatura, que todo se volvió mucho más meta. Estaba estudiando cine en la época de las películas de Charlie Kaufman, de John Gavin Malkovich, “Adaptation”, como una de las voces más fuertes de esa línea. Lo que digo es que somos una cultura, una civilización tan influenciada por sus propias historias, especialmente en el arte pop, audiovisual, cine y televisión, especialmente influenciando en cine y televisión, que las historias de hoy ya no pueden obviar eso. Ya necesitan ser metas. Ya no hay una historia de amor moderno creíble en la que no vaya a haber referencias a películas o a series, o donde ya no estés asumiendo que ciertos personajes te influyan de alguna manera. Y eso sí creo que es muy poderoso, ¿verdad? Creo que nunca hubo una sociedad tan autoconciente de eso como la de ahora, tan referencial, digo en la misma vida.
RELATOS
–¿Qué es lo que se resguarda con las historias de hoy?, ¿cuál es la hostilidad del mundo al que se enfrenta la literatura o la construcción de historias de hoy?
–Yo quiero separar más cosas porque sí creo que nunca una época con las herramientas de control masivo, marketing, publicidad, narrativa periodística, nunca el relato estuvo tan presente, nunca el relato estuvo tan intelectualizado, teorizado como una manera ya sea instalar una mirada, la guerra de relatos en la política.
–¿Cuáles son las cinco películas que llevarías a una isla?
–Películas que sean fáciles de que puedes ver una y otra vez, que son películas que no necesariamente se sostienen en su historia, se sostienen en otros elementos estéticos que hacen que puedas ver una y otra vez. Te diría número uno “Dazed and Confused” (1993) de Richard Linklater. Llevaría a “Annie Hall” (1977) de Woody Allen, “8 y medio” (1963) de (Federico) Fellini, algo de (Steven) Spielberg por lo espectacular y que es fácil de ver una otra vez, creo que “Rescatando al soldado Ryan” (1998). Y la quinta tiene que ser algo que realmente me haga reír una y otra vez, “This Is Spinal Tap” (1984, de Rob Reiner).
–¿La dirección de cine cambió en todo este derrotero, su rol, su protagonismo, su impronta?
–Una industria en el mundo que genera demasiado dinero siempre tiene mucha innovación. La revolución tecnológica y técnica de los últimos 20 años fue impresionante. Y atrae mucho talento de gente que todo el tiempo está innovando, cambiando maneras de contar.
CINE PARAGUAYO
–¿Hay cine paraguayo?
–Hay cine paraguayo, hay grandes directores de cine paraguayo.
–Contame qué es lo primero que viste con el sello de cine paraguayo.
–”Hamaca paraguaya”, que es un peliculón.
–¿Es lo primero que viste? ¿No viste “Cerro Corá”, por ejemplo?
–Vi “Cerro Corá” un 1 de marzo cuando transmitimos en GEN. Es muy rudimentario. No le pondré al mismo nivel que “Hamaca paraguaya” o “Las herederas” o “7 cajas”. O grandes documentales que se hicieron en los últimos 15, 20 años.
–La desventura del cine paraguayo es el problema del mercado, supongo, ¿no? A pesar de que hoy ese mercado se ensanchó.
–Es una industria muy cara, hacer una película requiere mucha inversión, aunque ahora hay una ley de cine.
–Probablemente ese sea el problema principal, de financiamiento.
–Obvio. Yo creo que hay cuatro o cinco países en el mundo, EE. UU., Nigeria, India, China que pueden sostener su industria con el dinero directo del mercado. Absolutamente en todos los otros países está subvencionado. Argentina, Brasil, Inglaterra, Francia, países grandes con mucha tradición y cultura de cine, igual necesitan esa subvención para mantener su cine vivo. Creo que una falta no en específico con el cine, sino en general de nuestro país, es el poco entendimiento de la importancia de la cultura a la hora de construir tanto tejido social como una identidad propia.
–¿El amor sigue siendo un asunto importante para las historias?
–Sí, creo que es clave. Creo que es clave para la vida también.
–¿Cambió la forma de presentar una historia de amor desde “Lo que el viento se llevó”?
–Muchísimo, porque cambió el relacionamiento del mundo. Yo creo que si vas a los 90, la era que a mí me tocó crecer y formarme, creo que fue el punto máximo del amor romántico como religión. Que si pensabas hacia el pasado o históricamente, en la Edad Media había una religión muy clara que movía las acciones. Creo que el relato religioso que durante todo el proceso de la segunda mitad del siglo XX le fue reemplazando la religión fue el relato del amor romántico. Pero creo que eso llegó a su punto máximo en los 90. Yo creo que por cada película que se hacía, cinco eran comedias románticas de alguien que esperaba a esa persona que iba a llegar, que iba a completar tu vida, que iba a hacer que todo funcione, que todo sea excelente.
–Que te va a rescatar antes de tomar el vuelo...
–Era una metáfora exacta de lo que esperan todas las religiones, la vuelta del Mesías o la llegada de Jesús. Es como un pensamiento mágico de que esto va a hacer que todo funcione. Los templos eran las salas de cine que llamaban a esa cantidad de gente, era todo ritualístico, era una experiencia compartida cuando te ibas a una sala.
ÉPOCA RADICALIZADA
–¿Cómo estamos anímicamente hoy? ¿Estamos pesimistas, somos realistas, somos serios?
–Yo creo que es cíclico y voy a aprovechar para meter de vuelta a mi novelista preferido de todas las épocas y posiblemente la persona que no conozco que más influyó en mi mirada, que es Milan Kundera. Su primera novela se llama “La broma”. Él habla del movimiento de la revolución comunista en Checoslovaquia en los 60 y hace una broma y ese era un mundo muy serio como para tomar una broma en chiste, muy radical, muy radicalizado y termina siendo expulsado del partido, expulsado de su trabajo, todo a partir de un chiste, de hacer un chiste en un momento que el mundo perdió el sentido del humor. Yo reconozco esa época en la actualidad, reconozco una época en la que todo está muy radicalizado, ideologizado, pero desde las emociones, no de la razón.
–Ideologizado desde la desideologización, es muy raro. En otro libro habla de que perdimos el debate y nos sometimos a las creencias, que vivimos en una etapa de imposición de creencias. ¿Por qué tanta paradoja entre avanzar y volver?
–Yo creo que son más herramientas de control y cómo se está manejando el mundo. Yo creo que hoy en ningún lado se salva, que de hecho uno se siente sin lado si intenta ubicarse en algún lugar del espectro ideológico. Lo político ya es secundario porque ya vendría como algo posterior, alguien que representa mis ideales o mi manera de ver el mundo. Creo que eso cambió demasiado rápido y creo que responde a otra cosa de la sociedad moderna. Vos más, yo menos, nacimos o crecimos en un mundo de Guerra Fría o de dos miradas opositoras a la vida y hoy se puede ver el mundo como mucho más conectado y no tan segmentado de un lugar al otro, y a la vez está más segmentado que nunca. Y yo creo que eso responde a que una sociedad tan egoísta, pero no estoy siendo crítico, estoy siendo descriptivo. El sistema capitalista empuja eso como algo positivo a la hora de crecimiento, porque llegamos a un punto demasiado extremo. Entonces, esto exige tomar medidas, decisiones o acciones que de alguna u otra manera van a ser nocivas para otra persona, no importa cuál sea. Entonces creo que todos necesitamos más que nunca creer que representamos el lado correcto, entonces no importa lo que hagamos porque estamos en el lado correcto. Entonces la gente se termina radicalizando en un lado para poder cometer acciones negativas y no sentir que es negativo sumado a que en las redes sociales la segmentación te llega solamente las lecturas de tu lado, demonizás el otro lado cualquiera sea.
–Hay una crisis de representación y hay un universo muy grande de personas que descreen de las formas de la democracia.
–Yo creo que es un momento crítico para todas las democracias en el mundo. El activista es el que más cae en el autoengaño. Hoy va a defender una bandera pensando que es parte de su identidad y que es lo único que está bien. Y después, investigás un poco y sabés que si hoy la izquierda defiende a ultranza los derechos de todas las minorías, eso está relacionado a un estudio semiológico en los 90 en Estados Unidos, donde estaban cerrando las industrias y la izquierda se daba cuenta de que su votante, el sindicalista, dejaba de existir porque dejaba de haber fábricas y tenían que generar una nueva estrategia, hicieron estudios de mercado para saber a qué electorados podían atraer primero y les hicieron una estrategia de aglutinar minorías que les termina explotando en las propias diferencias que hay dentro de esas minorías o lo incoherente que termina siendo el defender un sistema que en su necesidad de no discriminar va discriminando de manera positiva.
–Este fenómeno antisistémico se basa en el descreimiento de la fórmula y vale entenderlo también como una herramienta que sirvió para cambios en toda la historia del universo, que es la decepción.
–Yo creo que las decepciones son gran parte de las que forman nuestra personalidad y nuestra mirada. Cualquier área de la experiencia humana que analices son las mismas emociones las que nos mueven, porque estás apuntando a algo político, ideológico. Me decepcionó tal líder, me cambió el partido, cambió mi mirada, ahora quiero ser más activo. Pero realmente a la gran cantidad de personas les mueven mucho menos esas guerras de poder que su día a día, en un espectro de edad sus relaciones amorosas, en otro espectro de edad sus relaciones profesionales. Y la decepción forma una parte muy importante a la hora de formar tu mirada, de aprender qué buscar, qué no buscar, de cerrarte a un tipo de experiencia porque te sentiste muy lastimado o decepcionado cuando tuviste ese tipo de experiencia.
LA TELEVISIÓN
–¿Qué describen los medios, las expresiones culturales de ahora? Ya no existe ver televisión en vivo, ¿no?
–Ya no existe ver en vivo. Yo creo que 18, 25 años para abajo no existe ver televisión luego y quizás sí hay algún tipo de vivo que sigue funcionando como el streaming, pero no a través del aparato televisivo. Yo creo que los cambios son grandes que tienen que ver con demasiadas cosas. O sea, hasta el hecho de tener en tu mano la pantalla es distinto a cómo te sentís con la pantalla. Yo creo que por cada espectador televisivo, hay 1.000 o 10.000 espectadores digitales que solamente consumen a través de las redes sociales.
–Es prodigioso el aprovechamiento no percibido quizás por la propia producción que puede tener cada uno de los programas. Para mí “Noche de furia” es un programa pedagógico al respecto de cómo están funcionando las nuevas generaciones.
–Un programa periodístico que te informa de la actualidad, un programa periodístico que tenemos mucho en GEN, que ironiza sobre la actualidad,o que busca una mirada más lúdica sobre las noticias. Son muy elevados en su búsqueda y en su capacidad de influencia, pero a la larga siento que algo como “Noche de furia”, un programa que te muestra “Aquí estamos y esto somos”, “así vivimos”, “así nos enamoramos”, “así nos relacionamos”, “así nos reímos en esta era específica”. Te gustaría más ver en un archivo, enterarte cuál fue la tormenta política de una semana o entender cómo era la gente en un momento específico en Paraguay donde todo empezaba a cambiar en el comienzo de la inteligencia artificial, en el mundo hiperconectado de los celulares, etc. Creo que tiene mucho valor más allá de si su búsqueda es periodística, investigativa, informativa o cultural.
–Históricamente las radios informaban, la tele confirmaba y el diario generaba el inicio de un nuevo ciclo al día siguiente. ¿La tele es tu elemento de confirmación hasta hoy?
–Sigue siendo la fuente principal de muchos contenidos que se ven en redes y hay mucho contenido que se hace específico para redes.
–En estos días vi en una charla de Jorge (Lanata) y (Mario) Pergolini que hablaban de la berretización de los contenidos periodísticos, de derrocar los informativos y poner paneles, o sea, derrocar la información y poner opinión.
–Muchos de esos programas son producibles con la realidad de hoy en la que hay menos plata para invertir en la producción y en tener gente dedicada a armar un programa. Nosotros tenemos un programa guionado, que es “Silvero”, donde hay a tiempo completo una persona creativa en eso, pero no podemos plantear muchos programas así. La mayoría de los conductores periodistas en la economía actual hacen programas de televisión, radio a la tarde, otro programa y después tienen que grabar videos de influencer. Tampoco tenés ese tiempo para dedicar a la preparación. Entonces, es generar programas con un conductor donde se traen temas y hay un panel de debate que te ayuda a cubrir esa falta de inversión en producción. Hace poco Freddy Villarreal contaba que en algún momento se fue a Mónaco a hacer Figureti en una carrera de Fórmula 1 y había plata en la televisión para poder auspiciar eso. Hoy no se puede ir al pueblo al lado de Buenos Aires. Está fuera de los cánones de producción actual. La gente crece y se conecta de manera distinta con el público amplio. El público amplio de televisión tenía históricamente entre 18 y 35 años. Creo que hoy el promedio de edad del espectador televisivo está arriba de los 50.
“Creo que el novelista moderno es el estandapero. O sea, el novelista te mostraba la ironía y la falta de sentido en cosas de la vida, desarrollaba ideas contándote una historia. Y yo creo que el estandapero sigue haciendo eso de una manera muy autobiográfica. Sí está reemplazado en el hábito, pero quizás la novela te dejaba algo más. Creo que el motivo real de por qué cualquier régimen totalitario quemaba libros es porque los libros tienen la capacidad de cambiar a la gente. No sé si ver un clip de cinco minutos se te queda de la misma manera” .
“Yo creo que hay cuatro o cinco países en el mundo, EE. UU., Nigeria, India, China que pueden sostener su industria con el dinero directo del mercado. Absolutamente en todos los otros países está subvencionado. Argentina, Brasil, Inglaterra, Francia, países grandes con mucha tradición y cultura de cine, igual necesitan esa subvención para mantener su cine vivo. Creo que una falta no en específico con el cine, sino en general de nuestro país, es el poco entendimiento de la importancia de la cultura a la hora de construir tanto tejido social como una identidad propia”.
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“Hay que generar la cultura de inversión”
El mercado bursátil es un rubro incipiente en Paraguay con muchas facilidades de inversión, pero que la clave está en entender cómo ingresar al mismo, explicó el superintendente de Valores del Banco Central del Paraguay (BCP), Joshua Abreu. Expuso que a nuestro país le falta desarrollar una cultura de inversión y aprender en qué áreas sí poder endeudarse y en qué no. “Tenemos que generar una cultura de inversión y sobre la deuda, debemos entrar en ella para invertir con prudencia”, dijo en entrevista con América TV.
Utilizó un ejemplo en el que mencionó que una persona puede endeudarse por un valor de 4 % de interés, pero invertir a 8 % de interés, por ende, estará utilizando dinero de otra persona para ganar un mayor retorno e incrementar así su patrimonio. Señaló que para una persona novata en inversiones, el fondo mutuo es un buen inicio para empezar y entender cómo avanzar en otros campos donde pueda generar ingresos. “La deuda tiene dos lados, es una espada de dos filos. Muchas veces nos endeudamos, pero con compras de activos que van a depreciarse con el tiempo. Estamos endeudados, pero no para un crecimiento patrimonial”, cuestionó.
Enfatizó en que la deuda con el crecimiento patrimonial genera un crecimiento exponencial, porque una persona puede utilizar sus pasivos para incrementar el retorno que posee sobre sus inversiones. Habló sobre el rol que cumple la Superintendencia en el rubro y adelantó que están trabajando para realizar modificaciones a la Ley 5810 de Mercado de Valores para mejorar su estructura y beneficiar a los fondos, securitización y al mercado bursátil en general.
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Cultura da a conocer proyectos seleccionados
La Secretaría Nacional de Cultura dio a conocer los 92 proyectos seleccionados de los Fondos de Cultura 2024. A través de los proyectos seleccionados se busca promover la participación activa de la sociedad en el enriquecimiento de los procesos culturales de Paraguay, señala la agencias de noticias IP. La lista de seleccionados está disponible en www.cultura.gov.py.
Los 92 proyectos seleccionados provienen de 14 departamentos del país. Estos proyectos abarcan diversas áreas como música, teatro, danza, artes circenses, audiovisual, literatura, artes visuales, arquitectura, gastronomía y cultura de los pueblos indígenas. La categoría Movilidad colaborará a que los artistas y gestores puedan ir a Brasil, Argentina, Chile, México, Estados Unidos, España, Alemania e Islandia.
La convocatoria llegó a todo el país con proyectos postulados de los 17 departamentos y contempla cinco categorías: Territorio y Desarrollo, Creadores del Arte, Patrimonio Cultural, Puntos de Cultura y Movilidad. Cada categoría cuenta con 20 proyectos financiados con G. 20.000.000, con excepción de la categoría de Movilidad, con fondos de hasta G. 10.000.000 por proyecto para cubrir traslados.
Para la adjudicación final y el posterior desembolso, los proyectistas seleccionados deben presentar la documentación requerida según las bases y condiciones del concurso en la Dirección General de Diversidad, Derechos y Procesos Culturales de la SNC, ubicado en la calle Ayolas esquina Haedo, Asunción, de 8:00 a 15:00, hasta el 17 de mayo de 2024.
El foco de esta convocatoria es promover la creación artística, la innovación cultural, el desarrollo territorial y el fortalecimiento de la identidad local, en línea con el proceso de descentralización cultural y la cooperación entre el Estado y la sociedad civil. En los próximos meses se abrirán nuevas convocatorias.
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Musa Café: el culto al arte, la cultura y el café de especialidad
La pasión por el arte, la pastelería y el café de especialidad fue la principal inspiración para el establecimiento de Musa Café, ubicado en el centro cultural Espacio E, del casco histórico de Asunción.
- Por Rebeca Vázquez
- rebeca.vazquez@nacionmedia.com
- Fotos Cristóbal Núñez
La invitación es disfrutar de la belleza de la cultura artística y gastronómica, sobre todo de lo dulce, en un espacio cálido y acogedor. La idea de Musa Café comenzó a gestarse desde hace mucho tiempo en la mente de sus creadoras Adriana Bonnin y Montserrat Gaona, quienes iniciaron en el rubro gastronómico ya en el 2018. En aquel entonces, ambas trabajaban a puertas cerradas, con una tienda online, en la producción de tortas y dulces en general. Años después, en el 2023, se dio la oportunidad de concretar el sueño y habilitar un local para recibir a los clientes.
“Agregamos entonces a los dulces, las opciones saladas y una carta de bebidas a base de expresso y cafés filtrados, utilizando únicamente café de especialidad como materia prima. Musa engloba la fusión que hicimos de pastelería con la cafetería para habilitar este espacio físico en donde compartir lo que nos gusta”, expresó Montserrat Gaona en conversación con La Nación del Finde.
EL ARTE Y LA HISTORIA COMO “MUSA”
Como cada aspecto de Musa Café, el nombre del local gastronómico también esconde una historia, que está inspirada en las nueve musas griegas de las artes. “Ambas, nos hemos movido laboralmente en ambientes relacionados con la cultura y el arte. Por este motivo, el nombre en sí fue pensado en las musas griegas de las artes, que son 9. Se trata de un juego en el que existe una décima musa, imaginaria, que representa a la gastronomía y sus placeres, de la cual disfrutamos y nos inspira”, añadió Adriana Bonnin.
Al igual que el nombre, la ambientación del establecimiento gastronómico refleja la pasión por el arte y la gastronomía e incluye desde libros hasta murales y otros objetos con historia. La propuesta busca conquis tar a los comensales con la belleza de la cultura artística y el café de especialidad, además de las deliciosas propuestas dulces y saladas.
“La ambientación es una extensión de nuestra propuesta en sí, buscamos brindar calidez y comodidad. Se pueden encontrar objetos que nos gustan y que cuentan un poco la historia del camino andado hasta llegar a Musa: libros, origami, un mural, plantas, juguetes, y varios objetos, cada uno con una historia detrás”, detallaron las propietarias.
Todo se encuentra en el patio del centro cultural Espacio E, una construcción que data de la época de Mariscal López y que ha sido renovada. Musa Café es uno de los grandes atractivos del sitio.
LA PASIÓN POR LA PASTELERÍA Y EL CAFÉ DE ESPECIALIDAD
A la par de la pastelería, la gran estrella del local gastronómico es el café de especialidad, aunque también disponen de un menú salado con clásicos como mbeju, tostados y pizzas, con jugos naturales, té de matcha y otros productos dulces que se hornean en el día. “Buscamos compartir lo que nos apasiona y seleccionamos cada ingrediente con cuidado para que cada producto sea el mejor posible. Creemos que la experiencia gastronómica no es solo física, sino sobre todo emocional. Cada producto está pensado como acompañante del buen café de especialidad”, agregó Montserrat Gaona.
“Creemos que la experiencia gastronómica no es solo física, sino sobre todo emocional”
Entre los productos dulces clásicos están la torta marmolada, el “carrot cake” y el brownie oreo. Tienen también una amplia carta de cafés calientes para todos los gustos y comercializamos bolsas de café de especialidad.
DATOS
Musa Café está ubicado en el centro cultural Espacio E, entre Estrella y Colón. Abre de martes a viernes entre las 15:00 y las 20:00 y los sábados y domingos desde las 16:00 hasta las 20:00. Para más información, se puede contactar al (0981) 843-322 o a musacafe.py en Instagram.
RECOMENDACIONES DE LA CASA
Si bien existe gran aceptación en torno a la mayoría de los productos, las opciones saladas más populares en Musa Café son los desmechados, tanto en sándwich como mbeju relleno. “Están realizados a partir de carne vacuna, adobado con nuestra receta secreta”, señaló una de las encargadas.
Entre los productos dulces clásicos, no pueden faltar la torta marmolada, el “carrot cake” y el brownie oreo. A su vez, entre las bebidas frías, la especialidad de la casa es el “Narancoffee”, con café, naranja y tónica; y la “Limonada matcha”. “Tenemos también una amplia carta de cafés calientes para todos los gustos y comercializamos bolsas de café de especialidad”, refirió Adriana Bonnin.
Además de los productos disponibles en el local, también se pueden realizar pedidos de productos especiales, ya sean tortas clásicas o personalizadas y otros postres.