Tras el caso de la joven deportista Fátima Amarilla, la Asociación de Padres y/o Tutores de Personas con Trastorno del Espectro de Autismo (TEA) pidió a la ciudadanía respetar las diferencias y por sobre todo destacar el logro conseguido por la compatriota porque no cualquiera lo puede hacer.
La atleta paraguaya Fátima Amarilla se volvió tendencia tras culminar la prueba de 400 metros con vallas en el Campeonato de Atletismo Sudamericano celebrado en Ecuador, pero por el hecho de no poder despedirse en el idioma guaraní durante una entrevista con un medio local. Lo que no se mencionó es que la joven deportista tiene el síndrome de Asperger, el cual forma parte de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA).
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Diana Villalba, de la Asociación de Padres y/o Tutores de Personas con Trastorno del Espectro de Autismo, TEA PY (Asotea-Py), dijo a la radio Unión que Fátima Amarilla es una heroína porque no cualquiera corre los 400 metros y trae medallas al país. Sostuvo además que cuando una persona corre esa distancia como lo hizo la compatriota termina con calambres, fatiga, dolor de cabeza y nauseas, por lo que consideró que el periodista fue muy desubicado e insistente luego de que la atleta terminara la competencia.
“Fátima tiene Asperger nivel 1, que es un nivel donde no necesita demasiado apoyo para esta condición. Es una chica bastante inteligente, muy funcional, hace mucho ejercicio, necesita poco apoyo. Seguramente en su momento recibió el apoyo pertinente. A partir del nivel 2 si ya necesita atención desde la primera infancia. El 3 es el severo, necesita apoyo constante y permanente”, comentó la entrevistada.
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Villalba aclaró que la atleta en cuestión no necesita ponerse un rótulo para recibir un trato diferencial porque en ese momento está representando al país. “No queremos el aichinjáranga (pobrecito) tiene autismo, sino que se respete la diversidad”, pidió.
“Hay que respetarlos, porque mucha gente piensa que por ejemplo el niño con asperger hace solo berrinche, pero en realidad está pasando por una crisis. Hay que aceptarnos tal cual somos, todos somos diferentes. Todos tenemos nuestros tiempos y nuestro carácter”, insistió.
¿Qué es el Síndrome de Asperger?
Según la Confederación de Autismo de España, es un trastorno del neurodesarrollo; el cerebro de la persona con Síndrome de Asperger funciona de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptación flexible a las demandas diarias.
Comparte las características nucleares del autismo. La persona con Síndrome de Asperger tiene dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Sin embargo, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de la población.
¿Cómo se comunica una persona con Síndrome de Asperger?
Tiene dificultad para entender la comunicación no verbal (gestos, expresiones faciales, tono de voz, etc.) y los mensajes sutiles que se transmiten a través de este canal. Puede hablar durante mucho tiempo de sus temas de interés, pero tiene dificultad para saber cuándo terminar la conversación.
Le cuesta elegir temas de los que “hablar por hablar” o tener una charla “social” con otras personas. Es muy literal; comprende el lenguaje según el significado exacto de las palabras por lo que muchas veces no entiende las bromas, los chistes, las metáforas o los sarcasmos.
¿Cómo se relaciona una persona con Síndrome de Asperger?
Le resulta difícil reconocer y comprender las reglas sociales “no escritas” por lo que, a veces, puede comportarse de manera inadecuada sin darse cuenta. Quiere relacionarse con los demás, pero no sabe cómo hacerlo por lo que, a veces, puede encontrarse solo.
Le resulta muy difícil manejarse en situaciones en las que tiene que interactuar con muchas personas a la vez, lo que puede parecer que no quiere relacionarse o integrarse en el grupo. Puede parecer que no expresa sus emociones ni tiene en cuenta las de los demás, pero, en realidad, es que le resulta muy complejo darse cuenta intuitivamente de cuáles son los sentimientos y emociones de otras personas.
Encuentra difícil expresar sus propias emociones de una manera convencional por lo que, a veces, puede parecer que reaccionan de manera inadecuada, desproporcionada o “fuera de lugar”.