Horacio Galeano Perrone, especialista en temas políticos, insiste en que el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, no tiene gestión correcta y, aunque le quede tiempo para rectificar rumbos, él está desorientado.
En conversación con Radio La Unión, dijo: “Personalmente soy muy optimista” en cuanto a un mejor futuro para el país, pero “desconozco si tiene la capacidad de entender la situación por la que atraviesa el país. No tendría que existir la desorientación que reina en el Gobierno”.
Galeano Perrone asume que “Mario Abdo Benítez aún tiene tiempo de corregir rumbos”, porque la política no tiene límites. “Se hace política las 24 horas todos los días”, sostuvo.
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“Pero tiene un asesoramiento muy fuerte sobre el marketing. Cree lo que quiere creer. Sus asesores no le hacen enfrentar la situación real, es un joven no preparado para esta realidad”, afirmó.
Comparó al actual presidente con dos históricos de la política como Manuel Domínguez y Eligio Ayala, jóvenes que según el entrevistado “fueron demasiado preparados ante eventos como la Guerra del Chaco” y Abdo no la tiene (preparación).
“No creo que él esté listo para esto. Dudo mucho que él mismo quiera enfrentar la realidad”, indicó y justificó su tesis con el momento en que al reaparecer para hablar de las vacunas terminó haciendo referencia a las obras viales.
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3 de noviembre: ¿fecha (in)feliz?
Foto: Salomón Zalazar
En esta entrega de Mito o Realidad, el especialista en derecho procesal penal, historia del Paraguay y didáctica universitaria Rubén Antonio Pasmor analiza la persistencia de la recordación del nacimiento del extinto dictador Alfredo Stroessner como “fecha feliz” por ciertos sectores de la sociedad paraguaya.
Aunque cada vez menos, cada medianoche del 3 de noviembre irrumpe el estruendo de los petardos de los nostálgicos de la dictadura de Alfredo Stroessner. Pese a que han transcurrido más de 30 años de su derrocamiento, esta fecha aún permanece en la memoria colectiva de ciertos sectores de la sociedad paraguaya como evocación celebratoria a una época en la que –aseguran– “eran felices y no lo sabían”, y en la que “se dormía con las ventanas abiertas”.
Esto a pesar de las abundantes denuncias sobre violaciones de los derechos humanos y el exilio que sufrieron miles de paraguayos, entre ellos los más notables, lo que hizo que el pueblo se viera privado de sus mejores referentes, y sufriera un dramático retraso cultural y cívico.
La añoranza al régimen que gobernó el Paraguay desde 1954 a 1989 incluso muchas veces no se basa en el recuerdo de una vivencia real, como es el caso de generaciones de jóvenes e incluso adultos (pues la dictadura cayó hace 35 años) que reivindican la figura de Stroessner aunque no hayan vivido durante ese pretendido periodo de “prosperidad”.
Si bien mayoritariamente urbana o, más precisamente, periurbana, la sociedad paraguaya presenta aún características fuertemente rurales, por lo que resultaría extrapolable el análisis del historiador francés Marc Bloch, quien en su obra “Memoria colectiva. Tradición y costumbre” sostiene que “en las sociedades rurales sucede con frecuencia que, durante el día, mientras el padre y la madre están ocupados en las labores del campo o con las mil tareas del hogar, los niños se quedan al cuidado de los ‘viejos’, y estos son los que les transmiten el legado de cosZalazartumbres y tradiciones de todo tipo, tanto e incluso más que sus padres”.
¿DICTADURA O REPÚBLICA?
La dictadura es definida como “una forma de gobierno en la que el poder se concentra en las manos de un solo individuo, controlando todos los aspectos de la vida del Estado”. Este es un sistema que se institucionaliza en Roma como un recurso reservado a las situaciones de extremo peligro o necesidad carencial. De allí el sentido de la “dictadura comisoria”, como la que se le otorgó a Bolívar, para un propósito –o cometido– determinado y único, y por un breve plazo. En cambio, las dictaduras se ocultan detrás de usuales pantallas: constituciones inútiles, congresos o asambleas aparentes, elecciones fraudulentas o ficticias.
Por otra parte, se habla de república (del latín: “res”, cosa, y publica, “del pueblo”) a partir de la república romana que sucedió al derrocamiento de la monarquía. El sistema republicano romano duró más de cuatrocientos años. Luego, permanece en el limbo histórico hasta el siglo XVIII, cuando resurge, modernamente, con la Revolución francesa. Se caracteriza por la elección regular y universal, por la separación de poderes y por el establecimiento de la democracia y el régimen de libertades públicas.
De estos conceptos resulta que el término dictadura se institucionaliza en Roma y es reservado para situaciones de extremo peligro o necesidad carencial. El gobierno de Stroessner en todo momento intentó mantener una fachada democrática, pues periódicamente se realizaron elecciones, aunque de dudosa transparencia; se otorgó el derecho a voto a las mujeres, se promulgó una nueva Constitución suplantando a la de 1940, todos ellos actos que apuntaban a transmitir la imagen de un gobierno republicano.
El abogado y escritor Helio Vera apunta que “Alfredo Stroessner construyó un sistema político totalmente unipersonal, es decir, una tiranía, a fin de satisfacer sus ambiciones personales de poder, prestigio y dinero que lo motivaron desde siempre y que, gracias a diversas circunstancias históricas y a su ladina perspicacia, lo llevaron al poder político del Estado paraguayo en 1954″.
NEOSULTANISMO
Así, podemos advertir que el gobierno de Stroessner no fue ni una dictadura ni una república, sino un gobierno donde todo el poder se centraba en su figura y todas las instituciones estaban bajo su mando. A pesar de la división aparente de poderes, el poder era ejercido solo por él.
Más técnicamente, el sociólogo Marcial Riquelme sostiene apelando a una categoría weberiana que “si el régimen de Stroessner no era ni totalitario ni burocrático-autoritario, tampoco era simplemente una dictadura tradicional encabezada por un caudillo militar. Su dominación estaba basada en un sistema calculado de recompensas y castigos, que no dejaba nada a la improvisación o la suerte. El orden legal que apuntalaba al régimen podría ser ajustado tanto como sea necesario, en orden a ajustarlo a los deseos discrecionales del jefe de Estado”. Todo esto se hacía disponiendo de los recursos públicos como si fueran propios del mandamás de turno.
En esta misma dirección, Andrew Nickson, catedrático de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Birmingham, en un artículo titulado “El régimen de Stroessner (1954-1989)” acota que “el derrocamiento violento del régimen en 1989 es consistente con la caracterización de Riquelme de ‘neosultanismo’, un tipo de régimen en el que los mecanismos institucionales para la transferencia pacífica del poder se hallan ausentes”.
CULTO A LA PERSONALIDAD
Si bien no era un líder carismático, el gobierno de Stroessner se caracterizó por un fuerte culto a su personalidad. En las canciones y discursos era presentado como un “soldado guaraní”, aunque no hablaba la lengua nativa; valiente en la guerra, aunque en el Chaco no tuvo una actuación destacada; o el elogio a las rutas que surcaban el país, aunque en realidad en 35 años solo encaró dos, inconclusa una de ellas, la Transchaco.
Esta narrativa hace alusión a una era de “paz y progreso” encarnada en la figura del heredero del mariscal Francisco Solano López y se insiste en que su paternal figura cobija a todos los hijos del “nuevo Paraguay”, que incluía solo a los que adherían a él, pues el resto eran los réprobos, al decir del periodista Antonio Pecci.
Por último, es preciso admitir que existe un evidente y creciente malestar hacia la democracia, por lo que ciertos segmentos de la sociedad paraguaya prefieren volver a formas autoritarias de gobierno, aunque ello implique la pérdida de libertades públicas y la violación de los derechos humanos a cambio de un ilusorio mayor estado de bienestar y dormir con las “ventanas abiertas”.
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Procurador señala que Metrobús no debió parar y responsabiliza a Abdo y Wiens
A través de gestiones de la Procuraduría General de la República y la asesoría jurídica de la Presidencia, se logró evitar el pago de USD 16 millones al consorcio Mota Engil por la obra del metrobús. El procurador, Marco Aurelio González, resaltó este importante ahorro para el Estado y además enfatizó en que quedó demostrado que el daño principal fue la demolición de la obra que se había hecho hasta ese momento.
“Finalmente si hablamos de un daño, lo que yo veo es que se pagó el dinero por una obra que fue demolida y para mi la demolición es el perjuicio que existe sobre las arcas del Estado. Los responsables son las personas que destruyeron todo lo que se edificó, que son el ministro y el presidente anterior”, expresó en referencia a Mario Abdo y Arnoldo Wiens.
En conversación con “Buena Tarde”, programa emitido por Unicanal, González resaltó que lo determinado por el Tribunal es que se podía rescindir el contrato, pero lo que se critica es el discurso político que dieron, argumentando que hubo incumplimientos, que realmente no existieron, y por eso hoy el Estado está obligado a devolver a la firma USD 2.600.000.
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“Creemos que se trataba de un revanchismo político porque iba a significar una obra de envergadura que iba a significar el legado de un gobierno que ellos querían deslegitimar. Vendieron una historia falsa para terminar la obra del Metrobús que iba a incorporarle a Asunción un mecanismo de transporte de vanguardia que necesita la ciudad y de todo eso se le privó, de hecho todo lo construido fue demolido”, aseveró.
Según explicó el procurador, lo que permitió este importante ahorro a las arcas del Estado es que se determinó que este conflicto debía ser resuelto de acuerdo a la legislación paraguaya, esto pese a que los árbitros eran de nacionalidad argentina, brasileña y mexicana. Por esta razón se descartaron tasas usurarias, además de que se evaluaron los daños y consecuencias, lo que decantó en una reducción importante del monto fijado inicialmente que era de USD 19 millones.
“Nosotros estamos defendiendo jurídicamente la posición del Estado paraguayo y hemos podido ahorrar casi USD 16 millones de lo que se pretendía ejecutar, ahora lo que tiene que ver con la responsabilidad penal de si hay lesión de confianza o no, eso corresponde al Ministerio Público y ahí nosotros tenemos nuestra opinión, pero respetamos la labor que a ellos les corresponde”, aseveró.
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“No existe, ni existirá una agenda de persecución”, responde Maidana a Abdo
El senador Derlis Maidana respondió las expresiones del expresidente de la República, Mario Abdo Benítez, quien, en un encuentro político, dijo que desde el 16 de agosto está siendo perseguido por el oficialismo. El legislador aseguró que nunca existió ni existirá una agenda de persecución.
“Nunca hubo una agenda de persecución, eso refleja los temas que hemos tratado en el Congreso. Dsde el Congreso se dieron cambios para el fortalecimiento institucional del Estado se dieron leyes históricas para beneficio del pueblo y para fortalecer las instituciones y transparentar procesos”, afirmó el senador en nota para La Nación/Nación Media.
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Maidana indicó que muestra de que no existe tal agenda de persecución es que funcionarios siguen en puestos claves. Recordó además que, en el gobierno de Abdo uno de los que más persiguió a la disidencia colorada, de ese entonces, fue Arnaldo Giuzzio, quien utilizó la estructura del Estado para este fin.
“No existe ni existirá una agenda de persecución sería incoherente si tenemos varios funcionarios que siguen en puestos claves, además no tenemos un personaje como Giuzzio que públicamente decía presidente emosemba umi (échale a esos) cartistas o no existe un plan hurgado como el que había comentado Peta en su momento”, cuestionó.
Finalmente, mencionó que tanto desde lo legislativo como desde el sector político la única agenda que se maneja, es de la unidad partidaria. “Definitivamente nosotros no estamos en las persecuciones, la agenda parlamentaria no está en eso y en lo político la idea es unir al partido, así que no veo persecución alguna en ningún ámbito”, sentenció.
Datos claves
- El senador Derlis Maidana respondió a Mario Abdo; “no existe, ni existirá una agenda de persecución.
-Maidana recordó que la persecución se dio por parte de Abdo y sus aliados durante su gobierno.
- La única agenda del oficialismo es la unidad partidaria.
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Mario Abdo y su entorno siguen evitando afrontar la Justicia
El expresidente de la República Mario Abdo Benítez y varias personas de su entorno cercano siguen evitando someterse a la Justicia por las diversas irregularidades cometidas durante su gobierno. Esta semana, por ejemplo, debía arrancar el juicio al exministro Arnaldo Giuzzio, quien fue beneficiado con una nueva suspensión.
- Unidad de Investigación Nación Media
Al menos media docena de exministros y altos funcionarios del gobierno de Mario Abdo Benítez están en la mira por numerosas irregularidades cometidas mientras se encontraban en la función pública. Varios de ellos siguen evitando sus procesos judiciales gracias a artimañas varias. El mismo Abdo Benítez, procesado, lleva varios meses paralizando el proceso que pesa en su contra por filtraciones de secretos a punta de chicanas.
GIUZZIO, EL ÚLTIMO BENEFICIADO
El exministro todopoderoso del gobierno de Mario Abdo Benítez, Arnaldo Giuzzio, tuvo tres meses más antes de afrontar el juicio por sus vínculos con el capo mafioso brasileño Espíndola Marqués. Las audiencias del juicio oral y público debían iniciarse el pasado 1 de julio; sin embargo, fueron postergadas y deben iniciar el próximo18 de noviembre.
Pese a los tres meses de gracia que recibió, ayer lunes saltó a la luz que el Tribunal de Sentencia que debe entender en la causa de Giuzzio postergó por tercera vez el inicio de las audiencias de juicio.
El exministro todopoderoso de Abdo fue acusado por la supuesta comisión de cohecho pasivo agravado en carácter de autor. El narcotraficante brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua llegó incluso a visitar al ex superministro abdista Arnaldo Giuzzio en su domicilio particular, según documentos que constan en poder de la Fiscalía. El capo mafioso le prestó vehículos y realizó trabajos como “cortesía”. En días más, el otrora hombre fuerte del Ejecutivo afrontará juicio.
LO QUE DICE LA CARPETA FISCAL
Comunicaciones continuas, préstamos de un vehículo para vacacionar, trabajos de cortesía y hasta visitas a su domicilio particular. La investigación del Ministerio Público revela una muy cercana relación entre Arnaldo Giuzzio, exhombre fuerte del gobierno de Mario Abdo, y el supuesto narcotraficante brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua.
De acuerdo con los documentos que constan en la acusación presentada contra Giuzzio por la Fiscalía, el entonces ministro comenzó a mantener comunicaciones con el narco brasileño en julio de 2021. Según las investigaciones del Ministerio Público, Giuzzio mantuvo contacto con el presunto narco por más de seis meses, de julio de 2021 hasta febrero de 2022, cuando ya ejercía el cargo de ministro del Interior. Se presume que la intención del brasileño en ese entonces era proveer como “gentileza” chalecos antibalas y vehículos blindados al Ministerio del Interior y, consecuentemente, a la Policía Nacional, como así también “a título gratuito” el alquiler de una camioneta de la empresa Ombu SA, propiedad de Espíndola.
LA ÚNICA CONDENADA… HASTA AHORA
Como ya señalamos líneas más arriba, Giuzzio no es el único del entorno cercano del expresidente Abdo con cuentas pendientes en la Justicia. Al menos media docena de exministros y altos funcionarios del período anterior están en la mira por numerosas irregularidades cometidas mientras se encontraban en la función pública.
Patricia Samudio, extitular de Petropar, se convirtió en abril pasado en la primera condenada del entorno del expresidente. Samudio, del primer anillo del expresidente Abdo Benítez, fue condenada a 4 años de prisión por el caso agua tónica, que generó un perjuicio de más de G. 300 millones a la institución estatal durante la pandemia del covid-19. Su esposo, José Costa Perdomo, fue sentenciado a 3 años y 9 meses de prisión. De acuerdo con la acusación, Samudio adquirió 5.000 unidades de agua tónica, 3.000 unidades de mascarillas KN95, 60 unidades de tanques de 1.000 litros de capacidad, 30 unidades de pallets y 15 termómetros láser, que no ingresaron al ente.
La lista continúa con 400 unidades de mamelucos descartables de PVC, 100 unidades de máscara para dos cartuchos, 200 cajas de cartuchos, 1.000 bidones de 5 litros, 5.000 unidades de bidones de 10 litros, 200 unidades de lentes protectores antiparras y 20 unidades de guantes de nitrilo que tampoco ingresaron a la institución. El dinero fue a parar en el pago de deudas de su marido, el también condenado Costa Perdomo.
OTRO AMIGO DE NARCOS
Joaquín Roa Burgos, exministro de Emergencia Nacional, también cuenta con procesos abiertos por su amistad con un supuesto narcotraficante. Fue imputado en primera instancia en abril de 2021 por los hechos de cohecho pasivo agravado y lavado de dinero, junto con su amigo Alberto Koube, uno de los detenidos en el operativo A Ultranza PY.
En noviembre pasado, la Fiscalía amplió la imputación e incluyó los hechos de lesión de confianza, administración en provecho propio y asociación criminal. De acuerdo con la imputación, “hay sospechas suficientes de que entre los años 2018 y 2021, Roa había adjudicado millonarias licitaciones a su amigo personal Alberto Koube, por un valor superior a G. 16.000 millones, para la obtención conjunta de beneficios económicos indebidos a costa de los fondos de la Secretaría de Emergencia Nacional”.
ABDO, ARREGUI, FERNÁNDEZ, GIUZZIO Y ESPÍNOLA
La Fiscalía imputó al expresidente de la República Mario Abdo Benítez, al diputado Mauricio Espínola, al exministro del Interior Arnaldo Giuzzio, al extitular de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero (Seprelad) Carlos Arregui, al extitular de la Secretaría Anticorrupción René Fernández y a otras personas más por siete hechos punibles como “revelación de secretos de servicio” y otros.
La imputación presentada por los fiscales Aldo Cantero y Giovanni Grisetti son por los hechos punibles de revelación de secretos de servicio (Art. 315 del CP), revelación de secretos privados por funcionarios o personas con obligación especial (Art. 148 del CP), inducción a un subordinado a un hecho punible (Art. 318 del CP), denuncia falsa (Art. 289 del CP), simulación de un hecho punible (Art. 291 del CP), usurpación de funciones públicas (Art. 241 del CP) y asociación criminal.