El 4 de febrero de 1996, un avión de la compañía colombiana Líneas Aéreas del Caribe caía en una zona habitada de Mariano Roque Alonso a poco de despegar del aeropuerto Silvio Pettirossi. Fue una de las más aciagas jornadas que asoló al país.
Todo ocurrió el domingo, cuando la máquina carguera Douglas DC-8 de LAC cayó en la citada zona tras desperfectos mecánicos. Los cuatro tripulantes del avión fallecieron en el acto, más otros 18 lugareños, de los que una era brasileña, su bebé de 3 meses y 13 niños. El carguero era pilotado por José Muñoz, José Karft y el ingeniero Hernando Sánchez.
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El desplome del avión, fabricado en 1966, incluso ocasionó el incendio de tres viviendas. Los más afectados fueron los miembros de la familia Gracia, que perdió a 11 de ellos.
De las causas del accidente, pocas luces se echaron en un cuarto de siglo. Una de las especulaciones fue que los tripulantes habrían accionado de mala manera el avión, ocasionando la caída.
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Durante el proceso se investigaron los registros de la caja negra, de la que se extrajo parte de la conversación de los tripulantes, quienes aparentemente realizaron maniobras que impidieron que la nave tomara altura.
Este luctuoso suceso fue de tremendo impacto en su momento, tal como lo fue el incendio del supermercado Ycuá Bolaños, ocurrido en agosto del 2004 y que causara la muerte de más de 400 personas en Asunción.
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Tragedia áerea en Brasil trunca el sueño de una familia venezolana migrante
Abordaron el avión en Paraná, en el sur de Brasil, para un largo viaje hasta su natal Venezuela. Pero el plan de Josgleidys González, su madre y su pequeño Joslan, de cuatro años, se truncó al estrellarse la aeronave en la que viajaban. La familia, que había migrado a Brasil, estaba entre los 62 ocupantes -58 pasajeros y 4 tripulantes- del avión que se precipitó el viernes en una zona residencial de la localidad de Vinhedo, en el estado de San Pablo.
Josgleidys tenía 25 años y su bebé apenas meses cuando llegaron hace cuatro a Cascavel, una ciudad de 350.000 habitantes del estado de Paraná, donde ella trabajaba de cajera en un supermercado, cuenta a la AFP Thaiza Evangelista, una allegada brasileña. El viaje que emprendían el viernes a su país era para tramitar documentos y seguir hasta Colombia para un nuevo intento por salir adelante, porque en Brasil la vida les resultaba demasiado costosa.
Como Josgleidys, unos 7,7 millones de venezolanos han emigrado en los últimos años por la crisis económica y política del país, según cifras de la ONU. “Tenían la intención de ir a Colombia porque tenían familiares allí y no necesitarían pagar vivienda, porque aquí lo más difícil era el alquiler”, relata Evangelista, que las semanas previas a su partida los ayudó con los preparativos.
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Esta mujer protectora de animales de 52 años también los convenció de llevarse a su perrita de seis meses, Luna, e hizo una colecta para costear los gastos, sobre todo por Joslan, dice, “que lloraba sin parar porque no la quería dejar”. La travesía empezaba en este vuelo de Cascavel a San Pablo, después vendría otro avión a Boa Vista (norte), ahí una camioneta a Pacaraima, cerca de la frontera venezolana, y un autobús que tardaría 12 horas hasta su localidad natal en el estado Bolívar.
“Ella me mandó un último mensaje a las 11:16, que todo había salido bien y que ya iban a abordar el avión”, recuerda Evangelista. Un rato después, comenzó a recibir mensajes de que un avión con destino al aeropuerto de Guarulhos se había caído. “Me empecé a desesperar, fui hablando con todo el mundo, no salía la lista (de víctimas), hasta que tuve la confirmación de que era su vuelo”, cuenta por teléfono desde Cascavel, donde amigos y vecinos se reunieron tras la conmoción de la noticia. La aerolínea Voepass confirmó que en el vuelo 2283 viajaban Josgleidys, su madre María Gladys Parra, Joslan Pérez y la perrita Luna.
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“Destrozados”
Josgleidys era “una guerrera” y “era muy querida. Es muy difícil mantener la dulzura, la honestidad, la integridad, habiendo pasado por tantas cosas duras”, dice Evangelista. Neirelis Orta, una venezolana de 33 años que también migró a Brasil y vive desde febrero en Cascavel, trabajaba con Josgleidys en el supermercado. “Ella siempre estaba con que no quería gastar porque estaba ahorrando para ir a hacer esos documentos. Me da mucha tristeza, privarse de tantas cosas, de comer, de ponerte algo que te gusta porque tienes un plan, un viaje, y que se acaben tus sueños así de la nada”, dice Orta a la AFP.
“Estamos destrozados, y lo único que decimos es que ella no se lo merecía. Qué horrible”. La peor tragedia aérea en territorio brasileño en 17 años se llevó muchas otras vidas por delante. Entre el viernes y el sábado, una operación con 200 personas logró recuperar los cuerpos de todas las víctimas, que perecieron aplastadas entre los hierros del fuselaje o carbonizadas. Las labores de identificación, en la mayoría de los casos, van a requerir análisis de ADN.
Fuente: AFP.
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Brasil: avión pudo haber caído por formación de hielo en las alas
Un avión con 62 personas a bordo se estrelló el viernes en el sureste de Brasil, sin dejar supervivientes. ¿Qué se sabe hasta ahora de la peor tragedia aérea en suelo brasileño en 17 años? Especialistas apuntaron a la hipótesis de que una formación de hielo en las alas pudiera haber afectado la sustentación del avión y contribuido al accidente.
El director de operaciones de Voepass, Marcel Moura, admitió que este modelo de ATR vuela “en una franja donde tiene una mayor sensibilidad al hielo”, pero que las condiciones meteorológicas del viernes preveían la presencia de ese elemento “dentro de las características aceptables”. Según la Agencia Nacional de Aviación Civil, la tripulación y la aeronave, que volaba desde 2010, cumplían con todas las normas y certificados vigentes.
Moura dijo que la noche anterior al accidente el avión había pasado por un “mantenimiento de rutina” y no presentaba “ningún tipo de problema técnico”. Voepass, fundada en 1995 bajo el nombre Passaredo, es la cuarta aerolínea de Brasil, tiene actualmente una flota de 15 aviones, y opera solo dentro del país.
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El avión y su ruta
El vuelo 2283, operado por la aerolínea brasileña Voepass, partió de Cascavel, en el estado de Paraná (sur), con destino al aeropuerto internacional de Guarulhos, en San Pablo. Su duración habitual para esa ruta es de alrededor de dos horas. Desapareció de los radares una hora y 26 minutos después del despegue, a las 11:56 locales (14:56 GMT).
El avión se precipitó sobre una zona residencial de la localidad de Vinhedo, unos 80 km al noroeste de la ciudad de San Pablo, a las 13:25 locales. Impactó sobre el jardín de una casa en el Residencial Recanto Florido, un condominio enclavado en un entorno arbolado.
El avión era un bimotor del constructor francoitaliano ATR, modelo 72-500, con dos hélices, 27 metros de largo y capacidad para 68 pasajeros. Fue fabricado en Francia. Según ATR, en vuelo de crucero alcanza una velocidad máxima de 510 km/h.
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¿Cómo ocurrió la caída?
Imágenes impactantes grabadas con celular por los vecinos del lugar muestran el avión desplomándose en caída libre en pocos segundos. Según sus relatos, lograron registrar el momento del desplome porque unos segundos antes escucharon un fuerte ruido en el ambiente. La aeronave, que impactó “de barriga” en el suelo, quedó con la cabina de pasajeros “aplastada”, según los bomberos. Los ocupantes murieron entre el amasijo de hierros y un incendio posterior carbonizó los cuerpos.
De acuerdo con el sitio de seguimiento de vuelos Flight Radar 24, el avión voló durante casi una hora a 17.000 pies (5.180 metros) hasta que a las 13:21 locales (16:21 GMT) empezó a perder altitud y en apenas un minuto cayó bruscamente hasta los 4.100 pies (1.250 metros).
La aeronave perdió contacto con los controladores a las 13H22 locales y la tripulación en ningún momento “declaró una emergencia ni estar bajo condiciones meteorológicas adversas”, según la Fuerza Aérea Brasileña (FAB). El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa) está analizando las cajas negras que contienen grabaciones de la cabina y datos del vuelo.
Esas “importantes informaciones nos podrán contar lo que ocurrió en este trágico evento”, dijo el brigadier Marcelo Moreno, jefe del Cenipa. El organismo tiene previsto divulgar un primer informe sobre el accidente en un plazo de 30 días. Por ahora, asegura no privilegiar ninguna hipótesis.
Identificación de ocupantes
Voepass divulgó una lista con los nombres de los 62 ocupantes -58 pasajeros y 4 tripulantes- que fallecieron en el accidente. El piloto Danilo Santos Romano tenía 35 años y más de 5.200 horas de vuelo, según la aerolínea, que lo contrató en noviembre de 2022 como copiloto y lo promovió a comandante en julio del año pasado.
Según la empresa, todos los ocupantes tenían documentación brasileña, pero también había una mujer con doble nacionalidad portuguesa y tres venezolanos entre los pasajeros. Peritos forenses del Instituto Médico Legal de San Pablo se guían también por la ubicación de los pasajeros en las filas de asientos para intentar identificarlos.
Pero debido al mal estado de los cuerpos, deben recurrir a muestras de ADN de familiares, piezas dentales y huellas dactilares. Muchos familiares de las víctimas viajaron desde Paraná, de donde era la mayoría de los pasajeros, a San Pablo, para colaborar con este proceso.
Fuente: AFP.
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Tragedia aérea en Nepal: piloto es el único sobreviviente
Dieciocho personas murieron el miércoles en Katmandú cuando el avión en el que viajaban se estrelló durante el despegue, un accidente en el que sólo sobrevivió el piloto, indicó la policía de la capital nepalí a AFP.
El avión de Saurya Airlines llevaba a bordo a dos tripulantes y a 17 empleados de la empresa, explicó Dan Bahadur Karki, el portavoz del cuerpo armado. “El piloto fue rescatado y está siendo atendido”, dijo. Aparte de él, “se han encontrado 18 cadáveres, entre ellos el de un extranjero”.
En un comunicado, el aeropuerto precisó que el piloto está “en un estado grave”. El avión “se desvió hacia la derecha y se estrelló en el lado este de la pista” poco después del despegue. Gyanendra Bhul, un representante de la autoridad de aviación civil, señaló a AFP que el motivo del vuelo eran tareas de mantenimiento o bien técnicas, sin más detalles.
La Autoridad de Aviación Civil anunció que el extranjero fallecido era de Yemen. En imágenes compartidas por el ejército podía verse el fuselaje del avión partido y carbonizado. El aparato se estrelló sobre las 11H15 hora local (05H30 GMT), indicó el ejército, añadiendo que su equipo de respuesta rápida estaba ayudando en las tareas de búsqueda y rescate.
La web de noticias Khabarhub reportó que el avión se incendió tras salirse de pista. La aeronave se dirigía a Pokhara, un importante destino turístico del país, situado entra la India y el Tíbet.
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Deficientes normas de seguridad
Saurya Airlines utiliza solamente aviones Bombardier CRJ 200, según su página web. La compañía nepalesa sólo propone viajes internos.
Ram Kumar K.C., gerente de una tienda de llantas cerca del lugar donde ocurrió el accidente, contó a AFP que el avión se incendió poco después de tocar tierra. “Estábamos a punto de correr hacia el lugar, pero hubo una explosión y nos salimos de ahí corriendo”, narró el hombre, de 48 años.
La industria aérea nepalí creció con fuerza en los últimos años, facilitando el transporte de personas y mercaderías a zonas de difícil acceso, así como montañistas. Sin embargo, se ha visto lastrada por sus deficientes normas de seguridad, debido a formaciones insuficientes y el poco mantenimiento de los aparatos.
La geografía montañosa del país y las condiciones meteorológicas cambiantes agravan estos problemas. La Unión Europea prohibió a todas las aerolíneas de Nepal sobrevolar su espacio aéreo por motivos de seguridad. El último accidente de envergadura de un avión comercial se produjo en enero de 2023, cuando un aparato de Yeti Airlines se estrelló al tratar de aterrizar en Pokhara. Murieron las 72 personas a bordo.
También murieron en Nepal cinco mexicanos, miembros de una misma familia, y un piloto local en julio de 2023, cuando su avión se estrelló poco después de despegar.
En 1992, 167 personas murieron a bordo de un avión de Pakistan International Airlines cuando el aparato se estrelló cerca del aeropuerto de Katmandú. Un avión de Thai Airways se estrelló ese mismo año cerca del aeropuerto, matando a 113 personas.
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Fuente: AFP
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A 28 años del clásico del cine catástrofe llega la secuela “Tornados”
Los cines nacionales actualizan su cartelera este jueves con el estreno de “Tornados”, un nuevo capítulo del clásico del cine catástrofe “Twister” (1996), que hace 28 años fue una gran sensación siguiendo a un grupo de cazadores de tornados, con Helen Hunt y Bill Paxton como protagonistas. La nueva película cuenta con Daisy Edgar-Jones y Glen Powell.
De los productores de las franquicias de “Jurassic Park”, “Bourne” e “Indiana Jones” llega “Tornados”, un capítulo actualizado del éxito en taquilla de 1996, “Tornado”. Dirigida por Lee Isaac Chung, guionista y director de “Minari”, nominada al Óscar; “Tornados” está protagonizada por Daisy Edgar-Jones (“La chica salvaje”, “Gente normal”), nominada al Globo de Oro, y Glen Powell (“Con todos menos contigo”, “Top Gun: Maverick”) como fuerzas opuestas que se unen para intentar predecir y, posiblemente, domar el inmenso poder de los tornados.
Edgar-Jones interpreta a Kate Cooper, una antigua cazadora de tormentas torturada emocionalmente por un devastador encuentro con un tornado durante sus años universitarios, quien ahora estudia los patrones de las tormentas en pantallas de manera segura afincada en la ciudad de Nueva York. Su amigo Javi la convence para salir a las llanuras y probar un nuevo sistema de rastreo. Allí se cruza con Tyler Owens (Powell), un encantador y temerario superestrella de las redes sociales quien se divierte publicando sus aventuras de persecución de tormentas a lado de su estridente equipo, cuanto más peligrosas, mejor.
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A medida que la temporada de tormentas se intensifica y se desatan fenómenos aterradores nunca vistos, Kate, Tyler y sus equipos rivales lucharán de sus vidas mientras se encuentran enclavados en medio de las trayectorias de múltiples sistemas de tormentas que convergen en el centro de Oklahoma.
Chung dirige a partir de un guion de Mark L. Smith, guionista de la nominada a mejor película “Revenant: el renacido”, de una historia de Joseph Kosinski (“Oblivion: el tiempo del olvido”), basada en personajes creados por Michael Crichton y Anne-Marie Martin. En 1996, “Twister”, dirigida por Jan de Bont, costó 92 millones de dólares y recaudó 494 millones de dólares en la taquilla mundial.
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