La escasez de insumos y medicamentos básicos para tratar casos graves de COVID-19 arriesga la recuperación de los pacientes, cuyos familiares no cuentan con los recursos económicos suficientes para cubrir la compra de fármacos costosos.
La falta de medicamentos en los hospitales de Salud Pública y en plena pandemia genera una situación desesperante, tanto en familiares de los pacientes graves así como en los médicos y enfermeras que deben seguir un tratamiento para salvar sus vidas.
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Los medicamentos que están con stock en rojo son costosos, tanto así que solo por uno se puede gastar hasta G. 2 millones en menos de 48 horas, explicó el doctor Carlos Morínigo, neumólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram).
Uno de los fármacos indispensables y en falta es el relajante Atracurio, que debe ser suministrado sí o sí a los pacientes en terapia. Si los médicos tratantes piden otro más, fácilmente el gasto diario puede llegar a 5 millones de guaraníes.
El costo de cada ampolla de Atracurio varía entre G. 50.000 y G. 75.000. De ahí se estima que su gasto diario puede alcanzar entre G. 1.500.000 y G. 2.250.000, mientras el paciente permanezca en cuidados intensivos.
“Hay veces que traemos de otro lado, inclusive usamos muestra médica, compartimos entre pacientes lo que tienen y un día uno le da al otro y así intercambian, hacemos lo que se puede, pero tratamos que no falte. Es nuestro día a día que no van a creer”, afirmó en contacto con Radio UNO.
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Morínigo señaló que lo que falta “se inventa” entre médicos y enfermeras y que se pasa de todo en los servicios ante las carencias. Afirmó que la ivermectina es un fármaco que funcionó para algunos y no para otros, pero que es menos costoso.
“Yo indico la ivermectina, ha funcionado con base en mi experiencia, tengo pacientes que han salido, así como los que no salieron, y si tengo a mano y me es barata la medicación y si no tiene efectos colaterales graves ni severos, la utilizo, hay estudios médicos que dicen que sí funciona y es criterio médico mío”, manifestó.
Advirtió el riesgo que se corre al acceder al fármaco, ya que es barato y la gente por lo general lo consume y no se cuida ya de los contagios de COVID-19. “El temor con la ivermectina es que al ser barata, la gente quiere consumir y no cuidarse, como profilaxis quieren las que no tienen un concepto bien claro, toman y ya no se cuidan y eso está muy mal”, apuntó.