El bioplástico ya cuenta con su primera fábrica en Paraguay, Madre, una industria que produce bolsas biodegradables y compostables, es decir, se reintegran a la tierra a corto plazo. El sueño es reemplazar al hule común.
Como una industria social que nace con el propósito de aportar soluciones y alternativas de empaques al problema del plástico común, describe María Nasta a Madre, la primera fábrica paraguaya de bioplástico.
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La cofundadora del emprendimiento explicó a Hoy que existen productos biodegradables, pero no necesariamente compostables, es decir, con la capacidad de reintegrarse a la tierra junto con los orgánicos, a través del proceso de compos. Precisamente esa característica es la que tienen las bolsas de Madre.
Estas bolsas se reintegran en un plazo de 90 a 180 días a la tierra y la nutren, una verdadera maravilla frente a las bolsas de plástico que permanecen siglos en el medio ambiente.
“Para llegar a lograr cambios sostenibles es muy importante el trabajo sinérgico, nosotros como industrias, los comercios que las van a adquirir y todos nosotros los ciudadanos que somos los que vamos a adoptar esta bolsa en reemplazo de la común”, comentó Nasta.
Las bolsas de Madre están elaboradas a base de almidones, aceites vegetales y otros materiales biobasados, lo cual le permite acelerar el proceso de reintegración al suelo. La fabricación hoy apunta a dos grandes públicos: los comercios y el hogar.
Para adquirir los productos, los interesados pueden escribir al Whatsapp (0994) 950 600, visitar la página web http://www.madre.eco o bien al correo contacto@madre.eco donde se realizan las reservas.
Para el lanzamiento de las bolsas se presentó el movimiento Hecho Bolsa, bajo el lema “Conciencia, con ciencia”, que propone convertir los hechos -en alusión a los desafíos medioambientales- en bolsas biodegradables, es decir, soluciones para el medio ambiente.