Los médicos del Ineram ya están hartos de la inconsciencia ciudadana y de la falta de mano dura de parte de las autoridades nacionales para hacer cumplir las disposiciones sanitarias en el marco del actual combate a la pandemia del coronavirus.

Carlos Morínigo, médico neumólogo, indicó que en ese hospital de referencia de COVID-19 los casos nunca bajaron de manera importante, por lo que se vieron en la necesidad de realizar una medida de fuerza para que la ciudadanía entienda de una vez por todas la gravedad de la situación.

“No es para asustar, pero tenemos llenas las camas, no solamente por casos de COVID-19, sino también por accidentes de tránsito. Por la falta de control de las autoridades se colapsa el sistema sanitario público”, comentó a Universo 970 AM y GEN.

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Morínigo resaltó que no es nada fácil el trabajo del personal de blanco porque ya comienzan a faltar sedantes y antibióticos, además de que el dinero destinado para la pandemia se está acabando y ya se acercan las fechas de fin de año.

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“La gente está convencida que esto (la pandemia) terminó y hoy vemos una marcha campesina, de productores, sin ninguna medida de seguridad, compartiendo tereré, en pleno epicentro del virus en nuestro país. Van a llevar el virus a sus localidades y vamos a ver las consecuencias dentro de dos semanas. Si las autoridades no salen a poner orden y la gente cumple, le guste o no, vamos a tener muchas más familias enlutadas en Paraguay”, resaltó.

Faltan medicamentos

Respecto a los procesos licitatorios, dijo que funcionarios antiguos se comunican con él para solicitarle ayuda por la falta de medicamentos u otros insumos médicos. Pidió a las autoridades actuales que en enero y febrero se garanticen los elementos de bioseguridad para los trabajadores, en atención a que recién en marzo se podrá utilizar el dinero del presupuesto del siguiente ejercicio fiscal.

Es más, señaló que los médicos y las enfermeras pusieron dinero de su bolsillo o hicieron rifas para poder comprar sus trajes de protección, y además, según contó, recientemente las familias de otros pacientes internados tuvieron que hacer “vaquita” para que otro paciente pudiera tener un medicamento urgente, ya que su familia no podía costear el elevado monto.

“En el campo de batalla tenés que estar para saber lo que pasa, no estar encerrado en el aire acondicionado. Todo muy lindo es en la foto. No se están aplicando las medidas sanitarias de manera correcta, no soy alarmista, sino que realista”, arremetió.

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Estamos cansados

“Nosotros también tenemos una familia que cuidar. Sinceramente, estamos cansados, agobiados, se observa un desmadre afuera, todo el mundo está sin tapabocas. Incluso en el hospital nacional los familiares de los internados se pasan farreando”, agregó el exministro de Salud Pública.

Cuestionó que algunas autoridades públicas no llaman siquiera a los médicos a preguntar cómo están trabajando y si necesitan alguna asistencia. “Les suelo llamar a descargarme y algunas veces se enojan conmigo y dejan de hablarme por semanas, tal como ahora. Pero no es poner palos a la rueda, es trabajar juntos”, mencionó además.

Aclaró que no buscan felicitaciones por su labor, que los santifiquen o califiquen de héroes, sino solamente recibir el acompañamiento de las autoridades nacionales y de la propia ciudadanía para poder salir de esta terrible pandemia.

“Nosotros elegimos esta profesión para ayudar. Es un trabajo de día a día y hora a hora. Sabemos que nos estamos acercando a un tiempo complejo y peligroso, el de fin de año”, puntualizó.

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