Ambas enfermedades presentan manifestaciones similares y el mismo mecanismo de transmisión, por lo que las medidas de prevención son válidas tanto para el COVID-19 como para la influenza, y ambas enfermedades pueden causar lesiones pulmonares y neumonía. Sin embargo, la afectación y duración del cuadro son distintos.
Desde Salud Pública brindaron un instructivo para reconocer las diferencias, pues si bien comparten síntomas, son causadas por virus totalmente diferentes.
Al respecto, la doctora Carmen Almirón, médica pediatra de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles, explicó que en el caso del COVID-19 el virus transmisor es el SARS-CoV-2, de la familia coronavirus; mientras que el virus responsable de la influenza H1N1, conocida inicialmente como “gripe porcina”, es la influenza A, subtipo H1N1 de la familia orthomyxoviridae. La experta señaló que la contagiosidad del COVID-19 es mucho mayor que la registrada con la influenza.
Si bien tienen prácticamente el mismo modo de transmisión, el virus pandémico se propaga con mayor facilidad al entrar en contacto con superficies contaminadas, debido a la asombrosa supervivencia del virus SARS-CoV-2, que puede durar horas y hasta incluso días en las superficies, en comparación al virus de la influenza, que puede permanecer en las manos y objetos por escaso tiempo.
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Transmisión
En el caso del virus de la influenza, se requiere del contacto con secreciones (saliva, moco o catarro), pero también puede transmitirse al realizar procedimientos que generan aerosolización.
La infección del coronavirus se puede adquirir al entrar en contacto con gotículas imperceptibles al ojo humano o a través de aerosoles que quedan suspendidos en el aire por horas y al ser aspirada por la persona sana, se produce el contagio. Tanto las gotas, como los aerosoles son expulsados por la persona con COVID-19 al hablar, cantar, gritar, toser o estornudar.
Para impedir que el virus se dispersa a personas y al entorno, se recomienda el uso universal de mascarilla (tapaboca) y la distancia física.
El que contrae influenza puede transmitir la enfermedad solo al presentar síntomas, durante un periodo de 5 a 7 días. En cambio, la contagiosidad del COVID-19 puede abarcar un tiempo mucho mayor.
El infectado con el virus del SARS-CoV-2 (sintomático o asintomático) puede contagiar por un lapso de 2 a 14 días en casos leves, incluso 2 días antes de presentar síntomas, y extenderse el tiempo de transmisibilidad en los cuadros graves; mientras que en los casos críticos pueden llegar a un nivel de contagiosidad de hasta 30 días.
Virulencia
El COVID-19 cuenta con una morbilidad mayor que la influenza; puede causar cuadros mucho más graves en personas adultas mayores, en aquellas con comorbilidades y en las embarazadas; en los niños, muestra su peor cara luego del periodo de recuperación. En cambio, con la influenza, el riesgo de gravedad se produce en los extremos de la vida: en niños menores de 5 años y en personas de 65 años en adelante, presenten o no comorbilidades.
Síntomas
La influenza y el COVID-19 comparten muchos síntomas, entre ellos fiebre, dolor de cuerpo (mialgia), chillido de pecho, así como molestias respiratorias que son similares en ambas enfermedades. La particularidad del COVID-19 es que la persona infectada puede referir pérdida del gusto (disgeusia) y pérdida o disminución del olfato (anosmia), esto no ocurre con la influenza.
La persona infectada con COVID-19 puede llegar a presentar síntomas luego de cinco días de evolución de la enfermedad. Sin embargo, la evolución de la influenza es mucho más rápida, manifestando sintomatología al tercer día.
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Otras particularidades
El COVID-19 cuenta con un mayor porcentaje de mortalidad que la influenza. La influenza o gripe cuenta con vacuna que previene las formas graves de la enfermedad. En tanto que, el COVID-19, hasta el momento no dispone de vacuna, ya que todavía se encuentra en estudio. Unas 11 vacunas en el mundo se hallan en fase 3 de ensayo.
El COVID-19 es bastante agresivo en relación con la influenza. El virus del SARS-CoV-2 no afecta de la misma forma en todas las edades, como sí lo hace la influenza, sino que tiende a desarrollar cuadros más graves en los adultos mayores y personas con comorbilidades.
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Recuperación
El COVID-19 deja secuelas a nivel pulmonar, generando una disminución de su capacidad, siendo la principal, la radiológica. De acuerdo a lo descrito por la doctora Almirón, con el tiempo, el paciente logra casi por completo su recuperación.
Las secuelas también pueden darse con la influenza cuando se genera una neumonía por influenza, pero igualmente el paciente tiene posibilidades de recuperarse.
El tiempo de recuperación del paciente infectado con COVID-19, es de aproximadamente 10 días, en el caso de los cuadros leves y moderados. Para los que requirieron hospitalización, la recuperación se logra recién luego de 21 días (14 días en el hospital + 7 días en el domicilio). En tanto que, la persona con influenza se recupera en una semana, al cabo de 7 días.
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Tratamiento
Si bien el tratamiento principal del COVID-19 así como de la influenza es sintomático, para la influenza existen antivirales específicos utilizados en casos graves, como el Oseltamivir y otros.