El estadio General Andrés Rodríguez, casa del malogrado Cerro Corá de Campo Grande, donde otrora dieron sus primeros pasos grandes glorias del fútbol paraguayo, está en venta.
Cerro Corá fue, en sus años de esplendor, gran animador de torneos de Primera División. Además, fue participante de Copa Libertadores y Copa Conmebol, brillando con luz propia.
Una desgraciada espiral de situaciones dejó al orgullo rubro-negro en la lona, víctima de la desidia de propios y extraños, sin predio ni plantel. El predio fue adquirido en un principio por el empresario Omar Torres, pero luego se le perdió totalmente la pista.
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Dicho drama, signado por deudas impagas a lo largo de los años y fondos malversados, acabó con toda estabilidad del club, que en sus mejores épocas se codeó con Olimpia y Cerro Porteño. Hoy día corre en las redes sociales la oferta de la empresa que gestiona la venta de las casi dos hectáreas del predio.
El Potro rubro negro descendió en el año 2001 y en el 2010 fue la última vez que estuvo cerca de volver a la élite, cuando en el 2009 conseguía el ascenso a Intermedia. En abril del 2018 perdió la licencia de clubes y fue desafiliado del sistema de ligas de la Asociación Paraguaya de Fútbol.
Figuras de la talla de Raúl Vicente Amarilla, Antony Silva, Julio César Romero, Derlis González, Eumelio Ramón Palacios, entre otros, fueron icónicos baluartes de la entidad que uniera a las familias del populoso barrio de Campo Grande.
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Fútbol paraguayo se moderniza
“Obras son amores y no buenas razones”, reza una conocida frase. Y el fútbol paraguayo está viviendo un cambio fundamental desde la mejora estructural de los estadios de los clubes que dará un impulso más que importante en su mejoramiento en todos los órdenes.
Y en esto, la Conmebol está cumpliendo un rol fundamental porque, según sus proyecciones, destinará (ya lo está haciendo) un monto total de 20 millones de dólares para llevar adelante estos cambios.
Algunos clubes ya ejecutaron sus proyectos de mejoramientos. Nacional y Libertad, con nuevas gradas, y Ameliano, incluso con nuevo estadio, fueron los primeros adelantados. Mientras que otros como Luqueño, Guaraní y especialmente Olimpia, tendrán también coliseos de primer nivel. En el caso del Auriazul, el cambio total de su estructura de preferencias, que había sufrido un daño importante años atrás, mientras que el Aborigen tendrá un estadio a nuevo de gran capacidad y acorde a su historia.
El caso de la entidad franjeada aún lo es más, porque se trata del proyecto más ambicioso e importante jamás hecho en nuestro país teniendo en cuenta que, según las proyecciones y anuncios, tendrá el estadio más grande y moderno del país, que incluso está proyectado como sede de uno de los partidos inaugurales de la Copa del Mundo de 2030.
Otros clubes como Cerro Porteño y el 2 de Mayo también mejoraron su coliseo con nuevas lumínicas. A todo esto se suman los trabajos de mejoramiento constante que se hacen casi periódicamente en el estadio Defensores del Chaco, nuestro más representativo y emblemático coliseo deportivo. Sin duda alguna, un paso decisivo para el crecimiento del fútbol en nuestro país.
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Pacto Abdo - Ostfield: capítulo oscuro de la historia de Paraguay que debe ser investigado
El diputado colorado Rodrigo Gamarra se refirió a la alianza del expresidente Mario Abdo Benítez y el exembajador de los Estados Unidos, Marc Ostfield y dijo que se trata de un capítulo oscuro de la historia del país. Sostuvo que este pacto debe ser investigado en las instancias que correspondan, porque no puede quedar en el “opá reí”, por las graves consecuencias que trajo.
En comunicación con La Nación/Nación Media, indicó que este contubernio entre el exmandatario con el embajador norteamericano propició un ataque internacional, no solo para afectar a la figura de expresidente Horacio Cartes, sino que trajo un reguero de consecuencias devastadoras para el Paraguay.
Recordó que desde hace tiempo, ya habían denunciado esta alianza perversa en contra de Horacio Cartes, y las terribles consecuencias que lamentablemente se concretaron.
“Decíamos y denunciábamos que era una alianza política y no una alianza diplomática, que estaban operando al margen de las instituciones, con el objetivo era perseguir las reputaciones, manipular el rumbo político del país, porque la idea era seguir en el poder con el sector afín. Esta alianza Abdo - Ostfield es un capítulo oscuro en nuestra historia que tiene que ser investigado”. indicó.
Consecuencias devastadoras
El diputado Gamarra señaló que con este pacto se atentó contra la seguridad jurídica, se comprometió la seguridad nacional, se politizó la justicia, se quebrantó la confianza de las relaciones diplomáticas entre dos países hermanos como son Paraguay y Estados Unidos.
“El embajador Ostfield no se comportó como un diplomático, él vino a ser directamente un actor político, aparte que le gustaba ser la vedette de cada escándalo. Participó de las internas del país alevosamente, se alineó directamente con Marito y operó para debilitar al sector político legítimo y democráticamente electo”, señaló.
Agregó que el diplomático norteamericano violó directamente los principios fundamentales de la Convención de Viena, sobre las relaciones diplomáticas, que exige la neutralidad.
El parlamentario señaló que todo este ataque se dio con “el disfraz de la lucha contra la corrupción”, se armó toda la narrativa con el único fin de desfavorecer a un sector político, porque no le podían ganar en las urnas.
“Acá el motivo principal del ataque a Horacio Cartes es porque no les pueden ganar en las urnas, le tienen un terror y pavor a que pueda competir en algún momento porque saben que es imposible ganarle por su arrastre popular, y esto lo dice cualquier encuesta que se hace”, enfatizó.
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El primer magnicidio de la historia paraguaya
- por Lourdes Torres
- lourdes.torres@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
En esta entrega de “Paraguay en la historia”, abordamos un hecho acaecido en el convulsionado periodo de la posguerra del 70: el asesinato del presidente de la República Juan Bautista Gill a plena luz del día y en pleno microcentro de Asunción.
Era la mañana del 12 de abril de 1877. El joven presidente Juan Bautista Gill, quien entonces tenía 37 años, estaba realizando su tradicional caminata por la otrora calle Villarrica, hoy Presidente Franco. Al alcanzar el cruce con Independencia Nacional, lo aguardaban los conspiradores, que dispararon con escopeta a la altura del estómago, causándole la muerte casi al instante.
Para poner en contexto este suceso, el historiador Claudio Velázquez comenzó explicando que Juan Bautista Gill asumió la presidencia de la República en noviembre de 1874 en reemplazo de Salvador Jovellanos.
En este sentido, señaló que durante la posguerra Gill supo ganarse el favor del Ejército brasileño, que en aquel tiempo ocupaba Asunción. “Para tener una idea de la fuerza que ejercía el Ejército brasileño, había de 2.000 a 2.500 brasileños que formaban parte del ejército de ocupación en la posguerra. Mientras que el Ejército paraguayo, la fuerza de policía le daba con suerte 700 efectivos. Eran muchísimos más los brasileños. Gill supo ganarse la causa brasileña y era cuestión de tiempo nada más para que asuma la presidencia”, sostuvo.
ANTECEDENTES
Velázquez recordó que previamente Gill fue ministro de Hacienda y su gestión fue objeto de cuestionamientos por el despilfarro de los dos grandes empréstitos que hizo el Paraguay tras la guerra contra la Triple Alianza. Aun así, asumió el Gobierno en gran parte, como se mencionó, gracias al apoyo de las fuerzas imperiales.
Agregó que en ese proceso de ascenso al poder Gill se ganó muchos adversarios políticos, quienes finalmente terminarían tramando y ejecutando el primer magnicidio de la historia del Paraguay.
“Gran parte de ese crimen se debió a que para abril de 1877 ya no estaban las fuerzas de ocupación brasileñas en Asunción. Gill ya no tenía protectores que pudieran tutelarle, entonces esa situación es plenamente aprovechada por sus adversarios para asesinarlo”, precisó.
MENTORES Y AUTORES DEL CRIMEN
El historiador señaló que uno de los principales adversarios políticos de Gill fue Juan Silvano Godoy, un intelectual del derecho, político y autor paraguayo. Godoy fue el que organizó y planificó el asesinato de Gill con ayuda de su hermano Nicanor, Matías Goyburú y José Dolores Molas, el legendario Pa’i Loló, de destacada actuación en la guerra.
“El presidente Juan B. Gill realizaba su caminata tradicional sobre la calle Villarrica, hoy llamada Presidente Franco. Una cuadra antes de la intersección con Independencia Nacional, curiosamente la esposa de su vicepresidente, Higinio Uriarte, quien era su primo, lo ve desde una ventana y le advierte que existen rumores sobre una conspiración para asesinarlo”, relató.
Con soberbia, Gill le dijo que no se preocupara, ya que estaba bien cuidado. Sin embargo, una cuadra más adelante, al llegar al citado cruce, estaban sus asesinos esperándolo: José Dolores Molas y Nicanor Godoy. El historiador señaló que, de acuerdo a los testimonios, ante la falta de proyectiles usaron las patas de un soporte de ollas.
Velázquez detalló que Gill estaba acompañado de dos edecanes (oficiales de alta graduación que eran sus escoltas), que también resultaron heridos. A partir de ahí se inició una persecución porque la Policía reaccionó rápidamente ante el atentado. Tras el magnicidio, ese mismo día fue asesinado su hermano, Emilio Gill, a quien posterior a su muerte le desmembraron las orejas como prueba de que se cumplió el encargo.
PROCESO JUDICIAL
Velázquez indicó que, tras el crimen, se abrió un proceso. Tanto Juan Silvano Godoy como su hermano Nicanor quedaron impunes debido a que lograron huir cruzando el río Paraná y se instalaron en Corrientes. “Sí se abrieron algunos procesos contra José Dolores Molas y otros personajes. Algunos injustamente fueron endilgados de culpables en este proceso. Uno de ellos fue Facundo Machaín”, precisó. Respecto a este último, explicó que existían algunos rumores políticos en su contra a raíz de que fue una eminente figura política y sus adversarios deseaban truncar su carrera.
“No encontraron mejor solución para terminar la brillante defensa que ejercía Facundo Machaín en los juicios que hacer una supuesta intentona de fuga masiva de la cárcel pública, que estaba ubicada al lado de la Catedral Metropolitana. La Policía reaccionó y ese incidente fue aprovechado para acabar con la vida de Facundo Machaín, José Dolores Molas y otros a quienes se atribuía haber participado del magnicidio de Gill. De esa forma terminó el proceso del primer magnicidio en la historia paraguaya”, refirió.
Finalmente, como balance de su gobierno de casi dos años y medio, Velázquez citó la firma del Tratado de Límites, Paz, Comercio y Navegación con la Argentina, rubricado por Facundo Machaín y Bernardo de Irigoyen, en el cual se definieron los límites con el vecino país tras la guerra contra la Triple Alianza.
Además, mencionó que durante el gobierno de Gill se implementó el Código Civil argentino o Código de Vélez Sarsfield, que fue un cuerpo legislativo fundamental para organizar la sociedad paraguaya de la época. En tanto, en lo económico tomó medidas como el estanco del tabaco con vistas a aumentar las recaudaciones y mejorar las escuálidas finanzas del Estado paraguayo.
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Hace 16 años, una joven reclamaba la paternidad de un presidente y exobispo
El 8 de abril del 2009 saltaba uno de los mayores escándalos en la investidura presidencial, que involucraba a una joven mujer y un presidente de la República. El nombre de Viviana Carrillo, una mujer de 26 años, aparecía en los medios causando revuelo con una demanda de filiación contra el entonces mandatario Fernando Lugo (2008-2013), un exobispo que llegó al poder con la alianza encabezada por la concertación de Frente Guasu.
La sorpresa en ese momento no se dio justamente por tratarse de la máxima autoridad nacional, sino porque Lugo fue un sacerdote y la relación se habría dado en medio de su voto de castidad. El 8 de abril del 2009, abogados de la joven impusieron una demanda por filiación en favor de su hijo, que en ese entonces tenía tan solo 2 años, ante el juzgado de la Niñez y Adolescencia de Encarnación.
Posteriormente, Carrillo había retirado la demanda argumentando que no autorizó a sus abogados a realizar tal acción, y tomó conocimiento de ello a través de los medios de comunicación. “Fui sorprendida en mi buena fe cuando el miércoles 8 de abril del corriente año he tomado conocimiento, a través de los medios de prensa, que los abogados Walter Acosta y Claudio Kostinchok, en forma unilateral, resolvieron iniciar la presente acción sin mi expreso consentimiento”, declaró a la prensa.
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Lugo admite paternidad
El revuelo se dio días antes de que Fernando Lugo cumpliera un año como inquilino del Palacio de López y, pese a que la joven retiró la demanda días después, el escándalo ya se había instalado y el mandatario no tuvo otra opción que admitir públicamente que mantuvo una relación con esta joven y que sí compartían un hijo.
En una conferencia habitual desde la Presidencia, un lunes de pascua, el 13 de abril del 2009, Lugo admitía la relación ante todo el pueblo paraguayo y la atención internacional. “Aquí y ahora, ante mi pueblo, ante mi conciencia y en homenaje ante toda la gente que ha depositado su confianza en mí persona, manifiesto con la más absoluta honestidad, transparencia y sentido del deber. Es cierto que hubo una relación con Viviana Carrillo”, fueron sus palabras.
“Ante ello, asumo todas las responsabilidades que pudieran derribar de tal hecho, reconociendo la paternidad del niño y atendiendo al interés superior a la privacidad del niño, que las altas responsabilidades que al mismo tiempo me impone el ejercicio de la presidencia, no formularé más declaraciones sobre el tema”, expresaba.
Aparecen otros hijos
La aparición de Carrillo fue la antesala de otras demandas de paternidad contra el jefe de Estado. Con el mismo reclamo, aparecía Benigna Leguizamón, quien aseguraba que Fernando Lugo era el padre uno de sus hijos. Sin embargo, al no lograr que el presidente asumiera la paternidad impuso una demanda de filiación, se realizó una prueba de ADN por orden de un juzgado, que tuvo el resultado negativo. Pese a este resultado, Leguizamón por mucho tiempo insistió en su versión.
Luego, apareció Hortensia Morán, una docente que afirmaba que mantuvo una relación con Lugo durante la campaña electoral presidencial en el año 2008. Como una historia repetida, la misma también recurrió a la justicia, y realizada una prueba de ADN, el resultado también fue que Lugo no era el padre.