Serenity Gibbons

Nadie busca ser un mal supervisor, pero el rol puede convertir a algunos de los líderes más talentosos en microgerentes. En algunos casos, los directivos ni siquiera se dan cuenta de que están gravitando hacia malos hábitos hasta que comienzan a perder personas, productividad y poder.

¿Está preocupado de que pudiera ser un microgerente? De ser así, ¿cómo puede resistirse a sus tendencias y dejar atrás su reputación de microgerenciar? De estos pasos para mostrarle a su equipo que realmente ha abandonado el hábito:

1. Deje de revisar todo el tiempo: Podría pensar que está siendo útil al revisar frecuentemente un proyecto específico, pero sus empleados no estarían de acuerdo. Por el contrario, haga que sean ellos quienes acudan con usted. Agende reuniones regulares para discutir el avance de los proyectos actuales. En una reunión con su equipo de ventas, por ejemplo, podrían analizar qué tanto han avanzado diversas oportunidades y hacer una lluvia de ideas respecto a la forma de impulsar cada una de estas oportunidades antes de la siguiente reunión. De esta forma, los empleados saben cuándo usted espera noticias y pueden planear sus días de acuerdo con ello. Asumir esta estrategia también le permite enfocarse en resultados en lugar de en los pequeños detalles de cada tarea, cuenta o proyecto.

2. Confíe en los expertos de su equipo: ¿Constantemente le dice a su diseñadora qué colores debería usar en proyectos específicos? ¿Le ha dicho a un escritor que usted descartará su edición gramatical porque considera que de otra forma se escucha mejor? De ser así, no le está dando a los miembros de su equipo la autonomía para usar sus conocimientos. Usted utilice su conocimiento general de las tareas para colocar a las personas correctas en los lugares adecuados. Después de eso, la clave para dirigir a sus expertos es comunicar lo que necesita, darles apoyo y recursos para que logren sus tareas y confiar en que las realicen.

3. Delegue más allá de lo que sienta cómodo: Como ejecutivo, tiene metas de ingresos a alcanzar y objetivos de ventas a cumplir. Por ello, cuando surge una tarea de gran importancia, en lugar de darle a una novata la oportunidad de encargarse de una tarea vital, usted se convence a sí mismo de que es mejor que ella aprenda observando en lugar de haciendo. Sin embargo, ese enfoque no pinta bien para el futuro de su equipo. En lugar de ello, permita que sus empleados enfrenten labores difíciles desde el inicio. La investigación de Gallup ha mostrado que delegarle más a su equipo dará resultados: Los líderes empresariales que tienen talento para delegar –y lo utilizan– pueden generar mayor crecimiento y éxito empresarial que quienes se inmiscuyen en los detalles.

La próxima vez que se encuentre atascado en las minucias de la labor de un trabajador, respire profundamente y libérese lentamente. Casi siempre es posible encontrar una alternativa al comportamiento del micromanagement. Confiar en que los demás le avisarán cuando necesiten ayuda –y que saben lo que están haciendo– lo ayudará en el largo plazo. Empodere a su equipo para encargarse de más, y verá que usted se preocupa –y controla– mucho menos.

(Serenity Gibbons es jefa local de unidad del NAACP en el norte de California).

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