Justus Haucap y Joel Stiebale

Las autoridades antimonopolios han sido demasiado permisivas cuando se trata de las fusiones de compañías farmacéuticas.

Nuestra investigación señala que los reguladores han estado omitiendo cómo esas fusiones reducen la innovación, investigación y desarrollo (I+D) en las firmas que se integran. No es lo único que generalmente están ignorando los reguladores: Estas fusiones también afectan la innovación y la I+D en los rivales de la nueva firma combinada. Por ende, la competencia e innovación de la industria se vuelven menos dinámicas en general.

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Para ser más precisos, analizamos 65 fusiones farmacéuticas aprobadas por la Comisión Europea y otras jurisdicciones. Queríamos saber cómo las mediciones de innovación (como el gasto en la I+D y las patentes obtenidas) cambian después de una fusión, tanto para las partes involucradas como para sus rivales. Comparamos las actividades de innovación de las firmas, antes y después de las adquisiciones, y las comparamos con empresas en mercados farmacéuticos similares, pero sin actividades de fusión.

Nuestros resultados muestran que, tras la fusión, la I+D y las patentes declinan substancialmente en la entidad fusionada. En promedio, los gastos de patentes y la I+D de los competidores también cayeron –más de un 20%– en los cuatro años posteriores a la fusión. Por lo tanto, las fusiones farmacéuticas parecen reducir substancialmente las actividades de innovación en todo el mercado relevante.

MENOS COMPETENCIA

¿Cuál es la razón de esto? Al menos en las fusiones que observamos, los adquierentes suelen buscar firmas con un portafolio relativamente similar. Esto significa que hay menos competencia para descubrir y desarrollar nuevas terapias. Si un rival que no está en fusión también se encuentra investigando terapias similares, esa firma externa ahora tiene un competidor menos. Experimenta la misma reducción de competencia que la firma compradora.

Entonces, si estas fusiones están reduciendo la competencia y los prospectos de nuevas medicinas para salvar y mejorar vidas, ¿por qué las están aprobando los reguladores de Europa y los Estados Unidos?

El principal motivo es que los efectos de la innovación han sido difíciles de predecir. Es mucho más fácil predecir cambios de precios y de cantidades a corto plazo en el mercado actual. En nuestra muestra, las firmas no son necesariamente aquellas con las mayores participaciones de mercado en los productos en competencia. Eso enciende focos rojos con los reguladores. En lugar de ello, las firmas compradoras y sus objetivos tienden a tener programas de investigación que se duplican: Están desarrollando medicinas que algún día podrían competir entre sí, pero todavía no.

FUSIONES COSTOSAS

Nuestros datos también indican que las reducciones en innovación tienen mayores probabilidades de ocurrir en mercados médicos con altos niveles de patentes y la I+D previos a la fusión. Podría ser que las firmas compradoras están buscando específicamente compañías para reducir la competencia en cuanto a proyectos de innovación. También encontramos que la innovación se reduce cuando se adquieren firmas relativamente pequeñas. Estas fusiones no están recibiendo la atención de los reguladores, porque tienen poco o ningún efecto en los precios de las medicinas a corto plazo. Incluso así, pueden reducir el incentivo para que las compañías investiguen y desarrollen nuevas terapias.

Las fusiones y adquisiciones son extremadamente costosas, incluso cuando no son aprobadas. Si las partes a fusionarse pueden mostrar que las sinergias de la I+D pueden incrementar sus capacidades para innovar, o inducir a sus rivales a innovar, las autoridades antimonopolios podrían estar más dispuestas a darle luz verde a la adquisición.

(Justus Haucap es director del Düsseldorf Institute for Competition Economics, donde Joel Stiebale es profesor de organización industrial empírica).

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