- por Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
En este diálogo con El Gran Domingo de La Nación, la bióloga e investigadora Fátima Ortiz expone sobre un maravilloso campo de estudios con mucho potencial en nuestro país: la bioacústica. Mediante esta disciplina, el equipo que lidera realiza un monitoreo medioambiental estudiando el patrón del canto de las aves, en este caso particular de las nocturnas.
El canto de las aves no solo embellece el paisaje y alegra el espíritu, sino que también constituye una semiología del mundo viviente. Ya sea el jolgorio alegre de los amaneceres o el graznido lúgubre que irrumpe en la noche plutónica, los sonidos modulados por los pájaros son señales que pueden proporcionar información útil para comprender mejor el funcionamiento del ecosistema y advertir alarmas tempranas de cualquier proceso disruptivo.
Mediante el uso de dispositivos no invasivos, el equipo de investigación liderado por la bióloga Fátima Ortiz registra de manera continua los paisajes sonoros nocturnos, facilitando la detección de especies difíciles de observar mediante métodos tradicionales y permitiendo analizar sus patrones vocales y ecológicos en diferentes tipos de hábitats.
La tesis de Ortiz, titulada “Ecología y conservación de aves nocturnas a través del monitoreo acústico pasivo en los humedales de Ñeembucú, Paraguay”, se basa en el uso de grabadores acústicos autónomos Swift One (Cornell Lab of Ornithology) y Song Meter (Wildlife Acoustics).
“Hasta el momento los resultados preliminares han revelado la presencia de especies como el urutaú (Nyctibius griseus), la lechuza común (Tyto alba) y al menos otras cuatro especies de búhos y atajacaminos, con patrones de vocalización que varían según las fases lunares, mostrando mayor actividad durante noches más iluminadas. Estos hallazgos aportan información valiosa sobre la ecología acústica de estas aves y la salud de los ecosistemas que habitan”, resume Ortiz sobre los resultados más importantes arrojados por la investigación.
–¿En qué consiste la línea de investigación que estás desarrollando actualmente?
–El proyecto se enmarca dentro de la línea de investigación “Diversidad biológica y sistemas ecológicos”, del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), en el contexto del programa de bioacústica actualmente en desarrollo. La aplicación del monitoreo acústico en Paraguay es aún reciente y en la Facen se ha comenzado a implementar en proyectos enfocados en el estudio de murciélagos, anfibios y aves. En este marco, desarrollo una línea de investigación que utiliza la bioacústica como herramienta para el estudio de la ecología y conservación de aves nocturnas. A través del monitoreo acústico pasivo, registro sus vocalizaciones con el fin de analizar patrones de actividad, distribución y diversidad de especies. El estudio se lleva a cabo en los humedales del sur de Paraguay, una región de gran riqueza biológica, pero también de alta vulnerabilidad. Esta metodología permite generar información clave sobre especies poco conocidas, contribuyendo significativamente al conocimiento ecológico y a las estrategias de conservación en ecosistemas amenazados.
EQUIPO INTERDISCIPLINARIO
–¿Es un trabajo individual o hay un grupo de investigación que participa?
–Es un proyecto que lidero como parte de mi tesis doctoral gracias a una beca de la Fundación Carolina. Aunque conduzco la investigación, participo dentro de un equipo interdisciplinario con investigadores nacionales e internacionales, estudiantes, técnicos y comunidades locales. Cuento con el respaldo de la Facen-UNA, la Universidad de Salamanca (USAL), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de Paraguay y el valioso acompañamiento de expertos en bioacústica, principalmente de Colombia, que fortalecen mi formación y el análisis de datos.
–¿En qué consiste el monitoreo acústico pasivo?
–El monitoreo acústico pasivo consiste en instalar grabadoras automáticas que registran los sonidos del ambiente de forma continua, especialmente durante la noche. Este método permite captar vocalizaciones sin perturbar a las aves, ideal para especies difíciles de observar directamente. Posteriormente, las grabaciones se analizan mediante escucha manual y herramientas automáticas para identificar especies y patrones vocales.
–¿Qué ventajas reporta el uso de este método?
–Tiene muchas ventajas. En primer lugar, es no invasivo, permite registrar en varios sitios a la vez y durante largos periodos y genera un archivo sonoro reutilizable. Además, facilita la detección de especies poco comunes o raras y brinda una oportunidad única para estudiar su comportamiento en condiciones naturales.
MONITOREO CONTINUO
–¿Cuáles son los principales hallazgos que han registrado hasta el momento?
–Aunque las aves nocturnas están presentes en el paisaje sonoro de nuestros humedales, rara vez reciben atención científica. Este es el primer estudio que las aborda acústicamente en la región. Gracias al monitoreo continuo, pudimos registrar su presencia incluso en sitios remotos y detectar patrones de vocalización que varían según la hora, el ambiente, la estación del año e incluso las fases lunares. Por ejemplo, en el caso del urutaú (Nyctibius griseus), observamos que sus vocalizaciones cambian según el grado de iluminación lunar, lo que abre nuevas líneas de investigación sobre su comportamiento.
–¿Qué aporte podrían brindar estos resultados con vistas a comprender más el comportamiento animal y coadyuvar en la conservación de la biodiversidad?
–Los resultados permiten construir una base de conocimiento sólida sobre especies poco estudiadas, lo que contribuye a evaluar su estado de conservación. Además, el monitoreo acústico puede funcionar como una herramienta de alerta temprana ante cambios ambientales, ayudando a diseñar estrategias de manejo y conservación más eficaces y con base científica.
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
–¿Qué importancia tienen las aves nocturnas y cuál es el rol que cumplen en el ecosistema de los humedales de Ñeembucú?
–Las aves nocturnas desempeñan un papel ecológico fundamental, ya que ayudan a controlar poblaciones de insectos y pequeños mamíferos, participando activamente en el equilibrio de las cadenas tróficas (alimentarias). Algunas especies, como las lechuzas y los búhos, destacan por su agudo sentido auditivo y visual, y por poseer plumas adaptadas que les permiten un vuelo silencioso, lo cual las convierte en eficaces cazadoras nocturnas. Además, contribuyen a la dispersión de semillas, favoreciendo la regeneración de la vegetación nativa. Estas aves también actúan como indicadoras ambientales, ya que su presencia o ausencia puede reflejar el estado de conservación del ecosistema: son sensibles a la pérdida de hábitat, la contaminación o los cambios en el uso del suelo. A pesar de su importancia, muchas especies nocturnas siguen siendo poco conocidas, por lo que su estudio no solo enriquece el conocimiento científico, sino que también impulsa estrategias de conservación y conciencia sobre la biodiversidad nocturna del sur de Paraguay. Asimismo, brindan un importante servicio ecosistémico cultural, ya que están presentes en las tradiciones, creencias locales y expresiones culturales de muchas comunidades de nuestro país. Ñane retã oreko heta mba’e jaguerohoryva’erã (nuestro país tiene muchas cosas que debemos valorar).
–¿Algo que desees agregar para ir cerrando esta charla?
–Este trabajo tiene un valor no solo científico, sino también educativo y cultural. Las aves nocturnas forman parte del patrimonio natural y simbólico de nuestro país. Agradezco el apoyo de Facen-UNA, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la Universidad de Salamanca (USAL), Fundación Rufford, BirdLife International y todos los expertos que me acompañan. Esta investigación es posible gracias a la beca de la Fundación Carolina, que me permite formarme y contribuir a la conservación desde una mirada global.
CARRERA DE LA VIDA
Fátima Ortiz es bióloga, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen) y en la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional de Asunción. Actualmente, se encuentra en la etapa final de su estancia doctoral en Biología y Conservación de la Biodiversidad en la Universidad de Salamanca (España). Su línea de investigación se centra en la ecología, comportamiento vocal y conservación de las aves nocturnas de los humedales del sur de Paraguay, combinando ciencia, tecnología y divulgación ambiental.
Asimismo, coordina el proyecto de divulgación científica Melodías del Sur (melodías_del_sur_py), una iniciativa que busca acercar el conocimiento generado a la comunidad mediante redes sociales, charlas educativas y actividades de sensibilización. En las plataformas digitales se comparten sonidos reales, avances del trabajo y mensajes de conservación para revalorizar a las aves nocturnas y su rol en los humedales del sur de nuestro país.
Finalmente, Ortiz refirió que “el proyecto sirve además como espacio de formación, integrando a nuevos estudiantes interesados en la investigación, quienes se suman a actividades tanto de campo como de análisis, fortaleciendo capacidades locales y promoviendo vocaciones científicas. Los trabajos continúan realizándose activamente tanto en el campo como en el laboratorio”.