Un 2 de abril, pero de 1965, el atleta paraguayo Lorenzo Prieto superó la marca del ciclista brasileño Silky Savagge. De esta forma, nuestro compatriota pasó a ostentar el récord mundial de permanencia en bicicleta y fue el primer connacional en ingresar al Libro Guinness de los Récords.
- Por Karina Ríos
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Detrás de esta gran historia, existen acciones que marcaron la vida de Lorenzo y que hicieron que se prepare varios meses antes para poder llegar a esta marca y poder sacar de su puesto al atleta brasileño.
El historiador Ángel Piccinini comentó a La Nación/Nación Media que, con apenas 10 años, Prieto comenzó su carrera de locutor y a los 11 años trabajaba en radio Comuneros y simultáneamente animaba fiestas.
En aquel tiempo fue invitado para hacer animación en Brasil, donde fue espectador de una competencia de permanencia en bicicleta y conoció al campeón mundial Silki Savagge. “Admirado, Lorenzo pidió conversar con el vencedor. Al expresarle su admiración diciéndole ‘qué lindo es lo que hace, cómo me gustaría algún día ser como usted’, Savagge le respondió despectivamente: ‘Esto no es para un paraguayo alfeñique como vos...’, frase que hirió profundamente al compatriota”, expresó el historiador.
Piccinini afirmó que el atleta quedó muy ofendido y cuando volvió al país empezó su entrenamiento para poder alguna vez demostrar que un paraguayo puede formar parte de una competencia como esta.
EL MOMENTO ESPERADO
“En 1965, llegó el gran momento que Lorenzo tanto había esperado. En São Paulo, Brasil, se enfrentó a su némesis, Silki Savagge, en un duelo que comenzó a las 10:00 horas”, relató.
Agregó que el desafío consistía en pedalear la mayor cantidad de tiempo posible sin apoyar el pie en el suelo. Esto quería decir que todas las actividades, incluyendo descansar, comer, recibir asistencia y realizar necesidades fisiológicas, debían hacerse montado en la bicicleta.
“Tras 96 horas de competencia, el 30 de marzo de 1965, Savagge se rindió, bajándose de la bicicleta exhausto, ante la alegría del público paraguayo. El brasileño, indignado, exigió que Lorenzo alcanzara su marca para ser declarado campeón. El paraguayo aceptó el reto y continuó pedaleando hasta el 2 de abril de 1965, a las 20:00 horas”, detalló.
Es así que el compatriota estableció un nuevo récord mundial de permanencia en bicicleta con un total de 178 horas y 15 minutos. Además, superó por 6 horas y 15 minutos la marca de Savagge. “En ese momento, Lorenzo se acercó al incrédulo Savagge para recordarle quién era: ‘el paraguayo alfeñique’ que le había arrebatado el título”, aseguró.
ENTRENAMIENTO
El historiador refirió que como parte de su entrenamiento el ciclista participó del certamen de resistencia nacional de permanencia en bicicleta que se realizó en el Club Guaraní. “Con solo 13 años, Lorenzo no dudó en inscribirse y sin poseer una bicicleta propia, dados sus orígenes humildes, consiguió que el dueño de una bicicletería llamada El Pedal le preste una a cambio de llevar la publicidad del negocio”, señaló.
Este fue el primer campeonato que ganó el atleta. Durante el certamen local, pudo permanecer 24 horas montado en su bici, girando solamente por el lado izquierdo, sin pisar tierra. “Este triunfo fue solo el comienzo de una brillante carrera, pues Lorenzo tenía la mirada puesta en superar a Silki Savagge”, aseguró.
TRAVESÍA
Otra de las grandes hazañas de Prieto tuvo lugar en 1964, un año antes de su mayor logro, cuando realizó un extraordinario viaje desde Asunción hasta Dallas, Estados Unidos. Este viaje lo hizo como entrenamiento y duró cuatro meses. El hombre llevó consigo 10 kilos de tierra paraguaya, una placa de bronce de 15 kilos, una mochila y una guitarra al hombro.
“En este trayecto se convirtió en el primer paraguayo en cruzar la cordillera de los Andes sin bajar de la bicicleta. Además, Lorenzo llegó hasta la tumba de John F. Kennedy, no sin antes ser detenido por la guerrilla guatemalteca durante 12 horas, tras lo cual fue liberado. Al llegar a Estados Unidos, las autoridades norteamericanas le regalaron un viaje alrededor del país, un pasaje de regreso a Paraguay y 2.500 dólares”, detalló.
UN HOMBRE POLIFACÉTICO
Lorenzo Prieto nació en Asunción el 27 de octubre de 1943 en el seno de una familia humilde. Desde muy pequeño tuvo que trabajar para sobrevivir, dedicándose a vender diarios y lustrar zapatos en la plaza Independencia. “Además de su carrera deportiva y cinematográfica, Lorenzo fue locutor profesional, animador de fiestas, boxeador y cantante. Estudió quiropráctica y fue masajista del Club Olimpia durante la época de Arístides del Puerto”, relató el historiador.
Indicó que el atleta estuvo fuera del país durante 10 años y, tras haber recorrido 82 países, siempre sostuvo que no hay otro Paraguay. Sus seguidores lo llamaron merecidamente Rey del Pedal, Showman, Gigante, Récordman, Estrella Mundial y también recibió el título de Campeón de la Amistad.
Lorenzo Prieto fue declarado patrimonio nacional de Paraguay.
“Según varios de sus biógrafos, muchas de las historias sobre la vida de Lorenzo Prieto contienen elementos fantasiosos. Sus relatos sobre encuentros con celebridades de Hollywood, sus hazañas deportivas y sus viajes internacionales a menudo carecen de verificación independiente. Algunos investigadores sugieren que mientras que ciertos logros están documentados, otras partes de su biografía fueron embellecidas”, puntualizó.
DATOS CLAVES
Lorenzo volvió a hacer historia entre el 8 de setiembre y el 8 de octubre de 1967 en Mónaco, cuando permaneció 720 horas ininterrumpidas (30 días) montado en su bicicleta, quebrando su propia marca anterior. Estas hazañas le valieron ser el primer paraguayo en figurar en el Libro Guinness de los Récords.
Las proezas sobre la bicicleta le permitieron recorrer el mundo y conocer a verdaderas celebridades. Mediante Luis Alberto del Paraná, quien era su amigo y representante, pudo conocer a Dino de Laurentiis, uno de los grandes directores de cine, quien lo invitó a participar en algunas de sus realizaciones.
Lorenzo Prieto falleció a los 76 años el 21 de junio de 2019 debido una complicada operación del corazón, “la única competencia individual que no pudo ganar”, al decir de su hijo, John Prieto.