Ayer 22 de marzo se recordó el Día Mundial del Agua, una fecha instituida por las Naciones Unidas con el fin de destacar la importancia del agua dulce y promover la gestión sostenible de este recurso vital para la vida de todos los seres que habitan el planeta. En esta charla con el Gran Domingo de La Nación, el director general de Protección y Conservación de los Recursos Hídricos del Mades, David Fariña, brinda un diagnóstico sobre la actualidad del acceso a agua potable en Paraguay y las medidas que se requieren para su conservación.

El agua es un bien escaso en sentido económico al tratarse de un recurso limitado que debe enfrentarse a necesidades humanas ilimitadas. Incluso en un país rico en recursos hídricos como el nuestro hay un segmento de la población, que porcentualmente llega en algunos casos a los dos dígitos, que no accede a agua potable.

Los organismos de las Naciones Unidas que lideran la celebración –la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Organización Meteorológica Mundial– recuerdan que a propósito de esta fecha se incita a tomar medidas para hacer frente a la crisis mundial del agua en apoyo al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento para todos para 2030.

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Además de la sobreexplotación, el desperdicio y la contaminación, otra de las amenazas que se ciernen sobre la disponibilidad de agua dulce para el consumo deviene del calentamiento global. Si bien la contribución de Paraguay en la emisión de gases de efecto invernadero es relativamente baja, ello no implica desentenderse de los compromisos que debe asumir cada ciudadano en el uso sostenible de los recursos naturales para que estos estén disponibles en cantidad y calidad suficientes para las futuras generaciones.

–En nuestro país está muy arraigada la creencia de que somos muy ricos en cuanto a recursos hídricos y que no tendremos problemas de escasez, al menos en el corto plazo. ¿Es correcta esa idea?

–Paraguay es sin duda un país rico en recursos naturales y también en recursos hídricos, tanto superficiales (ríos, arroyos, lagos) como subterráneos (acuíferos), ya sean locales o transfronterizos. Sin embargo, las situaciones cambiantes a nivel global, principalmente por los fenómenos climáticos que condicionan los periodos de lluvia y/o déficit de ella, podrían hacer que la disponibilidad de los recursos hídricos sea vea limitada. A su vez, esta disminución de la oferta de agua potable viene aparejada de un aumento de la demanda de las comunidades para todos sus usos: consumo, aseo personal, riego, etc.

COBERTURA

–¿En la dirección a su cargo manejan algún tipo de estadísticas en cuanto al acceso al agua potable en nuestro país?

–La cobertura de agua potable en Paraguay es de aproximadamente el 89 % de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cobertura de agua potable por zona es del 92 % de la población en áreas urbanas y el 85 % de la población en áreas rurales. En este sentido, se registra que existe una desigualdad en el acceso, ya sean disparidades entre zonas urbanas y rurales, así como entre diferentes grupos socioeconómicos.

–¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta nuestro país en cuanto a seguridad hídrica?

–La seguridad hídrica presenta varios desafíos importantes en la mayoría de los países. Los principales desafíos que comúnmente enfrentan las naciones, y en particular Paraguay, serían, por un lado, la escasez por las reservas limitadas frente a la creciente demanda, lo cual es agravado por los efectos del cambio climático. Por otro lado, también hay problemas de contaminación del agua, ya sea por la actividad industrial, agrícola y también doméstica, que reduce la disponibilidad de agua potable. Asimismo, es preciso tener en cuenta la sobreexplotación de los acuíferos, pues la extracción excesiva supera la capacidad natural de recarga de las reservas. Tampoco estamos ajenos a los eventos climáticos extremos como sequías e inundaciones cada vez más frecuentes que afectan la disponibilidad y calidad del agua.

–¿Le parece que estamos preservando correctamente este recurso para las futuras generaciones?

–El Paraguay debe invertir más para la preservación de los recursos hídricos. Solo el 30 % a nivel nacional cuenta con alcantarillado sanitario y los sistemas de tratamiento antes de su vertido a los cauces hídricos no es superior al 10 %. Entonces, para mejorar estos indicadores se deben fortalecer las instituciones y normas que regulan la protección, uso y conservación de los recursos hídricos.

–¿Cuáles son los principales riesgos que enfrentan nuestras reservas de agua?

–La contaminación por la mala gestión de los territorios (uso de suelo) y falta de sistemas de saneamiento. También el cambio climático, que modificó el régimen de precipitaciones. A esto hay que sumar la infraestructura deficiente, pues hay sistemas de distribución obsoletos con altas tasas de pérdidas y fugas. Esto puede afectar negativamente la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, sumado a la escasa cobertura de alcantarillado sanitario. Por supuesto, también la sobreexplotación por la demanda en aumento. En el marco institucional es preciso mencionar la gobernanza, pues falta consolidar los marcos regulatorios y hay una falta de coordinación entre instituciones, lo que lleva muchas veces a la superposición de responsabilidades y competencias.

Durante una visita realizada con un grupo de geólogos a la zona de Tarumandy, Luque, en el límite con San Bernardino, confirmamos la alta salinidad de las aguas que brotaban de un proyecto de pozo abandonado

INTRUSIÓN

–Hay localidades del área Central que están teniendo problemas por la salinidad de las aguas subterráneas. ¿Es eso normal o se debe a algún fenómeno externo?

–En el caso del acuífero Patiño siempre hubo una contaminación natural por intrusión de esa agua salada en sus bordes. Es probable que ahora esto se esté acentuando por la explotación del acuífero en niveles superiores a su ritmo de recarga. (Esta misma tesis es sostenida por el geólogo Darío Gómez Duarte, quien señala que por la sobreexplotación de los acuíferos se podría estar dando una invasión de los acuíferos salados del Chaco hacia la región Oriental, facilitado por el creciente desnivel, ndr).

–¿Alguna reflexión final que desee realizar a propósito de la fecha?

–Que seamos concientes de que si bien aún tenemos disponible agua en mucha cantidad, la calidad y aptitud para el consumo podrían ser muy limitadas. Entonces, es necesario que extrememos los cuidados para la conservación de la calidad de este recurso sin el cual la vida no sería posible.

PERFIL

DAVID FARIÑA

David Fariña es director general de Protección y Conservación de los Recursos Hídricos del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades).

Es ingeniero agrónomo egresado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

Es especialista y máster en Manejo de Recursos Naturales y Gestión Ambiental del Territorio, también por la misma casa de altos estudios.

David Fariña, especialista

PROTECCIÓN DE LOS GLACIARES

El tema del Día del Agua 2025 es la preservación de los glaciares. Si bien este aspecto podría parecer lejano a nuestro país, como habitantes del hogar común de la humanidad, el planeta Tierra, todas las acciones que realizamos en el día a día repercuten en él, tanto positiva como negativamente.

En este sentido, la ONU señala que los glaciares son reservas de agua dulce a nivel mundial, cuya degradación hará que probablemente los niveles de los mares y ríos aumenten pudiendo poner en riesgo zonas costeras.

“Los glaciares sirven como reservorios naturales de agua dulce, que liberan agua de deshielo que sustenta el suministro de agua potable, la agricultura, la industria y los ecosistemas saludables. Proporcionan beneficios esenciales, como la regulación del clima y la protección contra los peligros naturales”, puntualiza.

“La preservación de los glaciares es vital para el bienestar de las personas y las comunidades de todo el mundo. Mediante la implementación de prácticas sostenibles de gestión y monitoreo de los glaciares, la humanidad puede proteger estos reservorios congelados que aún contienen aproximadamente el 70 % del agua dulce de la Tierra. Implementar prácticas de gestión sostenible y fomentar la cooperación científica internacional son pasos vitales para preservar estas fuentes críticas de agua, garantizar la prosperidad a largo plazo y promover la paz mundial”, añade.

En otro punto la organización advierte que “los glaciares se están derritiendo más rápido que nunca. A medida que el planeta se calienta más, nuestro mundo helado se encoge, lo que hace que el ciclo del agua sea más impredecible.

Para miles de millones de personas, los flujos de agua de deshielo están cambiando, provocando inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra y aumento del nivel del mar.

Innumerables comunidades y ecosistemas corren el riesgo de ser devastados.

Mientras trabajamos juntos para mitigar y adaptarnos al cambio climático, la preservación de los glaciares es una prioridad absoluta. Y debemos gestionar el agua de deshielo de forma más sostenible.

Salvar nuestros glaciares es una estrategia de supervivencia para las personas y el planeta.

Debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para frenar el retroceso de los glaciares

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