- Jimmi Peralta
- Fotos: Gentileza
El actor, antropólogo, sociólogo e investigador Julio de Torres presentará en Alemania una investigación que está realizando sobre las comunidades ayoreo, guaraní occidental e yshir en el marco del doctorado que está llevando adelante en Barcelona.
El joven antropólogo, sociólogo, actor y dramaturgo paraguayo Julio de Torres aborda actualmente sus trabajos de investigación sobre manifestaciones culturales de las comunidades originarias ayoreo, yshir y guaraní occidental, poniendo en el eje la compresión de expresiones o rituales como el arete guasu.
En ese marco, durante la primera quincena de junio próximo ofrecerá una ponencia en el Congreso de la Federación Internacional para la Investigación Teatral en Colonia, Alemania. Además, también expondrá en la Universidad de Cantabria en el marco del 11.º Congreso de la Asociación de Antropólogos Iberoamericanos en Red (AIBR).
Allí presentará el tema del doctorado que viene realizando en la Universidad de Barcelona (UB), España, a partir de investigaciones etnográficas en Paraguay.
De Torres, quien tiene una trayectoria como actor, tanto en teatro como en cine, busca profundizar con estudios la compresión de la cultura ancestral del país desde una mirada descolonizadora.
–¿Podrías comentarnos en qué consiste tu investigación en curso?
–Es un doctorado enmarcado en el programa “Sociedad y cultura: historia, antropología, arte y patrimonio”, específicamente en la línea de investigación de artes del espectáculo. Me interesó de este programa, a diferencia de otras universidades, su multidisciplinariedad. Mi tema de investigación son los procesos performativos de tres comunidades indígenas: Ayoreo, Yshir y Guaraní Occidental, partiendo de tres ejes: lo festivo a partir del arete guasu de los guaraníes occidentales; lo ritualista a partir del debylitá yshir, que es un ritual de iniciación; y lo performativo a partir del goñangai ayoreo, que son relatos dramatizados que coadyuvan a la preservación de la memoria ancestral.
DESAFÍO
–¿Cuál es el objetivo que te planteaste en el trabajo?
–El objetivo es explorar una teorización desde el punto de vista de las artes vivas, que se aleje de la perspectiva europea de concebir el teatro en la contemporaneidad. El desafío es mayor cuando la investigación se realiza a la luz de la academia europea, cosa que me parece intrépido y, por ende, interesante. Si bien la metodología es etnográfica, pues comporta trabajos de campo, registros, entrevistas, entre otros, el objeto de estudio no debe deslindarse de la perspectiva del teatro.
–¿Cuál sería el punto de acercamiento con las comunidades guaraníes y qué antecedentes de investigación encontrás en ese sentido?
–Me interesa del arete guasu, su concepción como carnaval en la sociedad actual, concepto occidental que merece atención para analizar este fenómeno. En esta línea hay trabajos de gran importancia como los de Ticio Escobar, reflejado en “El mito del arte y el mito del pueblo”; de Guillermo Sequera y Carlos Colombino, así como registros audiovisuales de Fernando Allen que son sumamente valiosos como punto de partida. Existe un problema actualmente que, fuera de la esencia de la manifestación cultural de una cultura comunitaria, las sociedades hegemónicas intentan turistizarla con el pretexto de lo exótico. Eso ocurre con muchas comunidades de varias culturas americanas que, para subsistir incluso, han tenido que adaptarse a ciertos parámetros.
–¿Cómo se interceptan en tu línea de investigación tus temas de interés y formación en teatro, sociología y antropología?
–El teatro es un acontecimiento social y, ya sea desde la perspectiva del espectador como del intérprete o del creador, son ejercicios críticos necesarios que pueden propiciar cambios en estos tiempos de incertidumbre a nivel global. El teatro como acontecimiento interesa tanto a la sociología como a la antropología. En cuanto a esta última disciplina, el teatro antropológico es una rama que en Paraguay tiene mucho terreno gracias a los trabajos del maestro Wal Mayans, por ejemplo. Seguir explorando este terreno es cautivante y consolida un compromiso de humanidad que los profesionales tanto de las artes como de las humanidades tenemos con nuestras comunidades. En “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, del sociólogo Erving Goffman, un libro fundamental en la profesión, el autor utiliza la metáfora del teatro para explicar el rol de la persona en una sociedad, quien “actúa” presentando su yo en diferentes contextos o “escenarios”. Esa perspectiva es una de las tantas que explican la relación entre la sociología y el teatro.
TRABAJO DE CAMPO
–¿Cómo desarrollarás tu investigación de campo?
–La idea es llevar a cabo la investigación de campo en Paraguay, que es fundamental, y también la investigación bibliográfica, pues tenemos bibliografía especializada en el campo etnográfico solo obrante en Paraguay. Esta es inédita y a ella no tenemos acceso en bibliotecas de España. Mientras espero respuestas de ayudas o becas, me encuentro adelantando lo que pueda en materia teórica para no dejar de escribir la tesis. La idea es finalizar el doctorado en dos o tres años.
–¿Qué otros trabajos te tocó realizar anteriormente?
–Aparte del trabajo con los ayoreos, he realizado un acercamiento con el pueblo yshir en aras de arrancar con la investigación en el debylitá. La idea es proseguir ese trabajo para el doctorado. Por otro lado, he realizado trabajos con los ava-guaraní de Alto Paraná. He realizado una consultoría para el Instituto Paraguayo de Artesanía sobre la situación de los artesanos a nivel país.
–¿Qué similitudes y diferencias se pueden observar en los conceptos de arte y entretenimiento en las culturas indígenas y en la occidental?
–Son conceptos diferentes porque ambas cosmovisiones son contrarias. Una, la cultura originaria local, parte de la necesidad de la preservación de su cultura y la otra, la occidental, busca su rentabilidad para “respetarla” en el contexto paraguayo. Existen esfuerzos por visibilizar culturas, pero sin una política pública que no se solape con intereses de otros sectores no sería posible defender las alteridades que nutren la diversidad.