- por Toni Roberto
A partir de una vieja fotografía, Toni Roberto evoca este domingo a una bailarina, al maestro de la escuela activa y a un fotógrafo de un icónico estudio de la avenida Quinta.
Una mirada a los recuerdos de otras épocas. La foto estaba ahí puesta sobre la mesa como convocando viejas memorias. Las luces, las cámaras engalanaban las miradas de otros tiempos. De repente, ¿y esta foto, María del Carmen?
Le brillaron los ojos; una imagen en blanco y negro, histórica desde donde se le mire; la locación, la casa que fuera de Ramón Indalecio Cardozo sobre la calle Manuel Domínguez casi Yegros, pero ¿cómo se dio la foto?
Era la primera puesta en escena de un festival de danza en el Municipal de María del Carmen Ávila Cardozo, bisnieta del intelectual y educador paraguayo. Para el efecto tenía que hacer un cartel pintado anunciando el evento el reconocido artista y diseñador español Francisco Torné Gavaldá, pero como la joven bailarina no tenía posibilidad de pagar el trabajo por los altos costos, decidió producir una foto en el jardín español de tan ilustre educador. Así, con creatividad hace la comunicación para la cual convoca a varias bailarinas; las hermanas Sosa Escobar, Myriam Gómez Ch. y Nancy Aguilera.
EL PATIO ESPAÑOL DE RAMÓN INDALECIO CARDOZO
Charlar sobre danza con María del Carmen Ávila Cardozo de Mallorquín no es solo hablar de los detalles del tema. Ella va contando punto por punto la arquitectura del lugar, cosa que enriquece la historia. Era un patio interior que daba al escritorio del abuelo, un corredor, dos ventanales antiguos, el aljibe, una enramada de Santa Rita, detallado con tal preciosismo que nos transporta al patio de una casa doblemente patrimonial, por su propietario y por su arquitectura.
A veces es increíble cómo una simple, vieja y desteñida foto cuente tantas historias. Me recuerda que no solo con dinero se puede hacer algo tan especial, que hoy se convirtió en una foto histórica por haber sido realizada por Norberto Miltos, aquel legendario fotógrafo de Quinta Avenida, como se le llamaba a quinta proyectada o avenida Quinta, denominada París en ese tramo y que dio marca a la casa de fotografía autora de tan importante instantánea.
Además, contribuye al archivo visual urbano de la ciudad de Asunción que el fotógrafo había perdido en su totalidad con la gran tormenta de 1998 que destechó por completo el local.
RECUERDO POR PARTIDA TRIPLE
Lo que al principio sería un homenaje a la academia Ana Cristina, de Sajonia, terminó siendo un tributo a la creatividad de una joven bailarina y profesora de danza de principios de los años setenta, un recuerdo al gran educador paraguayo Ramón I. Cardozo, creador de la escuela activa, la gran reforma de la educación paraguaya en los años veinte, y al gran fotógrafo Miltos, aquel señor muy rubio que recorría la ciudad en su viejo y llamativo Fiat Múltipla italiano de los años 60.
Así son estos laboratorios de recuerdos de “Cuadernos de barrio”, como aquella acuarela que sigue rebelde su camino sin rumbo seguro, pero firme como nuestra figura principal de este domingo, la laboriosa, persistente y talentosa dama cuya academia de danza en Sajonia ya es parte de la historia asuncena.