- por Jimmi Peralta
- Fotos: Gentileza
En este diálogo con La Nación/Nación Media, Maureen Montanía, máster en Ciencias de la Salud y Psicología Clínica por la Birkbeck University of London, habla respecto a la condición de doble excepcionalidad en procura de desarrollar en el país un mejor abordaje académico y pedagógico de los niños que presentan este diagnóstico.
Las altas capacidades de aprendizaje a primera vista aparecen como ventajas que garantizan una mejor calidad de vida, formación y futuro para los niños que las poseen. Sin embargo, un entorno poco preparado para acogerlos y potenciarlos, sea la familia o la escuela, puede hacer de esa condición un tormento que podría marcar la vida para siempre.
La joven profesional Maureen Montanía aborda esta temática, con enfoque particular en la doble excepcionalidad, en procura de actualizar a nivel local el conocimiento y el abordaje que se tienen en estos casos.
–¿Cuál es la definición de estudiantes con doble excepcionalidad?
–La doble excepcionalidad o “2e” es una neurodivergencia que consiste en que en un mismo cerebro existan altas capacidades y desafíos de aprendizaje (trastorno por déficit de atención con hiperactividad, TDAH), del desarrollo (autismo) y/o de regulación emocional (ansiedad, depresión, etc.). Por eso se habla de dos excepcionalidades. Una es tener altas capacidades y otra es tener uno o varios de estos desafíos ocurriendo al mismo tiempo. La coexistencia de estas excepcionalidades teje procesos cognitivos muy diferentes a los de un cerebro neurotípico. De allí que se la considere una neurodivergencia.
MARCO LEGAL
–¿Está categorizada dentro del sistema educativo paraguayo la doble excepcionalidad?
–Existe el término en la Resolución 1188/23 del Ministerio de Educación y Ciencias (por la cual se establecen los procedimientos para la implementación de las medidas educativas y las opciones curriculares para estudiantes con necesidades específicas de apoyo educativo que presentan altas capacidades intelectuales), en la que colaboramos en la escritura y la asesoría desde la Red de Profesionales en Altas Capacidades Paraguay (REDPAC). En cambio, no hay en la legislación per se algo que obligue a las instituciones y docentes a atender y apoyar a estos estudiantes. Lo que tenemos es un marco legal general dentro del inciso E del Art. 63 en la Ley de Educación Inclusiva N° 5749/2017. Allí se definen las altas capacidades y se establece la necesidad de apoyo. Es un párrafo, pero ya nos permite avalar las adaptaciones curriculares y estrategias necesarias para el desarrollo del talento. Hay que subrayar que el primer paso que debemos dar es instruir a nuestros docentes, que necesitan recursos de vanguardia para potenciar los talentos que se ven en sus aulas.
–¿Qué tipos de trabajos se están haciendo en espacios alternativos?
–En Paraguay, la promoción y el apoyo tanto a las altas capacidades como la doble excepcionalidad son impulsados principalmente por el sector privado y por la Organización Multidisciplinaria de Apoyo a Profesores y Alumnos (OMAPA). Esta última se enfoca específicamente en entrenar y apoyar el talento matemático a través de competencias como la Olimpiada Internacional de Matemáticas (OIM) y la Olimpiada Nacional de Matemáticas. En el sector privado tenemos principalmente al Centro Aikumby, que es el primer centro de altas capacidades y creatividad en el país, donde yo me desempeño como coordinadora del laboratorio científico, pero consta de varios otros brazos para el estudio y apoyo de las personas con 1e (altas capacidades) y 2e (doble excepcionalidad).
–¿Existen estudios que puedan permitir una estimación estadística del grado de incidencia de casos de este tipo?
–Existe uno en curso que es ejecutado por Aikumby y OMAPA, financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) con apoyo del FEEI. Se trata de un programa de detección universal de talentos en todo el Paraguay con el objetivo de generar métodos prácticos de identificación e intervención para estudiantes con altas capacidades. Allí también se pueden identificar a los estudiantes 2e dentro del espectro de las altas capacidades. Aunque no vamos a poder señalar exactamente el desafío acompañante (TDAH, autismo, dislexia, etc.), sí vamos a poder indicar el percentil de inteligencia y testear métodos cualitativos de valoración mediante fichas para docentes, lo cual ayudaría en algo a avanzar en la conversación 2e.
CAMBIO DISCURSIVO
–¿Qué aportes teóricos se vienen actualizando en lo conceptual o en el enfoque de trabajo en otros países respecto a los estudiantes 2e?
–Como el lenguaje moldea el pensamiento, los teóricos de esta área (que son en su mayoría educadores y/o psicólogos) están enfatizando cambiar el discurso deficitario y desalentador, pero además impreciso, de llamar a la segunda excepcionalidad “discapacidad” o “trastorno”. Por eso hablamos de neurodivergencia tanto en 1e como en 2e; un cerebro que no es mejor ni peor, sino diferente y que puede operar mejor o peor dependiendo de la atención y cuidado que reciba, no porque venga al mundo con altas capacidades o doble excepcionalidad. Necesitamos ser responsables con la forma en que nombramos las cosas, sobre todo aquellas que son identitarias.
–¿Hay algún tipo de consenso a la hora de identificar y definir qué son las altas capacidades?
–Precisamente se está buscando mucho unificar la conceptualización alrededor de lo que son las altas capacidades y la doble excepcionalidad en padres y en educadores. Lograr una sola mirada es lo que se pretende porque persiste la tensión entre teóricos y practicantes que abogan por una conceptualización meramente numérica (coeficiente intelectual 130) y rígida, y aquellos cuya mirada más armoniosa integran factores cualitativos y numéricos menos tajantes.
–¿Qué dificultades plantea esta diversidad de criterios?
–Esta tensión genera problemas en la elaboración y aplicación de políticas públicas. Por eso ahora mismo lo más importante es unificar. Por fortuna, en nuestro país el lado bueno es que la conversación esté comenzando, por lo que no solo no tenemos estas tensiones, sino que tenemos buen suelo para evitarlas desde la ley, que ya habla de “altas capacidades” y no de “superdotación”, que es un término obsoleto, hasta la Resolución 1188/23, que tiene el aval del MEC.
ROL DE LOS DOCENTES
–¿Qué rol tienen los docentes dentro del sistema educativo para identificar a estos estudiantes?
–Un rol protagónico. Muchas veces, si no son los padres, son los docentes el primer filtro. Los primeros en identificar talento en todas sus formas, incluyendo las doblemente excepcionales. El profesor sabe bien cuál estudiante puede hacer qué cosa, qué le interesa, qué le mueve, cómo aprende, etc. Entonces, lo que necesita muchas veces es saber qué hacer con eso que sabe. Cómo abordar el caso del alumnito que es brillante “cuando quiere”, pero que por ejemplo se apaga o se distrae fácilmente.
–¿Qué se debería hacer para que los docentes estén preparados para abordar correctamente este tipo de situaciones?
–Si a ellos podemos capacitarles desde el MEC, en cada colegio, en cada ciudad, sería muchísimo el valor tanto para la carga de su trabajo como para el disfrute, el aprovechamiento y ni hablar del impacto transformacional que ello tendría en cada estudiante, cada familia y, finalmente, en el país. Con capacitación, podemos nutrir talentos y generar vidas estudiantiles y cívicas más estimulantes. Podríamos evitar la creciente fuga de cerebros y está comprobado que podemos aumentar el capital social y económico de la nación. El retorno de la inversión es significativo. Por eso esta es una causa que le compete a todos, no solo a la educación o la psicología. Es apoyar a la minoría mirando a la mayoría, en esencia.
ACCIONES INMEDIATAS
–¿Cuáles podrían ser los objetivos más ambiciosos en este sentido para el país a corto y mediano plazo?
–Primero, ejecutar con cuidado y detalle el proyecto Mapa de Talentos 2.0. Su existencia ya es una ambición cumplida, pero culminarla abarcando todos los departamentos del país escalaría significativamente el tema y abriría puertas no solo a baremos actualizados y obtenidos rigurosamente tras la aplicación de los instrumentos que probaron su eficacia en el Mapa de Talentos 1.0, sino que además habría familias e instituciones enteras que recibirían por primera vez y de forma masiva la notificación de que en su realidad, en su entorno, existen chicos con altas capacidades. Pueden ser los que menos se esperaban o los que ya sospechaban. De cualquier manera, estoy segura de que la confirmación será transformacional a nivel país.
–¿Qué se debería hacer en el plano normativo?
–Habría que ver en qué queda el reciente proyecto de ley, que me parece hasta ahora la carta incipiente más ambiciosa sobre la mesa. Luchar por que la Resolución 1188/23 permanezca vigente y ojalá lograr que la Guía de Delineamientos que fue resultante de la estancia de investigación reciba el apoyo y aval del MEC para empezar a instalar el término “doble excepcionalidad” y cuidar también esas vidas que necesitan mucho ser vistas y apoyadas. Evitar así que más talentos se definan solo por sus limitaciones y que se asuma que se trata de un todo más complejo y rico que aquello que cuesta.
–¿La propuesta de desarrollo de los talentos de estudiantes con 2e es asumida por otros países como un objetivo de interés nacional?
–Sí, especialmente en Estados Unidos y Europa. No obstante, cada cultura y cada nación tiene el mismo desafío de que se trata aún de un tema nicho, entonces siempre es un desafío. Se piensa erróneamente que las altas capacidades son un superpoder o un privilegio, que se viene al mundo con la vida resuelta. Nadie quiere ayudar a “los inteligentes”, pero lo que pasa es que no están pensando en ese niño o esa niña de tierra adentro que apeligra su potencial y su felicidad porque el sistema no está listo ni con ganas de ayudarle. El talento que no se cultiva se pierde.