A apenas 25 km de Asunción, en un barranco del arroyo Ypané que se alza a la altura del puente de la ruta que une esta ciudad con Villeta, se despliegan las badlands o tierras malas, una peculiar formación geológica única en el país. En diálogo con La Nación/Nación Media, la geóloga Romina Celabe explica algunas características de este fenómeno de interés científico, turístico y ambiental emplazado en una zona de creciente presión urbana.

A escasos metros del Liceo Militar se yerguen a la vera del arroyo las tierras malas de Ypané. Estos pináculos de tierra erosionada deben su nombre a que en su superficie árida no crece vegetación alguna, a excepción de malezas en la meseta.

Las aguas que acarician esta formación y que dejan sus rastros al pasar son muy concurridas los fines de semana por bañistas que buscan dar tregua al calor.

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En esta entrevista con el Gran Domingo de La Nación, la Prof. Lic. Romina Celabe, docente del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), brinda detalles sobre estas peculiares formaciones geológicas y su importancia desde el punto de vista científico y ambiental.

–¿Podría explicarnos en primer lugar qué son las badlands?

–Las badlands, también llamadas tierras malas en español, constituyen un tipo de paisaje geomorfológico formado en un tipo de clima semiárido a árido, caracterizado por formaciones rocosas o sedimentos bastante erosionados por efecto del agua y el viento, debido a la poca cobertura vegetal que suelen tener. Estos conforman una red de barrancos separados por crestones de naturaleza aguda. Las badlands se forman a lo largo de miles o incluso millones de años debido a la interacción de varios factores geológicos y climáticos.

–¿Cuáles son estos factores a los que se refiere?

–Existen diversos factores que convergen entre sí para dar origen a las badlands; la escasa cobertura vegetal y las pendientes agudas provocan que la erosión (que es un proceso natural mediante el cual las rocas, el suelo y otros materiales de la superficie terrestre se desgastan) sea bastante intensa, por lo que hay gran arrastre del material pendiente abajo. Cabe destacar que la roca o el sedimento puede tener diferentes niveles de resistencia a la erosión, dependiendo de la composición del material. Las condiciones climáticas de origen de las badlands se asocian a climas semiáridos a áridos, pero el modelado de estos paisajes está más relacionado a la capacidad de infiltración de agua del material. Si la intensidad de lluvias supera a la capacidad de infiltración, el agua comienza a escurrir superficialmente y se inicia la remoción del material.

MATERIAL SEDIMENTARIO

–¿Por qué son llamadas de esta manera?

–El término badlands es un anglicismo. Según diversos autores, está asociado a los exploradores que llegaron desde Europa a América del Norte, ya que por lo accidentado del terreno y la presencia de cuestas empinadas les fue difícil cruzar por esos lugares. Las badlands pueden constituirse de varios tipos de materiales. En el caso particular de las presentes en Ypané, están formadas por sedimentos, que son materiales no consolidados que se acumulan en la superficie terrestre por las acciones de fenómenos y procesos que actúan en la atmósfera, en la hidrosfera y en la biosfera.

–¿Qué tan frecuentes son estos tipos de paisajes en nuestro país y el mundo?

–La formación de las badlands está asociada a los sistemas de cárcavas, que son surcos profundos y estrechos que se forman en el suelo debido a la erosión causada por las precipitaciones. Difieren en que las cárcavas son más pequeñas y se forman rápidamente. Sin embargo, las badlands son más extensas, pueden abarcar grandes áreas y son resultados de una erosión prolongada, durante miles o millones de años. En Paraguay, la presencia de cárcavas es común en varios lugares de su territorio; sin embargo, las badlands son más escasas. En Estados Unidos pueden encontrarse este tipo de paisajes en diversos puntos, incluso tienen un parque nacional denominado Badlands National Park, cuyo mayor atractivo es la geomorfología del lugar. También se pueden encontrar en Canadá, España y Argentina, entre otros sitios.

–¿Hay algún microclima en particular en la zona que favorece este tipo de formación?

–Quizás no un microclima en particular, pero sí la combinación de diversos factores climáticos que ya mencionamos anteriormente, sobre todo el clima semiárido a árido y precipitaciones intensas pero esporádicas. Recordemos que, a lo largo de la historia geológica, el clima en la región y, por ende, en Paraguay fue variando bastante.

FORMACIONES

–¿Qué es técnicamente una formación?

–Para entrar en contexto, en geología una formación se refiere a una unidad estratigráfica que tiene características distintivas, como tipo de roca, color, textura o fósiles, que la hacen fácilmente identificable y diferenciable de otras capas de roca. Una formación puede abarcar desde unos pocos metros hasta varios cientos de metros de grosor y generalmente se forma a lo largo de un periodo de tiempo geológico extenso. Estas formaciones son el resultado de procesos geológicos como sedimentación, vulcanismo o metamorfismo, y propor­cionan información clave sobre la historia geológica de una región.

–Respecto a su clasi­ficación geológica, en un artículo refieren que estas tierras per­tenecen a la forma­ción San Antonio. ¿Qué caracte­rísticas tiene esta unidad?

–En el con­texto de las badlands, las forma­ciones geo­lógicas están compuestas principalmente por capas de sedimentos depositados hace millones de años, que luego fueron moldeadas por procesos erosivos. Estas formaciones ayudan a entender la evolu­ción del paisaje y la actividad geológica que ha ocurrido en la región. La formación San Antonio se caracteriza por una arenisca de color crema clara, de granulación media a gruesa con gravillas dispersas. También se asocia en ciertos sectores a sucesiones de sedimentos. El ambiente de sedimentación es fluvial.

La geóloga Romina Cebale

–¿Qué es un proceso hor­toniano de flujo en tierra?

–El proceso hortoniano de flujo en tierra, también cono­cido como escorrentía horto­niana, es un tipo de escurri­miento superficial del agua que ocurre cuando la lluvia excede la capacidad de infil­tración del suelo. Si la veloci­dad de infiltración del suelo es menor que la intensidad de la lluvia, el agua no puede ser absorbida rápidamente. El exceso de agua se acumula y comienza a fluir sobre la superficie del suelo. El flujo superficial arrastra partícu­las del suelo, formando cár­cavas, barrancos y contribu­yendo a la erosión del paisaje. Este proceso es fundamental en la formación de cárcavas y erosión en terrenos como las badlands.

DATACIÓN

–¿Cuál es la datación de este yacimiento?

–La datación relativa está asociada al Cuaternario, en particular al Pleistoceno, que es una división de la escala del tiempo geológico que se extiende en un rango desde los 2,6 millones de años hasta los 11.700 años aproximada­mente. Faltarían más estu­dios para determinar la data­ción absoluta.

–¿Se puede decir que esta formación sucumbirá bajo su propia ley? Es decir, que la erosión que la esculpió será la misma que la hará desaparecer?

–Es una reflexión intere­sante. En cierto sentido, podríamos decir que las badlands y paisajes simi­lares están en un ciclo con­tinuo de transformación y erosión. La erosión que les dio forma, en efecto, tam­bién es la misma fuerza que eventualmente podría llevar a su destrucción. Sin embargo, este proceso es suma­mente lento y natural, ocurriendo durante miles o incluso millones de años. Es decir, la velocidad de este proceso dependerá de fac­tores naturales y humanos, y no necesariamente lle­vará a la desaparición total de inmediato, sino a su evo­lución gradual.

–¿Qué acción humana se podría realizar para su protección?

–Debido a sus características intrínsecas, el riesgo de ero­sión está siempre presente. Las badlands son de gran relevancia ambiental debido precisamente a su tasa de erosión, lo que afecta tanto los suelos como la vegetación. Además, los rellenos pueden causar inundaciones y sali­nización, así como inestabilidad en las laderas, lo que incrementa la vulnerabilidad de la zona ante lluvias inten­sas. Implementar sistemas de captación de aguas plu­viales o canales de drenaje controlados en áreas cer­canas a las badlands podría reducir la cantidad de agua que corre superficialmente, lo cual ayudaría a prevenir la erosión.

–¿Algo que desee aña­dir para ir cerrando esta charla?

–Las badlands son un exce­lente ejemplo de geodiversi­dad, un concepto análogo a la biodiversidad, pero que hace referencia a la variedad de formas geológicas, procesos, materiales y estructuras que constituyen el paisaje terres­tre. En este sentido, las bad­lands no solo son un testimonio de la historia geológica de la Tierra, sino que también representan un área rica en diversidad de elementos geoló­gicos que revelan detalles fas­cinantes sobre cómo los proce­sos naturales –como la erosión y la sedimentación– moldean el paisaje con el tiempo.

Esculturas naturales en la ciudad de Ypané. Foto: Jorge Jara
Las badlands o tierras malas en un barranco del arroyo de Ypané. Foto: Jorge Jara

MANADAS MOTORIZADAS

Mientras nuestro reportero gráfico pilotaba el drone escudriñando las cavidades de las crestas, un empleado municipal que monitoreaba los trabajos de una cuadri­lla de limpieza se ofreció a guiarnos para visitar otro atractivo natural que están potenciando desde el muni­cipio, la laguna Verá, ubi­cada a unos 2 kilómetros de las badlands.

Una vez que llegamos al lugar, que tiene una extensión de unas 4 hectáreas, el funcio­nario identificado como Ever Molinas remarcó que al tra­tarse de un área protegida la pesca está estrictamente prohibida, así como las fies­tas clandestinas.

Esto a raíz de que es común que estos sitios sean inunda­dos los fines de semana por fanáticos de vehículos todo­terreno que emiten “música” a altos decibeles y motoci­clistas que realizan piruetas. En este sentido, subrayó que es un espacio habilitado para que los visitantes disfruten del contacto con la natura­leza y no para generar rui­dos molestos, ni perturbar la fauna nativa, ni minar el lugar de desechos.

Posteriormente, nos diri­gimos a la sede de la Muni­cipalidad de Ypané, donde nos recibió Lorena Ayala, directora del Departamento de Salubridad y Medioam­biente, quien explicó que está en vigencia una orde­nanza que declara de inte­rés municipal y protege las tierras malas y su entorno, que forman parte de la franja de dominio del arroyo.

Seguidamente, advirtió que las aguas no están habili­tadas para uso recreativo, puesto que hace aproxima­damente un mes hubo mor­tandad de peces por pre­sunta contaminación, por lo que se están realizando los análisis de rigor para deter­minar la causa.

Por último, Ayala invitó a los ciudadanos y a las insti­tuciones educativas a ins­cribirse al tour guiado que brinda la comuna por sitios emblemáticos de la ciudad como el monumento his­tórico de la batalla de Yto­roró y su museo, las trin­cheras, las tierras malas y la laguna. El contacto para el agendamiento es el (0982) 260-525.

Laguna Verá de Ypané
Las tierras malas en Ypané. Foto: Jorge Jara
Tierras malas en Ypané. Foto: Jorge Jara
Las badlands son un exce­lente ejemplo de geodiversi­dad. Foto: Jorge Jara
El escurri­miento superficial del agua que ocurre cuando la lluvia excede la capacidad de infil­tración del suelo. Foto: Jorge Jara
Tierras malas en el barranco de un arroyo en Ypané. Foto: Jorge Jara

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