En este recorrido con La Nación/Nación Media, el geólogo Alcides Caballero nos detalla las labores que realizan junto con un grupo de colegas en la Estación Central Sismológica de Caapucú. La infraestructura es parte de una red internacional de expertos de la academia y las Naciones Unidas que monitorean constantemente los movimientos telúricos y las ondas de la atmósfera en busca de indicios de ensayos nucleares.
- Por Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos: Jorge Jara
En un predio descampado de la compañía Montiel Potrero de Caapucú, en el departamento de Paraguarí, en un suelo de roca granítica en el que no crece más que pastura, está emplazada la Estación Central Sismológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Este centro de monitoreo está permanentemente alerta ante cualquier vibración anormal en las capas interiores de la tierra u ondas en la atmósfera que puedan ser señales de la realización de ensayos nucleares.
Los expertos trabajan para supervisar que los países signatarios, entre ellos Paraguay, cumplan los compromisos establecidos en el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, cuyo organismo de aplicación tiene sede en las oficinas de las Naciones Unidas en Viena, Austria. Este acuerdo, que fue adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de setiembre de 1996, prohíbe todas las explosiones nucleares, ya sea con fines militares o pacíficos.
El organismo encargado de vigilar el cumplimiento de este acuerdo es la Comisión Preparatoria para la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO). Esta comisión tiene cuatro tecnologías, a saber sismología, infrasonido, hidroacústica y radionucleo.
MONITOREO PERMANENTE
El geólogo y operador de estación de la Facen Alcides Caballero empieza explicando que la central empezó a funcionar a principios de los años 90 en el marco de un acuerdo entre el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y el Paraguay.
La información captada es enviada en tiempo real y la actividad de monitoreo es permanente, por lo que, además de la red comercial de energía eléctrica, la estación cuenta con baterías y paneles solares que le permiten seguir operando en caso de que se registre un corte de energía.
En lo referente específicamente a su especialidad, la sismología, señaló que su labor consiste en el monitoreo permanente e interpretación de datos de las vibraciones de la tierra que son captadas por los sensores dispuestos en la estación.
El equipamiento consiste básicamente en dos sensores sismológicos. El principal está instalado a 100 metros de profundidad y consta de tres componentes que captan la actividad según el desplazamiento norte-sur y este-oeste, así como de manera vertical. El segundo se encuentra a menos profundidad, exactamente a 30 metros de la superficie, pero marca solo el componente vertical. Además, hay una antena de radiofrecuencia que transmite la señal emitida por los cuatro sensores de infrasonido dispuestos en las elevaciones que rodean el terreno.
Si bien el grueso del trabajo es realizado desde el centro de recepción de datos ubicado en el campus de San Lorenzo, periódicamente se deben realizar visitas rutinarias a la estación y realizar los mantenimientos correctivos y preventivos a los equipos, así como cuando casos de emergencia lo requieran.
TECNOLOGÍAS
Para realizar su labor de vigilancia, la red mundial cuenta con cuatro tecnologías. La sismológica, que capta las vibraciones de la tierra; la de infrasonido, que mide las explosiones en la atmósfera; la hidroacústica, con la que nuestro país no cuenta al carecer de litoral marítimo, mide los cambios en la presión del agua provocados por las ondas sonoras, y la de radionucleo, que mide las partículas de gases no naturales que son lanzados al ambiente y que son liberados durante los ensayos nucleares. En el caso de nuestro país existe la capacidad de captar ondas en el interior de la tierra y en la atmósfera.
Sobre el emplazamiento en un lugar tan apartado, dijo que se trata de una de las zonas más estables en términos geológicos en nuestro país. Esta región granítica se caracteriza por estar constituida por rocas homogéneas y duras, por lo que son más estables y los sensores están fijos, a diferencia de otros tipos de suelo en los que se reporta gran cantidad de sedimentos y rocas fragmentadas. La estabilidad del terreno garantiza que no haya movimientos que puedan perturbar la señal y/o lanzar falsas alarmas.
BAJA ACTIVIDAD SÍSMICA
A primera vista puede resultar curioso que en un país como el nuestro, que no registra terremotos, opere una estación sismológica. En este sentido, Caballero refirió que la contribución de los expertos locales es el monitoreo de las actividades nucleares para cubrir los potenciales puntos ciegos del sistema internacional, pues para tener una óptima apreciación de si se trata de eventos naturales o no la cobertura de los sensores debe ser a nivel global.
“Hay muchos países que no tienen terremotos, pero sí tienen estaciones sismológicas porque se debe cubrir todo el globo. Nosotros también contribuimos a mitigar los riesgos que sufren países de la región con alta actividad sísmica como Chile. Además, acá en Paraguay, por ejemplo, se captaron las vibraciones producidas por los ensayos nucleares de Corea del Norte”, aseveró Caballero.
Respecto a este último punto, el geólogo precisó que al encontrarse nuestro país prácticamente en las antípodas de la nación asiática, al ocurrir una explosión nuclear se generan ondas mecánicas que atraviesan las diversas capas de la tierra casi en forma de línea recta, por lo que tienen eco hasta el otro lado del mundo.
ONDAS ATMOSFÉRICAS
Seguidamente nos dirigimos al pie del cerro Campana para visitar una de las subestaciones de infrasonido que captan las actividades atmosféricas, que son instaladas donde hay cobertura vegetal para aislarlo de los ruidos del ambiente. En total hay cuatro de estos dispositivos que están ubicados a unos 2 km de distancia entre sí.
Estos sensores son capaces de captar ondas de baja frecuencia en la atmósfera. Por ejemplo, descargas eléctricas, el ingreso de meteoritos y el lanzamiento de misiles balísticos con ojivas nucleares. El dispositivo semeja a una araña con la panza arriba y cada pata es un micrófono que envía la información de las ondas de la atmósfera al núcleo, desde donde va a la estación central.
“Cada elemento está dispuesto en forma de rombo para poder triangular y saber la dirección de donde vienen las ondas, ya sea cuando ingresan bólidos u ocurre una explosión en la atmósfera. Una esquina del rombo primero capa la señal y después la siguiente y de esta manera se sabe la dirección de las ondas”, graficó.
CAPACITACIÓN
Respecto a las formas de socialización con los colegas de otros países, refirió que periódicamente se realizan encuentros en diversas partes del mundo, especialmente en Viena, para compartir y analizar los resultados obtenidos en cada centro nacional de datos. A más de ello, los viajes son aprovechados para la realización de talleres de capacitación para el entrenamiento del personal operativo y los nuevos que vayan siendo reclutados.
Por último, Caballero destacó que los geólogos paraguayos no solo se encargan de enviar los datos colectados a Viena, sino que además los interpretan siendo reconocidos por la alta precisión de sus observaciones.
“Los técnicos de la Facen no solo somos operadores que nos encargamos de que la estación funcione. También somos reconocidos por la gran precisión de nuestra interpretación de datos entre las naciones sin desastres sísmicos del mundo. Esto debido a que existe un ávido grupo de docentes geólogos que nos estamos dedicando a la investigación y a generar conocimiento”, concluyó.