La Sociedad Científica del Paraguay (SCP) inauguró una plataforma innovadora que reúne más de 3.000 muestras botánicas buscando preservar y difundir la rica diversidad vegetal del país. A partir de este 2025 también se podrán visitar físicamente los documentos originales. Aquí un repaso de cómo se desarrolló la tarea con su responsable principal, la botánica Nélida Soria.

“Tanto estudiantes como profesores de colegios y universidades van a contar con un elemento sumamente importante que les va a facilitar el trabajo para conocer la historia y la flora de nuestro país de esa época”, dice Nélida Soria, botánica y curadora del herbario, celebrando la puesta online del material.

“De hecho, nosotros no tenemos ningún costo por el uso de la página o por el uso de las fotos que de repente puedan necesitar las personas. Lo único que sí solicitamos es que se mencione que pertenece a la Sociedad Científica del Paraguay (SCP) cuando se va a utilizar alguno de los elementos que están a disposición ahí”, agrega.

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Los herbarios son herramienta fundamental para saber de las plantas de un país, el área geográfica en que se desarrollan, sus evoluciones, y entregan información fundamental para la agricultura, la química farmacéutica y muchas otras aplicaciones.

En lo específico aporta a las materias Sistemática, Ecología, Etnobotánica, Fitogeografía y Evolución y Química de productos naturales, por mencionar solo algunas de las disciplinas que se ven beneficiadas con su uso.

INVERSIÓN

Para su puesta en marcha, el Herbario Histórico Digital tuvo una inversión de G. 162.500.000. “Gracias al apoyo de la Fundación La Piedad y la colaboración del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se pudo lograr este objetivo que veníamos acariciando desde hace mucho tiempo y por fin llegamos a hacerlo realidad”, expone.

–¿Qué se siente el poder ofrecer al público el herbario digitalizado?

–Es una gran alegría, una gran satisfacción, porque permite llevar esos conocimientos al público en general, que la gente sepa lo que hubo en este país y lo que nos falta por descubrir. La flora es realmente impresionante, todo lo que se puede conocer a través de la flora y todo lo que nos permite realizar científicamente actividades que son cotidianas. Te quiero dar nomás un ejemplo. Moisés Bertoni trabajaba, cultivaba mandioca, porque ellos vivían de la finca, tenían también una granja y vendían sus productos. Entonces, él cultivaba y hacía un estudio relacionando la característica de la hoja de la mandioca con la producción de la raíz.

Los herbarios son herramienta fundamental para saber de las plantas de un país. Foto: Gentileza

Entonces, eso es para darte una idea de lo importante que es el estudio científico en la aplicación de las cosas prácticas, cómo la ciencia nos puede ayudar a mejorar todo lo que estamos haciendo. Sobre todo para nosotros que estamos trabajando en ciencia y que a veces vemos que estamos un poco alejados de la gente, de las personas, no porque no queramos, sino que tal vez sea porque nos falta difundir un poco más ese conocimiento que tenemos.

–¿En cuánto ayudará a estudiantes y científicos nacionales y del exterior contar con esta herramienta?

–Es sumamente importante porque tiene una connotación histórica porque hablamos de especies que fueron colectadas entre 1890 hasta 1977, cuando la flora del país era diferente debido a los diversos factores que la fueron modificando, pero esta herramienta es sumamente importante no solo para la parte científica, sino también para la parte histórica. Sabemos que va a ayudar muchísimo. Por supuesto que para los investigadores internacionales esto es una pepita de oro en las manos porque sobre Paraguay hay muy poca información y tener a disposición una cantidad de materiales así les puede colaborar con sus estudios de manera sumamente importante. Es una herramienta de gran valor desde el punto de vista que se lo quiera mirar y analizar.

–Han digitalizado 3.000 de las 12.000 especies que tiene el Herbario. ¿Habrá una segunda etapa de digitalización?

–Sí, la idea es que esto no termine acá, tenemos digitalizados 3.000, pero la idea es que podamos seguir avanzando. De hecho, la página está. El tema va a ser la digitalización, que siempre es un dinero con el que vamos a necesitar contar para continuar con estos estudios. Pero creo que esto es una cosa que no va a terminar aquí, que hemos empezado nosotros, que lo vamos a llevar a cabo seguramente y entiendo que en poco tiempo más habrá que continuar con todos los otros herbarios de nuestro país para realmente poner a disposición toda la flora de Paraguay conocida hasta el momento.

PUNTO DE TRANSICIÓN

–¿Cuántas especies estima quedan sin catalogar en el país?

–No sabría decirte cuántas especies quedan por cata­logar. Paraguay es un país que sin ser megadiverso es un punto de transición entre la flora que viene del sur del continente y la flora que viene del norte de la Ama­zonia. Es decir, tenemos una diversidad riquísima porque es un ecotono, es una tran­sición entre dos ecosistemas y eso hace que las especies puedan ser diferentes, nuevas, inicien una evolución, etcé­tera. Es mucho el estudio que todavía queda pendiente de realizar, así que es muy difícil saber realmente cuánto queda por catalogar, pero creo que todavía nos quedan muchas especies nuevas que poda­mos ir encontrando en la medida que vamos haciendo trabajos de campo.

La botánica Nélida Soria, curadora del Herbario Histórico. Foto. Gentilez

–Se están haciendo nue­vos inventarios florísti­cos de bosques, campos, riberas, esteros, dunas, etc., en el país. ¿Qué haría falta para intensificar el trabajo?

–Sí, se están haciendo tra­bajos. Hay algunas publicaciones que se realizaron en los últimos tiem­pos sobre estos temas, especial­mente en zonas protegidas como las de Itaipú. ¿Y qué faltaría? Entiendo que, para intensificar estos tra­bajos, faltaría realizar tra­bajos de campo, realizar trabajos con los estudiantes para poder ir catalogando la mayor cantidad de espe­cies que tenemos en nuestro país. Creo que falta mucho, pero también tenemos que recordar que se necesita un apoyo financiero con el que a veces no contamos porque nuestro trabajo es de base y a veces las ciencias bási­cas no están en la priori­dad de la cabeza de nuestra clase dirigente. Entonces, a veces cuesta un poco rea­lizar estudios, pero a pesar de eso tratamos de meter­nos con algunos de los traba­jos aplicados y algo siempre podemos hacer.

La ruta del ka’a he’ê

La necesidad de recursos para la investigación es un punto seña­lado insistentemente por la botánica Nélida Soria, curadora del Herbario Histórico Digital. “Ojalá podamos conseguir recursos porque tenemos cuestiones a resolver. Por ejemplo, el tema del ka’a he’ê nunca pudimos realmente conocer cuál es el sitio en el cual se encontró originalmente. Nos falta un estudio exhaustivo de diferentes regiones para poder establecerlo”, comentó.

El trabajo que hoy está online se inició digitalizando las espe­cies que se denominan “tipo”, es decir, aquellas que nombra­ron los científicos locales. La SCP cuenta con 60 tipos. “Luego empezamos a digitalizar la familia Compositae (plantas con flores), que es la familia de las margaritas, el girasol, el yagua­reté ka’a”, recordó Soria.

En el mundo

El término “herbario”, del latín herbarium, fue acuñado por el científico y naturalista sueco Carlos Linneo en el siglo XVIII. Pero fue gracias al botánico francés Joseph Pitton de Tour­nefort que se utiliza de un modo amplio para describir a toda colección de especímenes vegetales preservados en forma per­manente para fines de estudio, cuenta la Wikipedia.

En la actualidad, la mayoría de los países poseen herbarios y se estima que existen alrededor de 1.800 herbarios públicos en el mundo, asociados a universidades, museos o institutos de investigación.

Estos herbarios guardan –principalmente los pequeños– colecciones de plantas superiores y, en menor proporción, especímenes de plantas inferiores. Sin embargo, herbarios como los de Kew, Nueva York, París y Estocolmo mantie­nen colecciones notables de hongos y líquenes proceden­tes de diversas partes del mundo.

Documento minucioso

Navegando en el Herbario Digital, se puede acceder al monumental trabajo de Moisés Bertoni, cuya colección fue adquirida por Andrés Barbero y donadas en su momento. También hay aportes de otros importantes botánicos como Claudio Pavetti y el danés Troels Pedersen.

Estos trabajos ofrecen una visión única de la historia de las ciencias naturales en el país en un documento minucioso de las especies que forman parte de la biodiversidad local.

Además de la colección histórica, el sitio web incorpora un Aula Digital, un espa­cio educativo diseñado para promover el aprendizaje en botánica. El recurso está dirigido tanto a estudiantes como a investigadores con el fin de fomentar la participación ciudadana, permitiendo que los usuarios envíen muestras de plantas para su revisión y clasificación por parte de expertos.

VISITAS

También a partir de este 2025 se podrá con­sultar los herbarios originales en la sede de la Sociedad Científica, destacó Soria. “Vamos a poder recibir a estudiantes, profe­sores de colegios que estén interesados en conocer un poco sobre la botánica de nues­tro país en la muestra física. También, por supuesto, vamos a tener la parte electrónica donde van a poder mirar todo lo que quie­ran, recorrer toda la página sin problemas, mirar los materiales, pero en la parte física van a poder verlos físicamente y entende­mos que este es también un gran aporte de este trabajo que hemos hecho”, apuntó.

Por lo pronto, comentó: “Hicimos un video de la parte física que tiene un iconito en la página y tenemos también audiodescripcio­nes para personas no videntes que estamos terminando para ir levantando de a poco en la página. Todas estas cosas no son fáciles de realizar en un tiempo tan breve como el que hemos obtenido, que fueron nueve meses de trabajo, ya que eso es mucho más compli­cado, porque al ser financiado por el Cona­cyt tenemos muchas reglamentaciones que seguir para el uso de los fondos, etc., pero seguimos adelante con la tarea”, apuntó.

Además de la colección histórica, el sitio web incorpora un Aula Digital, un espa­cio educativo diseñado para promover el aprendizaje en botánica. Foto: Gentileza

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