• Fotos: Gentileza

Pobladores de la otrora pujante y floreciente comunidad de Puerto Ybapobó, departamento de San Pedro, buscan colocar nuevamente la localidad en el mapa de los destinos turísticos de nuestro país aprovechando el maravilloso entorno natural y su rica historia.

Antes de la guerra contra la Triple Alianza, Puerto Ybapobó era conocido como Punta del Ybapobomí, conforme consta en el libro “La República del Paraguay” (1862), del naturalista belga barón Alfred Louis Grislain Marbais du Graty.

Este dice al respecto que “para montar la punta del Perdenal, se toma la parte del Chaco y después de las bocas del Timbó y del Ybapobomí se llega a la Punta del Ybapobomí, en que el río se estrecha, reduciendo su anchura entre 80 a 90 metros. La costa oriental es elevada y la occidental baja, y se sigue de cerca la primera hasta salir de ese estrecho para volver a tomar la parte del Chaco”.

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En el “Álbum gráfico de la República del Paraguay - Un siglo de vida nacional 1811-1911″, de Arsenio López Decoud, ya se lo menciona como Puerto Ybapobó. El autor detalla que en 1906 la empresa argentina La Forestal del Paraguay S. A. se había instalado en ese lugar, siendo su presidente fundador el Sr. Pablo Bessana, como director gerente fundador el Sr. Vicente Franco y como administrador el Sr. Elías Domingo Tarradellas.

La empresa poseía una extensión de campo de sesenta leguas con montes ricos en curupay, lapacho, urundey, ybyraró, cedro, petereby y 10 leguas de campo de pastoreo. Sobre las costas del río Paraguay, tenía 2.112 leguas de frente y tenía ferrocarril, oficina propia de Correos y Telégrafos, y línea telefónica.

Al momento de su constitución, tenía los siguientes límites: al norte lindaba con propiedades del Sr. Cardús, Zubizarreta, Agüero y el río Ypané; al este con el Sr. Vicente Nogués, con montes fiscales y la población de Tacuatí; al sur, con el Sr. José Serrati y la Rural Española, y al oeste, el río Paraguay.

EL OBRAJE

Desde 1906, dedicaban parte de esos campos a la ganadería, pero el obraje era el reglón principal de La Forestal del Paraguay S. A. y tenían trabajando unos 300 hombres y 100 carros. Para ese año, la extensión de la propiedad hacía insuficientes los 15 km de vía del ferrocarril, lo que hizo inevitable la construcción de 10 km más, que fue terminada en 1911.

Unos años más tarde, esa vía se extendería por 42 km hasta el paraje San Antonio (Punta Riel), ya en las inmediaciones de Tacuatí, que dista unos 70 km, donde se producían por mes 500 vigas de madera dura. La exuberancia de sus montes era tan notable que se calculaba en 12 a 14 cimientos por hectárea.

La Forestal del Paraguay S. A. contaba con una administración general en el Puerto, con una casa central con todo el confort necesario y otra instalación en la estancia, con galpones, corrales, bretes, rodeos alambrados y también otra población grande en la administración del monte llamado Itacurubí. En el puerto se hallaba establecido el aserradero, la estación del tren (5 máquinas), los talleres de herrería, carpintería, taller mecánico, etc., convirtiéndolo en un centro económico y social.

La importancia de La Fores­tal del Paraguay S. A. hizo necesaria la construcción de una oficina propia de Correos y Telégrafos, y la instalación de 25 km de línea telefónica, que unía la admi­nistración del puerto con la estancia y la administración del Monte Itacurubí.

Cuando acabaron con los bosques, vino la decadencia y terminó la bonanza. La firma entró en quiebra en 1965 y cesó sus operaciones, pero en ella quedó un pequeño, ama­ble y amoroso poblado, orga­nizado por exempleados de la exempresa maderera.

El obraje era el reglón principal de La Forestal del Paraguay S. A.

LA GUERRA CIVIL DEL 47

Esta localidad fue escenario de un relevante episodio his­tórico del siglo XX. Este fue un punto de abastecimiento de las fuerzas del gobierno del general Higinio Morínigo y fue tomada por los revolu­cionarios el 16 de marzo de 1947, refiere el historiador Rodrigo Cardozo Sama­niego.

Los rebeldes evacuaron su plaza fuerte principal de Concepción el 31 de julio de 1947 luego de que organiza­ran una flota de 37 embarca­ciones (tres unidades gran­des, diez chatas y 24 lanchas menores), que llevaban un armamento improvisado de morteros y ametralladoras, sigue relatando.

Los planes rebeldes pre­veían que un regimiento de infantería atacaría Puerto Milagro y entonces avanza­ría hacia Puerto Ybapobó, que ya habían tomado el 16 de marzo. La flotilla rebelde mientras tanto forzaría el pasaje río abajo y en ruta a Puerto Ybapobó hundiría o capturaría el buque guber­nista Coronel Martínez y al remolcador Ñeembucú, que estaban operando entre La Caída y Puerto Milagro.

ATAQUE

El convoy fue comandado por el remolcador Desarro­llo, artillado con un cañón antiaéreo. Aproximada­mente a las 3:00 de la madru­gada de aquel día, sorprendió y abordó los buques guber­nistas de Prats Hill y Coro­nel Martínez al tiempo que llegaba por tierra el Regi­miento N°. 1 “2 de Mayo”, al mando del capitán Bar­tolomé Araújo y el teniente Sigfrido “Baby” Maluf, con otros jefes y un pelotón de soldados, constituyendo una obra de arte de la concepción estratégica militar, sostiene Cardozo Samaniego.

Los oficiales y marinos de ambas embarcaciones fue­ron sorprendidos mientras dormían, algunos caye­ron muertos y el resto fue tomado prisionero. Los dos barcos contaban con sufi­ciente capacidad de fuego para combatir en la costa del río.

En tierra el movimiento tuvo el mismo resultado. Los gubernistas se desbandaron hacia el interior siguiendo la vía férrea que conducía a Punta Riel, la misma que usó el grueso del frente guber­nista que logró vadear el río Ypané para tomar el distrito de Belén. El general Feli­ciano Morales, comandante de ese sector, al encontrarse rodeado abandonó precipita­damente su puesto comando en calzoncillo. Luego la flota rebelde siguió su camino.

Por su parte, el historiador Fabián Chamorro Torres comenta que el 1 de agosto los revolucionarios conti­nuaron su avance por el río Paraguay. La aviación guber­nista hizo su trabajo y logró hundir el barco que cargaba todo el parque de guerra y los víveres de los rebeldes.

De todas maneras, al otro día los sublevados toma­ron sin mucha resistencia el Puerto Ybapobó, pagando un alto precio, ya que un cañón gubernista acertó de pleno en la embarcación guiada por Alfredo Ramos. Este resultó herido en la costilla y quedó fuera de combate. Entonces, Rafael Franco tomó el comando principal de la revolución en su avance hacia la capital.

AÑORANZA

La rica historia que rodea a Puerto Ybapobó es el punto de partida que hoy vuelven a sentir y soñar sus habi­tantes, quienes son opti­mistas respecto a volver a ser una comunidad flo­reciente y progresista en vista de la pavimentación asfáltica que unirá Con­cepción – Belén – Villa del Rosario y que se encuen­tra en etapa muy avanzada.

Nelson Ibarra, un pobla­dor nacido en este lugar, comenta que en “la primera época de La Forestal del Paraguay S. A., se trataba de una floreciente comunidad, pero luego la compañía se fue a la quiebra y los trabajado­res terminaron quedándose con sus casas como parte de pago. Así se convirtió en un pueblo que sobrevive con gente sacrificada que tra­baja en estancias de la zona, vive de la pesca, algunos poseen pequeñas chacras y hoy día vuelve a tener movi­miento gracias al turismo, ya que solo faltan asfaltarse 17 km desde el cruce hasta la entrada a Puerto Ybapobó”.

Pilotos de un BT-13 operado por las fuerzas revolucionarias
La localidad cuenta con una playa ideal para el baño recreativo

TURISMO HISTÓRICO

La comunidad de Puerto Ybapobó junto con el señor Lisandro Doria Valiente están traba­jando en hacer cono­cer su rica historia, con hechos que ocu­rrieron en y cerca de la localidad. En este marco ya iniciaron los trabajos con el fin de construir un monolito con una placa conmemora­tiva con piezas del antiguo ferrocarril encontrados durante

una excavación para mejorar el canal de desagüe del arroyo Ybapobomí, donde estaban los antiguos talleres del tren. A más de ello, Doria es propietario del hospedaje rural La Casa de Santi, ubicado a 2 km al sur del casco urbano de Puerto Ybapobó, donde está la isla Puerto Arroz, en la costa barran-cosa del río Paraguay. Además de todas las comodidades y servicio aéreo con pista propia, el emprendimiento cuenta con kayaks y una embarcación en la que se brindan a los turis-tas incursiones para pescar o pasear. Actualmente se encuen-tra en proceso la construcción de habitaciones temáticas con imágenes y objetos de la Revolución de 1947, en una fuerte apuesta al turismo histórico.

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