“Ojo de mar”, de la autoría de Nancy Ovelar, es una novela histórica que constituye un aporte al emergente imaginario de la descolonización, explorando la memoria ancestral e instalando la urgente revitalización del idioma guaraní como eje vertebrador de los procesos identitarios.

  • Por Julio de Torres
  • Fotos: Gentileza

Resulta oportuno ape­lar a las palabras de Gerardo Fogel, reco­gidas en el prólogo del libro escrito por Aníbal Saucedo Rodas, que definen a la cul­tura como una “tensión dia­léctica permanente entre pasado, presente y futuro; entre memoria, identidad y utopía”. Esta síntesis, decons­truyendo la concepción dur­kheimiana de memoria como “facultad vinculada a la con­ciencia del sujeto aislado”, reivindica el “carácter colec­tivo de la actividad de recor­dar” (Sourojon, 2011).

Es en esta línea que “Ojo de mar” (2020), de la autoría de Nancy Ovelar, embajadora de Paraguay ante la Unesco, plantea cómo las tensiones entre culturas moldean la memoria y redefinen los ima­ginarios identitarios.

RESISTENCIAS Y TENSIONES

La narración transcurre en el momento en que los espa­ñoles arribaron a la bahía de Asunción, observados por Mimbi, figura metafórica que encarna la custodia del idioma originario. En este contexto, el guaraní fun­ciona no solo como vehículo de comunicación, sino como resistencia frente a la imposi­ción lingüística de los recién llegados, poniendo en tensión las voces del territorio con las del invasor.

Esta crítica planteada por la autora resulta no solo perti­nente, sino imprescindible en el contexto actual. El diálogo sobre las raíces culturales y la memoria histórica sigue siendo un desafío y su lec­tura debería promoverse en espacios académicos, pues, a través de una narrativa ágil y muy accesible, “Ojo de mar” puede llegar a conectar a las nuevas generaciones con las reivindicaciones culturales propias del territorio, des­pertando empatía sobre el valor de legados culturales en la construcción de identi­dades y allanar el camino a la reflexión. Si nos ubicamos en un contexto pluricultural y diverso, la obra cuaja incluso con una necesidad histórica.

La ficción avanza tejiendo las tensiones inherentes al choque cultural inicial, pro­ceso narrado en este libro con sensibilidad y precisión. Lejos de limitarse a lo sim­bólico, recurso inmanente en el relato, este se ve enri­quecido por datos e informa­ciones que ofrecen un marco contextual que nos invita no solo a imaginar, sino también a comprender las raíces de las disputas y los desencuentros entre dos culturas.

Portada del libro

DESENCUENTROS

El antropólogo José Zanar­dini (2019) ya analizó el fenó­meno describiéndolo como el intercambio entre dos pueblos con cosmovisiones opuestas, enfrentados en una lucha por la libertad, el poder y el control del terri­torio desde que en 1537 se fundó Asunción.

Teresa San Román (2003) analiza los desencuentros culturales, visibles aún hoy, a través de la marginalización de los gitanos en España. Según la autora, estos des­encuentros suelen tener un trasfondo cultural que se intensifica hasta llegar al conflicto violento –”si llega la sangre al río”–, pero dicho conflicto se agrava cuando interviene el factor de des­igualdad. Este elemento, que sigue siendo clave en la actualidad, perpetúa la exclusión de culturas comu­nitarias originarias y es apli­cable al contexto nacional.

Un dato no menor y que prác­ticamente funciona como hilo conductor del libro es el rol de la mujer indígena a merced del español, una temática que la autora insiste en destacar a lo largo de sus capítulos. Un capítulo dedicado al “Paraíso de Mahoma” parece retomar la tesis de Bárbara Potthast sobre el “desborde” poblacio­nal del Paraguay en la pos­guerra de la Triple Alianza, cuando las mujeres se con­virtieron en mayoría.

Esta situación, aunque en un contexto diferente y sin una guerra convencional de por medio, tuvo un parale­lismo previo durante la Con­quista, cuando la devastación se matizó con la entrega de mujeres indígenas por parte de los hombres de sus comu­nidades. Este acto, lejos de ser una simple transacción, refleja un complejo entra­mado de poder, resisten­cia y sometimiento donde las mujeres se vieron doble­mente vulneradas.

HISTORIAS DE MUJERES

Más que un simple anecdota­rio, “Ojo de mar” reúne his­torias y personajes cono­cidos para construir un universo donde el camino del héroe –o heroína, como en el caso de Mimbi y otros personajes femeninos– con­verge en la búsqueda de la tierra sin mal. Personajes como la India Juliana, Jasy, Yrasẽma, en su mayoría már­tires, junto con Arakare, el cacique rebelde, y Jaguarete Hovy, entre otros, forman un dramatis personae que res­cata figuras recurrentes de la tradición oral y la litera­tura local. Sin embargo, no se limita a reproducirlas, sino que las resignifica, otorgán­doles nuevos matices que amplían su simbolismo, pro­fundizan en sus conflictos internos y las vinculan con la actualidad.

* Sociólogo y antropólogo. Actor, escritor e investiga­dor en artes y humanidades. Candidato a doctor por la Universidad de Barcelona.

BIBLIOGRAFÍA

San Román, T. (2003). Las dos caras del encuentro: dominación y dependencia en García, J. L., Barañano, A. (coord.), Culturas en con­tacto. Encuentros y desen­cuentros. Ministerio de Edu­cación, Cultura y Deporte: Madrid

Sourojon, G. (2011). Reflexio­nes en torno a la relación entre memoria, identidad e imaginación. Andamios vol.8 no.17. Ciudad de México sep./dic. 2011

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