Lucy y Tsahi, musulmana y judío, tienen más diferencias que cosas en común, pero estas son más importantes: mucho amor, tolerancia, comprensión, respeto y un hijo.

  • Por Juan Carlos dos Santos G.
  • Foto: Gentileza

Un recorrido por luga­res afectados por el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 nos mos­tró el lado más horrendo de los seres humanos, pero tam­bién nos dio la posibilidad de sentir algo de esperanza en el futuro de esta región.

La agenda del recorrido orga­nizado por la agencia de noti­cias Fuente Latina incluía un encuentro con Naor, el actor de “Fauda”, la exitosa serie israelí que trata con una mirada crí­tica y realista el conflicto pales­tino-israelí.

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En la vida real es Tsahi Halevi, próximo a cumplir 50 años y nacido en Petaj Tikva, una ciudad en el centro de Israel, hijo de un exagente del Mos­sad, motivo por el cual tuvo que pasar su infancia y parte de su juventud trasladándose de país en país.

“Disculpen, ¿en qué idioma será la charla?”, pregunta Tsahi a Maia, la coordinadora israelí del grupo, luego de que ella nos hiciera presentar a cada uno, mencionando nom­bre, país y medio de comuni­cación al que representamos.

Antes de tener una respuesta, el propio Tsahi se responde. “Lo hacemos en español, no hay problema, solo que mi español no es muy bueno”, dice sonriendo con un acento que se asemeja a los franceses cuando hablan nuestro idioma.

Bélgica fue el país en el que más tiempo vivió Tsahi de niño y adolescente, de ahí que habla francés de manera tan nativa como el hebreo y, como casi todos en Israel, también habla inglés y árabe. Luego de diva­gar sobre algunos capítulos de “Fauda” (responde pausadamente a todas las preguntas de quienes vimos la serie), nos centramos en lo más impor­tante.

En una región del mundo donde las religiones tienen una preponderancia descomunal, algo que no llegamos a com­prender en Occidente, la his­toria de Tsahi y su esposa Lucy rompe todos los esquemas por lo que representan, por lo que simbolizan.

¿Pero qué es eso tan impor­tante que guardan Lucy y Tsahi? Pues bien, Lucy es musulmana y Tsahi, judío.

¿QUIÉN ES LUCY?

Lucy Aharish nació el 18 de setiembre de 1981 en Dimona, una ciudad en el sur de Israel, en el seno de una familia árabe musulmana. Creció como una minoría dentro de la mayoría judía israelí y adoptó el hebreo como su idioma principal. Durante su infancia, vivió un episodio traumático: en 1987, mientras su familia visitaba Gaza, su coche fue atacado con una bomba molotov, lo que marcó profundamente su perspectiva sobre la violencia y el conflicto.

Aharish estudió teatro y cien­cias políticas en Jerusalén antes de trasladarse a Tel Aviv para estudiar periodismo. Fue la primera mujer árabe musul­mana en presentar noticias en la televisión hebrea de Israel, desempeñándose en canales como Channel 10 y i24 News. Lucy es conocida por su estilo directo y su activismo, abo­gando por la coexistencia y enfrentándose a los extremis­mos de ambos lados del espec­tro político israelí.

¿QUIÉN ES TSAHI HALEVI?

Tsahi Halevi nació el 12 de marzo de 1975 en Petaj Tikva, Israel, en una familia judía de ascendencia yemení y marroquí. Su carrera artística comenzó como cantante en bandas militares, pero alcanzó la fama como actor y también es músico, con un estilo que mezcla influencias del Medio Oriente y Occidente.

DOS MUNDOS EN UN MISMO LUGAR

Lucy y Tsahi mantuvieron su relación en secreto durante varios años antes de casarse el 10 de octubre de 2018. Su boda fue una sorpresa para el público y desató una ola de reacciones en Israel. Los matrimonios interreligiosos no son reconocidos oficial­mente y suelen generar ten­siones sociopolíticas. Lucy y Tsahi no son la primera pareja de judíos y musulmanes que deciden estar juntos, pero sin dudas es la más mediática y en eso radica el poder del men­saje que envían. A pesar de que Lucy y Tsahi eligieron un evento íntimo y privado para casarse, la noticia generó un gran debate.

CÓMO SE CONOCIERON

Relata Tsahi que él la conoció por TV. No se perdía el noti­ciero en el que Lucy presen­taba las noticias. Confiesa que a veces ni prestaba atención al contenido del programa, solo estaba frente al televisor para mirarla. Como tienen cono­cidos en común por frecuen­tar el mismo ambiente pro­fesional, un día coincidieron en una fiesta y en la primera oportunidad que tuvo Tsahi se acercó a ella y la saludó. Le dijo que la veía siempre en el noti­ciero. Luego de eso, él le solicitó amistad en Facebook, pero ella nunca respondió.

Volvieron a coincidir en otros encuentros y las cosas comen­zaron a cambiar. Fueron novios por bastante tiempo, aunque casi a escondidas. Tsahi presentaba a Lucy como una buena amiga de su hermana. Finalmente, deci­dieron encarar a sus familias. “Fue muy difícil. Imaginen, mi padre era agente del Mos­sad y yo queriendo casarme con una musulmana. Peor fue en la casa de ella. Su padre dijo que solo lo pensaría si mi padre iba hasta su casa para discutir el asunto”, relata Tsahi riendo.

ENCUENTRO

Se produjo el encuentro entre los dos, un agente del Mossad y un árabe musulmán. Nadie dijo nada, por lo que Lucy y Tsahi decidieron seguir con sus planes. Pero sus familias tenían otros.

Lo que iba a ser una ceremo­nia íntima con apenas algu­nos familiares más cercanos se convirtió en una gran cele­bración sorpresa con la presen­cia de las dos familias y los ami­gos de ambos.

Aquella reunión que tuvieron los dos suegros fue la más sen­sata que se pudo haber dado en más de tres mil años de histo­ria en esa región.

“Aceptaron que el amor por sus respectivos hijos y la feli­cidad que ellos podían lograr estaban por encima de cual­quier enfrentamiento”, explica Tsahi.

FELICIDAD COMPLETA

La llegada de Adan, el hijo de ambos, completó la felici­dad aun cuando en el hospital donde nació la encargada de registrar a los nacidos rompió el documento porque no que­ría poner “padre judío y madre musulmana”.

“Eso lo arreglan luego uste­des”, les dijo y dejó las cosas como estaban. “Adan será lo que él quiera ser y mientras le enseñamos las dos cultu­ras, los idiomas y el respeto a todo eso”, explica Tsahi con una expresión de orgullo.

Adan no es solo el hijo de un judío y una musulmana, es el hijo de la tolerancia y del respeto interreligioso y mul­ticultural. Aun cuando su madre musulmana presente noticias del antiguo pero vigente conflicto y su padre sea un reservista de la Fuerza de Defensa de Israel, que va cada cierto tiempo a combatir al terrorismo de Hamás en la Franja de Gaza, Adan es hoy el hijo de la paz y del futuro promisorio.

La relación entre Lucy Aha­rish y Tsahi Halevi trasciende lo personal porque refleja la complejidad del conflicto israelí-palestino y las tensio­nes culturales entre árabes y judíos. Su matrimonio no solo desafió las normas culturales y religiosas, sino que también inspiró a quienes creen en un futuro en el que las diferen­cias sean motivo de diálogo y no de separación.

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