Este domingo, Toni Roberto rescata una anécdota de la infancia, unos viajes simbólicos y presenta al último hijo de estos “Cuadernos de barrio”.

Hace muchos años, cuando era niño allá por 1975, el hermano de mi madre que cumplía fun­ciones en Naciones Unidas me trajo un avión a pila que traía una gran novedad: era a con­trol remoto. El juguete se con­virtió en la atracción de mis compañeros de colegio. Los aplazos y los retos de la pro­fesora Estela Careaga llega­ron a los oídos de mis padres, que decidieron decirme que el avioncito de PAM AM se había ido a la luna. Desde ese momento, todas las noches me ponía a mirar el camino que había viajado aquel invento para los niños de los años 70.

DE LOS BERGANZA A LOS LOUTEIRO

A veces los viajes son simbó­licos y recordé ese camino cuando empecé a hablar con Jorge Srur sobre un libro que hable de las historias de una casa en particular sobre la avenida Mcal. López y de las residencias vecinas, un tra­yecto corto de aquella ave­nida. Aquel viaje a la luna había dado sus frutos y hoy podía hacer otro viaje como el que hice a Sajonia en 2019 con el libro “Un viaje a Sajonia”, con el patrocinio de Habitalis.

Así empecé a hurgar los recuerdos de Margarita Fra­tta Louteiro, Doris Louteiro de Perasso y Mari Louteiro, nietas de don Miguel Lou­teiro y doña Ana Torterolo. Esto desencadenó la bús­queda de los antiguos due­ños que se habían mudado del centro, en esa época, en los confines de Asunción en 1906, los Berganza Ugarriza, quienes por la salud de uno de sus hijos habían decidido comprar esa gran propiedad.

Casamiento de Enrique Fratta Bello y María Clotilde Louteiro. Asunción, 1948

LOS COCHES DE LA CUADRA

En este viaje imaginario tam­bién aparecieron los autos de las familias vecinas, un viejo auto de los años 20 de los Ber­ganza, el automóvil de los Bello en una impresionante foto junto a la familia Cone­jero en 1927, que publicamos hoy, además del propio coche de los Louteiro que aparece en varias fotos de las reuniones en el patio, redescubierta en un rincón de la casa de los Fra­tta L. en el barrio Vista Alegre.

La intrahistoria de las anti­guas familias asuncenas, desde el barrio más opu­lento hasta el más humilde, es parte de la memoria urbana de la ciudad. Hoy nace otro hijo de “Cuader­nos de barrio”, un libro de 93 páginas con los auspicios de CAF –Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe– con la coautoría de Patricia Ygarza Cuquejo, que hace un análisis de ese trayecto de la avenida Mariscal López, al que denomina el intermedio urbano, y una reflexión sobre el trabajo de restauración por parte de José María Txema Calvo, y reconversión de la casa Louteiro en Casa de la Integración, junto al equipo de Gómez Abente Construc­ciones.

REVIVIR RECUERDOS POR TAN SOLO UN INSTANTE

Al final, en el epílogo, termino este recorrido diciendo: “El diálogo de las pequeñas his­torias de las casonas de un tramo de la avenida Mariscal López retiene esos recuerdos atrapados en estas líneas que hoy rememoran el pasar de un tranvía, el canto de las aves, el silencio de la noche y aque­llas viejas fachadas que hoy se encuentran en esta publi­cación para revivir el pasado, aunque sea por un instante”.

Al fin y al cabo, el futuro es también empujar el pasado hacia adelante en una socie­dad absolutamente mediá­tica, en la época de la “inteli­gencia artificial”.

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